El dilema, ¿decrecimiento o recesión?

El 23 de junio de 2021, la Agencia France Press filtró parte del contenido del resumen para políticos del IPCC. Esta noticia tuvo una gran repercusión en todo el mundo, sobre todo por la frase que incluía el propio informe: «La vida en la Tierra puede recuperarse de un cambio climático importante evolucionando hacia nuevas especies y creando nuevos ecosistemas. La humanidad no».

El economista francés Serge Latouche, profesor emérito de la Universidad de Paris-Sur, es el gran ideólogo del decrecimiento, y mantiene que «implicará reducir la huella ecológica, el despilfarro, la sobreproducción, el sobreconsumo...»

El 3 de octubre de 2020 Antonio Turiel, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), manifestó que «el decrecimiento es inevitable, tendremos que decidir si lo hacemos por las buenas o por las malas».

Otro científico del CSIC, Fernando Valladares, afirmó en 2021 que «el decrecimiento es una política planificada para reducir el impacto ecológico y la desigualdad y mejorar el bienestar». Además, insistió en que el crecimiento actual no se puede mantener indefinidamente.

Lo que sucede es que muchas personas piensan que el decrecimiento implica un retroceso social y una disminución de su bienestar, porque creen que les sacará de su zona de confort. Pero nada más lejos de la realidad, ya que podemos mantener un nivel de vida aceptable, tomando una serie de medidas, no muy complicadas, que contribuyan a ese decrecimiento, que ayudará a mitigar la actual crisis climática. A continuación, expongo un decálogo de medidas, sencillas, que todos podemos llevar a cabo y que las administraciones deberían implementar cuanto antes.

Decrecer no significa volver a la época prehistórica, sino tomar medidas sostenibles, como reducir la huella ecológica, el despilfarro, la sobreproducción, el sobreconsumo, el usar y tirar...

1. Eliminar la «obsolescencia programada». La UE debe acabar con la obsolescencia programada. Contra la misma optemos por la «alargascencia» ¡Haz que duren más las cosas!

2. Comprar ropa, casa, coche... de 2ª mano. Por ejemplo, resulta paradójico que no nos dé asco utilizar los cubiertos, platos y vasos de un bar, que han sido usados por miles de personas, y no compremos ropa de segunda mano, que solo se ha puesto una persona. Es mucho más barata y no tiene ningún impacto ambiental, porque ya está fabricada. Recordemos que la industria textil es la 2ª más contaminante, tras la petroquímica. Fabricar unos vaqueros consume 3.781 litros de agua.

3. Potenciar el transporte público, frecuente y de calidad, con bonos económicos que inviten a dejar el coche.

4. Acabar con el desperdicio alimentario, con medidas para su aprovechamiento. Cada español desperdicia casi 31 kg de alimentos al año.

5. Fomentar el autoconsumo y las comunidades energéticas (frenan el cambio climático, disminuyen nuestra dependencia energética, y suponen un gran ahorro económico). ¿Por qué en España no se implementa la colocación de placas fotovoltaicas en los tejados de todos los centros educativos, sanitarios y resto de instituciones?

6. Comprar electricidad de origen 100% renovable.

7. Adquirir electrodomésticos, viviendas, coches... con buena etiqueta energética. Ahorran dinero y reduce la huella ecológica.

8. Moverse en la ciudad andando, en bici, patinete..., usando el coche lo menos posible. Disminuirá la contaminación y mejorará nuestra salud.

9. Diseñar ciudades 15 minutos, donde los servicios fundamentales (escuelas, comercios, hospitales, ocio...) se encuentren a unos 15 minutos de donde vivimos, para no usar coches.

10. Reducir el consumo de carne (dos veces por semana, como máximo). Consume carne blanca (ave o conejo) y no carnes rojas, ni embutidos (que son cancerígenos, según la Organización Mundial de la Salud. «1 millón de muertos, cada año, en todo el mundo, por comer carne roja en exceso» (revista 'The Lancet').

No olvidemos que la transición energética a base de energías renovables tiene serias dificultades, porque no hay metales críticos suficientes para ello. La Agencia Internacional de la Energía, en 2021, comunicó que las fuentes renovables necesitan una gran demanda de metales críticos (aluminio, cobre, zinc, níquel, cadmio, litio...), con enormes costes materiales y energéticos.

Como reflexión final dejo estas frases de Carsten Jensen, que en su carta «El último discurso que doy antes de convertirme en un criminal»:

«Si crees que puedes vivir como siempre has vivido, te equivocas».

«Si crees que tus hijos tendrán una vida como la tuya, te equivocas».

«Si crees que la paciencia del planeta es infinita porque ha soportado la presencia de tu especie durante unos cientos de miles de años, te equivocas».

Tenemos que salir de nuestra la zona de confort, y exigir a los políticos que actúen ya, con medidas eficaces, para frenar esta emergencia climática en la que estamos inmersos.

¡Todos unidos para mitigar la emergencia climática!