Finca de la Reserva Natural de Cañaverosa, en la que se concentran las actuaciones. J. SÁNCHEZ
Nuestra Tierra

Ensayo para preparar el río Segura frente al cambio climático

Una antigua plantación de cuatro hectáreas de ciruelos entre dos importantes cauces de la Región se va a convertir en un bosque de ribera gracias a un proyecto de restauración y adaptación ante el calentamiento global en el que participan cinco comunidades

Martes, 1 de noviembre 2022, 01:29

Del lugar exacto donde el río Moratalla une su destino al Segura para darle un poco más de vida son testigos 850 metros de ribera, ... repartidos entre la margen izquierda del primero y la derecha del segundo. Confluyen en un picudo punto que parece indicar a las aguas el camino hacia el Mediterráneo. Si invertimos esa flecha en sentido contrario, su vértice pasa a señalarnos dónde se va a ensayar la recuperación de un bosque ripario, con la vista puesta en su resistencia frente al cambio climático. Es un primer paso de un proyecto mayor, llamado 'Fluviatilis', en el que están implicadas cinco comunidades autónomas para adaptar los ríos a las consecuencias del calentamiento global, y no perder de este modo la riqueza de sus orillas en el proceso.

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Este campo de pruebas en la Reserva Natural de Cañaverosa –la única terrestre con la que cuenta la Región de Murcia– es una antigua finca de ciruelos de regadío de cuatro hectáreas de extensión, conocida como 'La Huertecica'. «Gracias a la sensibilidad de sus dueños, las familias García Navarro y Cantero Moreno –explica la ambientóloga Nerea Martínez–, el terreno ahora está arrendado, bajo la fórmula de custodia del territorio, con el propósito de reproducir su antiguo estado natural mientras se extraen lecciones de conservación de provecho para el resto del río y otros similares».

«La zona cuenta con unas condiciones ambientales ideales para la recuperación de esta formación boscosa», destaca Jorge Sánchez, biólogo de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), que es la organización encargada de sacar el proyecto adelante.

La Reserva Natural de Cañaverosa, donde se encuentra la finca, es una de las mejores zonas de bosque de ribera de la Región

La citada ubicación de los terrenos –hasta hace poco en producción– entre los ríos Moratalla y Segura, y en plena Reserva Natural de Cañaverosa, le dan un valor y unas características notables, resalta el experto, que califica a esta área protegida como «una de las mejores manchas de bosque de ribera de la Región».

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Bosque de riberaen el río Segura. J. SÁNCHEZ

Los trabajos de restauración medioambiental persiguen la revegetación y conversión forestal de un espacio de la Red Natura 2000, fortaleciendo las comunidades de ribera con presencia de especies amenazadas. Potencia asimismo el suministro de los servicios ecosistémicos y adaptando los ecosistemas fluviales frente al cambio climático, según recoge la información facilitada por la organización conservacionista. De este modo, con la creación de este bosque se contribuye a «garantizar la conexión de las manchas remanentes y resolverá un conflicto de conectividad fluvial». En total se prevén plantar 1.570 árboles y arbustos junto a un número similar de herbáceas propias de ribera.

Sánchez concreta cómo en la restauración se prestará especial atención a la implantación y recuperación de especies configuradoras del –denominado por los técnicos– «Hábitat de Interés Comunitario 92A0 Bosques galería de 'Salix alba' y 'Populus alba'».

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Además, se concentrarán esfuerzos en especies amenazadas, como el fresno ('Fraxinus angustifolia'), en peligro de extinción; el saúco (Sambucus nigra), considerada vulnerable, y la mimbrera oscura ('Salix triandra'), que encuentra aquí una de sus escasas poblaciones en la Región.

Margen del río Segura habilitada como paseo en Calasparra. J. SÁNCHEZ

La ambientóloga Nerea Martínez, implicada también en la iniciativa, explica que en el nuevo bosque se evaluarán beneficios del establecimiento de una masa forestal, «que captura ingentes cantidades de gases de efecto invernadero», sobre una antigua superficie de regadío. Resalta la reducción de la huella hídrica, calculada en «hasta 35 Millones de litros de agua al año», y la creación de sumideros de carbono, (más de 2.000 toneladas de CO2 en 40 años).

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La iniciativa combina la promoción de la bioeconomía y la contribución a la transición ecológica al mismo tiempo

La especialista incluye entre las mejoras los denominados «servicios ecosistémicos» del bosque de Ribera, «de los cuales se beneficia la sociedad», apunta. Y enumera ventajas derivadas como la retención de sedimentos, la retirada de contaminantes del agua, el aumento del contenido en oxígeno del agua, la laminación de crecidas, la fijación de CO2, la limitación de especies que pueden resultar dañinas –como el carrizo y la caña–, el incremento del agua disponible, la acogida de fauna amenazada más el interés paisajístico y turístico.

Sánchez explica que se pretenden introducir soluciones basadas en la naturaleza (o 'SBN', como denominan los especialistas a este concepto) «a la gestión de los aprovechamientos económicos que se producen en el área de proyecto, comprendida entre el Cenajo y el cañón de Almadenes».

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«De este modo –continúa– está previsto el fomento de las poblaciones de especies de fauna controladoras de plagas en diez hectáreas de choperas madereras y en los arrozales y otros cultivos».

Igualmente cita a las aves insectívoras y a los murciélagos, a los que se quiere asentar con la colocación de 300 cajas refugio. También se va a acometar la siembra de dos hectáreas de cubiertas vegetales para promover la presencia de polinizadores.

Anse

A esta actuación, de la que ahora se está redactando su memoria para su aprobación por parte del equipo de Dirección y Conservación del Espacio Protegido, también llegan los fondos 'Next Generation', diseñados por la Unión Europea para combatir las consecuencias de la pandemia, y que aquí financian el llamado Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

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Con este instrumento la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), apoya la iniciativa.

Se trata de una ayuda comprendida en una convocatoria específica destinada a «grandes proyectos transformadores de índole científico-técnica enfocados a la promoción de la bioeconomía y la contribución a la transición ecológica».

El proyecto también contempla la implicación, a través de diversos convenios y acuerdos, de la Confederación Hidrográfica del Segura, del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Arroz de Calasparra, del Consistorio de este mismo municipio y de la Fundación Santuario de la Esperanza.

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Proyecto 'Fluviatilis'

Todo se enmarca en el conocido como proyecto 'Fluviatilis', que en este caso persigue la «recuperación de los servicios ecosistémicos para asegurar el bienestar de los ciudadanos y el buen estado de conservación de esta zona protegida», afirma el biólogo.

Esta iniciativa de custodia para la resiliencia, a la que sus desarrolladores describen como «una gran oportunidad para restaurar ríos y adaptarnos al cambio climático», echó a andar este verano en Cantabria, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Galicia y la Región de Murcia.

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Junto a Anse participan eb él las organizaciones conservacionistas Adega, Fundación Limne, Grup de Natura Freixe y Red Cambera. Todos unidos para buscar el mejor futuro de los ríos españoles, tan claves para el medio ambiente como en nuestra propia supervivencia.

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