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Isidro Ibarra, con la camiseta de la UPCT, corre por la subida al Parque de Tentegorra, en Cartagena. J. M. RODRÍGUEZ / AGM

Isidro Ibarra: «Ojalá establezcan ya planes para el cuidado de la Sierra Minera»

Adicto a los ultra trail, correr le abstrae de la rutina: «Cuando veo basura en el monte, pienso: '¡Madre mía, qué fuerte!'», se indigna el gerente de la Universidad Politécnica de Cartagena

RUBÉN SERRANO

CARTAGENA

Jueves, 25 de octubre 2018, 01:26

A Isidro Ibarra (Cartagena, 1969), el nuevo puesto en la gerencia de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) le viene como anillo al dedo: desde julio, cuando fue nombrado, el ajetreo de reuniones y llamadas es continuo. «El trabajo me ocupa las 24 horas del día los siete días de la semana. Pero yo soy una persona activa y siempre me ha gustado la marcha», dice este padre de tres hijos, anterior responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y del Servicio de Apoyo a la Investigación Tecnológica. Cuando llega el fin de semana, parece otra persona: desconecta, toma aire y se da una 'panzada' a correr por el monte. «Soy un adicto al ultra trail. Cuando terminas, tienes la sensación de que podrías comerte una vaca».

-¿Siempre ha sido de llevar ese ritmo de vida?

-No. Yo antes era fumador. Mi mujer lo había intentado todo para que lo dejara, hasta me regaló una bicicleta. Pero un día, poco antes de nacer mi hija pequeña, tuve una pesadilla, me desperté sobresaltado y sudando: soñé que estaba en el sofá y no podía ni toser. Al día siguiente, dejé el tabaco y hasta rompí la bicicleta de tanto usarla. A los dos meses, mi esposa estuvo a punto de comprarme un paquete de tabaco, porque no podía verme tan activo, de un lado para otro sin parar.

«Hay que actuar de forma integral y respetuosa, y no trasladar los residuos contaminados de un lugar a otro»

-Y lo de hacer 'ultras', ¿cómo lo lleva?

-Empecé a correr hace ocho años. Me engancharon un amigo y mi hermano. Me apunté a una carrera en Mallorca, de 100 kilómetros, con 24 horas de tiempo para completarla. Hasta ese momento solo hacía bicicleta. No obstante, de niño ya estaba apuntado a un grupo 'scout' con mis primos, y le pillé el gusto a salir de excursión y hacer acampadas. Luego, con el tiempo, me volví adicto a los ultras, hacía dos o tres al año y me llevaba a la familia donde fuera necesario.

-¿Dónde?

-He hecho en el Mont Blanc, en los Pirineos, en el Moncayo... Pero, desde hace tres años, me lo tomo con más relajación. De vez en cuando hago alguna maratón y la Ruta de las Fortalezas; creo que las he hecho todas, excepto la primera edición. ¡Si hasta estoy algo descuidado físicamente! Me gustaría tener más tiempo libre, porque ahora solo hago deporte los fines de semana, con alguna salida de dos o tres horas.

«Lugares como el castillo de La Atalaya deberían tener más provecho y lucir una imagen más cuidada»

-¿Qué le gusta del deporte al aire libre?

-Es algo muy curioso y recomendable, porque llega un momento en que te engancha y la mente se despeja muchísimo. Cuando corres, tienes que liberar algo químico, porque tu mente se abre y ves las cosas de otro modo. A mí el deporte me ha ayudado a tomar decisiones en la vida. Cuando estoy muy agobiado, salgo y me olvido de todo. Pero el día que me quedo en casa, lo noto, me lo pide el cuerpo.

-Seguro que conoce a la perfección el estado de los montes y las baterías de costa de Cartagena.

-Sí. Tenemos un patrimonio brutal. En realidad, a mí me gustaría ver las baterías en un estado más cuidado, y con una utilidad para la sociedad. Lo que me encanta es subir al castillo de La Atalaya, independientemente del estado en que esté, aunque sí que es cierto que es un lugar que debería estar más aprovechado y lucir otra imagen más cuidada. Estoy convencido de que tendríamos una oportunidad de sacarle partido, más allá de que sea un punto en el recorrido de la Ruta de las Fortalezas.

«Me llevaba a la familia donde fuera necesario: al Mont Blanc, los Pirineos, el Moncayo...»

-¿Cuidamos de la naturaleza?

-Hay gente de todo tipo. Hay fines de semana que subo el monte, me encuentro botellas de plástico y pienso: «¡Madre mía, qué fuerte!». Hay de todo. La persona que sube a entrenar un día normal de semana, que sale de trabajar y necesita despejarse, es posible que hasta venga bien que suba al monte: puede ver basura y dar constancia de ello para que actúen. Es tener cierta sensibilidad. Pertenezco al club Cinco Colinas y solemos organizar jornadas de recogida de basura.

-¿Y los estudiantes de la UPCT?

-Todos podemos mejorar. Sé que hay alumnos muy sensibilizados con el medio ambiente, que salen a correr y participan en la Ruta de las Fortalezas, por ejemplo. En la universidad tenemos muchas actividades relacionadas con el cuidado del entorno, y siempre lo apoyamos a pesar de no ser nuestra actividad principal. Veo sensibilidad. Supongo que cometeremos algún error, pero lo tenemos muy en cuenta.

-¿Qué me dice de los terrenos de El Hondón? Es un tema de actualidad y la UPCT ha colaborado con varios estudios.

-Está pendiente de ver qué uso le van a dar. Como cualquier suelo industrial, tendrán que ver cuál es la mejor manera de dejarlo en buenas condiciones. Pero hacerlo bien: no hay que trasladar los residuos contaminados de un lugar a otro, habrá que actuar de manera integral y respetuosa con el medio ambiente. También hay temas pendientes en la Sierra Minera. Se le debería prestar atención. Ojalá se establezcan planes para el cuidado de esos entornos, independientemente de la actividad que tuvieran antiguamente.

-Proyectó una aplicación móvil, 'TouristCT', con rutas por los edificios modernistas y universitarios. Es como ir a visitar un museo al aire libre.

-Hay diseñados caminos que te obligan a cruzar por pasos de peatones. Claro que me gustaría que fuera todo recto, sin obstáculos. Aunque Cartagena es una ciudad con tráfico, puedes hacer deporte al aire libre. Son senderos por el casco histórico. Hay huellas de bronce en cada parada, con un código QR donde poder consultar la información sobre el edificio, en español o en inglés. Es una herramienta que invita a hacer ejercicio.

Una escapada por Tentegorra

Siempre y cuando el tiempo lo permita, a Isidro Ibarra le gusta salir a correr por una de sus amplias rutas, que conoce al pie de la letra. «En Ángel Bruna puedo coger el carril bici y llegar hasta el centro comercial Mandarache. De ahí, engancho con la Alameda de San Antón, y subo la avenida Sebastián Feringán hasta Tentegorra. La bajada la hago por el Barrio de la Concepción, calle Real, el Muelle, Santa Lucía, la grúa Sansón... Al final, me salen 10 kilómetros, en un entorno bastante aceptable para estar en plena ciudad, y no en los montes. Si uno se busca la vida, puede hacerlo bien. Hay bastantes recursos. Son zonas muy divertidas y privilegiadas para practicar deporte al aire libre. ¡Y para qué decir si le echo valentía y subo a San Julián!», asegura.

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