Sebastián Sánchez: «Me he dado cuenta de que la agricultura ecológica no es suficiente»
«Dos tercios de la población mundial ya se alimentan mediante la producción agraria sostenible», destaca el ingeniero agrícola y productor de cultivos sostenibles
G. S. FORTE
MURCIA
Martes, 7 de abril 2020, 21:54
Sebastián Sánchez (Lorca, 1972) se intoxicó, figuradamente, de agricultura ecológica el verano que se intoxicó, literalmente, con los preparados químicos que empleaban en los invernaderos ... de su familia. Tiempo después, este ingeniero agrícola por la Universidad de Orihuela decidió dar un paso más allá y se apuntó a unas prácticas sostenibles mucho más exigentes y comprometidas con el medio ambiente, y también con la sociedad, incluido el bienestar de los trabajadores.
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–¿Cómo se despertó su sensibilidad ecológica en el agro?
–Yo provengo de una familia de agricultores de la comarca de Mazarrón, dedicados al cultivo del tomate, con lo que estudiar Ingeniería Agrícola fue una decisión que ya tomé desde pequeño. Ayudando en verano en los invernaderos de la familia me intoxiqué varias veces con los tratamientos fitosanitarios, y desde entonces tengo especial sensibilidad a varios productos químicos. Ahí me di cuenta de que algo no estábamos haciendo bien. Más tarde, trabajando como técnico, conocí los disparates que se estaban cometiendo contra el medio ambiente con el modelo mayoritario de agricultura intensiva. Por eso me interesé más por la agricultura ecológica. Hasta que hace quince años, con la ayuda de mi hermano Juan Pablo, creamos nuestra empresa Worlmark Alimentos Ecológicos.
«El sistema productivo agrícola lo van a cambiar los consumidores»
–¿La agricultura ecológica es suficiente como marchamo de respeto al medio ambiente?
–Un producto certificado como ecológico quiere decir que cumple con unos reglamentos que dicta la Unión Europea. Esto garantiza que va libre de pesticidas y fertilizantes químicos, y que tampoco se pueden utilizar semillas de transgénicos, entre otros condicionantes. Por supuesto que esto es muchísimo mejor para el medio ambiente que la agricultura convencional, pero me he dado cuenta de que no es suficiente y debemos ir hacia una agricultura ecológica y sostenible. Debemos introducir conceptos como la huella de carbono, la rotación y la diversificación de cultivos, y por supuesto el bienestar de nuestros trabajadores.
–¿Todo ello redunda en unos productos más caros?
–Los productos ecológicos son más caros que los convencionales, sí: en torno a un 20% o 30% más para el agricultor. Pero no es porque el agricultor gane mas dinero con ellos, sino porque se obtienen unos rendimientos menores en su producción y con unos costos mayores (las semillas, los fertilizantes, etcétera son más caros). En España cada vez se venden más, y ya incluso se pueden conseguir en algunas grandes superficies (yo soy proveedor de una de ellas), pero el consumidor todavía no está suficientemente concienciado en nuestro país. Mis principales clientes están actualmente en los países del norte de Europa.
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«A lo que hacen en África y Suramérica lo llamamos ahora en Europa economía circular»
–¿Se puede alimentar a la población mundial creciente con una agricultura exclusivamente sostenible?
–Esta es una muy buena pregunta que la mayoría de los agricultores convencionales siempre me rebaten. La cuestión es que tenemos una idea sesgada sobre el mundo. La mayoría pensamos en Europa, Norteamérica y algunos países de Asia, pero yo que he viajado por varios países de África, Suramérica y Asia he visto la realidad de que dos tercios de la población mundial ya se están alimentando mediante agricultura sostenible. Piensa que un agricultor de la India que tiene unos ingresos mensuales de menos de 100 euros, no puede comprar un saco de fertilizante químico que vale 50 euros, ni un litro de insecticida que vale 200. Lo que están haciendo es obtener ellos mismos sus semillas, y con los restos de cosecha alimentan el ganado, que abona con su estiércol. A esto ahora en Occidente lo llamamos economía circular. Mientras, en el mundo rico nos estamos cargando los suelos, contaminando las aguas y cada vez vamos a tener más plagas, más virus, bacterias, etc.
–En todo caso, ¿percibe que nuestra sociedad es cada vez más sensible con la sostenibilidad agraria?
–Por desgracia en España todavía no hay conciencia en la sostenibilidad agraria. Los pequeños agricultores y las grandes empresas están más preocupados de cuadrar las cuentas, que por desgracia no les salen. Tanto es así que el año pasado varias empresas agrícolas de nuestra Región entraron en concurso de acreedores. Es difícil hacer ver que vamos por un camino equivocado a alguien que no tiene para llegar a fin de mes. Debemos hacer rotación y diversificación de cultivos en vez del monocultivo que hay de pimiento en los invernaderos de la comarca de Cartagena, y de tomate en Mazarrón y Águilas, por ejemplo. Son los consumidores los que deben cambiar el sistema productivo. Ellos tienen el poder de elegir cuando van a la compra y demandar más productos ecológicos.
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–¿Cree que vamos a salir más sensibles con el medio ambiente tras la crisis del coronavirus o todo volverá al mismo punto?
–Después de la crisis sanitaria del coronavirus va a llegar otra mas larga si cabe, la económica. Y, por desgracia, cuando la economía va mal todos nos olvidamos del medio ambiente. Lo que si espero que cambie la mentalidad de muchos empresarios y se den cuenta de que el activo más importante de una empresa son los trabajadores.
–¿Qué prácticas sostenibles realiza en su día a día, más allá de su trabajo?
–En mi casa separamos y reciclamos todo, por supuesto. También intentamos comprar todo con el menor envoltorio de cartón o plástico, e intentamos ahorrar la mayor cantidad de agua posible. Por otra parte, mi hermano Juan Pablo y yo fuimos los primeros de Mazarrón en movernos con coches eléctricos puros, y estamos tramitando construir una electrolinera solar en la empresa y así poder electrificar toda nuestra flota de vehículos, furgonetas, tractores y camiones.
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–¿A qué rincón natural de la Región de Murcia le gustará ir cuando se acabe el confinamiento?
–A la sierra de la Almenara, que es donde está mi pueblo, Morata, un rincón precioso de nuestra Región, con un bosque mediterráneo precioso y espectaculares vistas al mar.
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