La guía del mejor buceo de Europa sale a flote
Más de 25 años después de la creación de la Reserva Marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas ve la luz la primera publicación divulgativa específica con los tesoros que esconde el mar en este lugar único
Hace más de 30 años, 31 para ser exactos, que un grupo de tortugas bobas ('Caretta caretta') se equivocó mordiendo los anzuelos de un palangranero ... de altura que no había tendido sus artes precisamente para capturarlas. Aquello, lamentablemente, no tuvo nada de extraordinario. En realidad, la historia que nos interesa comienza varios meses después: la mañana de junio de 1992 en la que estos mismos quelonios marinos se convirtieron en símbolo de la lucha por la protección del mejor destino de buceo de Europa, como fue declarado en 2015 este rincón del Mediterráneo en torno a Cabo de Palos. Aquel día, Pedro García Moreno, luciendo un pelo negro y más corto que el largo y canoso con el que aparece ahora en tantas instantáneas del conservacionismo regional, se encargó, sumergido en el agua, de dar a aquellas tortugas la bienvenida de nuevo al mar.
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Los animales pudieron ser devueltos a la libertad tras ser capaces de expulsar por sí mismos los anzuelos con los que meses antes habían sido involuntariamente pescados. Se trata de una habilidad que pudo ser avalada entonces por el estudio que realizó con estos ejemplares la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), dirigida ahora por Pedro García, junto al Instituto Español de Oceanografía (IEO) y con la colaboración del desaparecido Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona).
Esa suelta de los reptiles junto a las Islas Hormigas se considera un momento clave en la creación, tres años después, de la Reserva Marina Cabo de Palos-Islas Hormigas. Así quedó reflejado en las imágenes que recogieron el momento, con las tortugas rodeadas de voluntarios y especialistas, y con el histórico velero noruego 'Toftevaag' de fondo desplegando una gran sábana firmada por Anse con la inequívoca leyenda «Cabo de Palos-Islas Hormigas, Reserva Marina». En la acción también participaron voluntarios de la asociación de conservación de la biodiversidad marina Alnitak, responsable del barco, y colaboraron técnicos de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Tres décadas después, con más conocimiento acumulado y la experiencia de gestión y conservación en la mochila, la Asociación de Naturalistas del Sureste ha culminado otro hito sobre este espacio único de la costa regional: la primera edición de la 'Guía Interpretativa de la Reserva Marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas'. El lanzamiento de la publicación se antoja 'a priori' menos espectacular que aquel momento de 1992. Hasta que se echa un vistazo a sus páginas. Entonces nos salpica a la cara el salitre y la belleza de decenas de cuidadas imágenes y todavía más trabajadas infografías y gráficos que invitan a una zambullida por sus 232 páginas a través de los textos que han preparado, con la ayuda de más de una decena de colaboradores, cinco de los mayores especialistas de la riqueza del lugar. Se trata del biólogo Víctor Orenes Salazar, el científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales José Templado González, el profesor de investigación del Instituto Español de Oceanografía Juan Manuel Ruiz Fernández, el profesor de Ecología de la Universidad de Murcia (UMU) José Antonio García Charton, y el mencionado Pedro García Moreno, que este año ha sido premiado por el Ministerio para la Transición Ecológica en buena medida por sus esfuerzos en la creación de reservas ecológicas.
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La primera guía interpretativa de los tesoros que guarda la Reserva Marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas recoge los conocimientos más relevantes de la oceanografía y la geología de este espacio. Se adentra en la pesca y en las comunidades submarinas que acoge el lugar; repasa la enorme riqueza de vida a la que da cobijo, incluida su biodiversidad menos visible, y da cuenta de los principales cambios que le han afectado en las últimas décadas. Todo ello ilustrado por numerosas interpretaciones artísticas del ecosistema marino, y las diferentes comunidades biológicas que se encuentran aquí, y muchas fotografías, algunas de localizaciones «inaccesibles incluso para el buceador más experimentado», como se apunta en la introducción.
Las imágenes de Javier Ferrero, al que la guía reconoce como «uno de los mayores conocedores de la reserva y sus tesoros», y de Javier Murcia, junto a la de varios colaboradores más, y las ilustraciones de Alberto Molina sumergen al lector en esta meca del buceo internacional, cuyos practicantes impulsan la economía de la zona, con sus alrededor de 25.000 inmersiones al año. El reverso de este éxito es el peligro de que acabe resintiéndose el equilibrio natural del que afloran tantos encantos. De ahí que, como recoge la guía, desde la entrada del nuevo siglo se hayan estado ensayando distintas fórmulas para establecer un cierto control en las inmersiones.
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Todas estas riquezas emergieron la semana pasada, coincidiendo con el Día Mundial de la Pesca y con la celebración del Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales, en forma de este volumen editado por Anse, y en el que han colaborado la Unión Europea; el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia; el Grupo de Acción Local de Pesca y Acuicultura de la Región de Murcia (Galpemur), y el Club de Buceo Islas Hormigas. Sus artífices prevén ponerla en breve a disposición para su descarga de forma gratuita en los portales de internet de Anse y de Galpemur, además de haber lanzado una edición limitada de 300 ejemplares en papel. En adelante ya no es imprescindible bucear para conocer este rincón del mar Mediterráneo, destacado recientemente por National Geographic en un repaso a los mejores puntos de la geografía marina española. Y si nos sumergirnos en sus aguas, ahora ya es posible disfrutarlas con más conocimiento.
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