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Vista aérea del río Segura a su paso por Cieza, en las inmediaciones de la finca El Menjú. Guillermo Carrión / AGM
Bosques contra cañaverales

Bosques contra cañaverales

La Confederación Hidrográfica del Segura aborda con los ayuntamientos de Molina y Alguazas la recuperación ambiental del río entre los sotos de Los Álamos y La Hijuela

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Martes, 17 de abril 2018

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Combatir la invasora población de caña ('Arundo donax') que ha ocupado las riberas del río Segura y ha desplazado a las especies autóctonas es una de las prioridades de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) que, presionada por los alcaldes de los municipios de las vegas Alta y Media del Segura y por la Directiva Marco del Agua -que exige un buen estado de los ecosistemas acuáticos de todos los países de la UE-, son conscientes de que la presencia de los densos cañaverales en la mayor parte de las riberas del Segura perjudica la salud ecológica del río y sus ecosistemas. «La capacidad de colonización de la caña, considerada por la UICN una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, reduce la biodiversidad porque desplaza la vegetación autóctona, proporciona poco hábitat y alimento a la fauna riparia, reduce la abundancia y diversidad de invertebrados, especialmente artrópodos, cambia la estructura de la vegetación, disminuye la disponibilidad de suelo, aumenta el riesgo de incendios y el de inundaciones, ya que puede provocar grandes taponamientos», explican desde la CHS. Además, consume mucha más agua que la vegetación autóctona -entre 3 y 20 veces más, en ríos seiáridos- y disminuye su calidad -aumenta su temperatura, reduce la cantidad de oxígeno, «incrementa el ph y facilita la conversión del amoniaco a su forma tóxica desionizada», aclara el jefe de Servicios Medioambientales de la CHS, Eduardo Lafuente-.

En respuesta a las reclamaciones de los alcaldes, la CHS ha realizado este invierno numerosas actuaciones de emergencia en municipios como Alguazas, Cieza, Ulea, Ojós, Lorquí, Ceutí, Molina, Las Torres, Archena y Abanilla, mediante las que se han efectuado pequeñas intervenciones a lo largo de 4 km. del Segura y 1 km. del Chícamo. «Hasta ahora, se hacían cortas de cañas en otoño, con un coste impresionante, y el problema cada vez era más grande», explican los técnicos, que aseguran que ahora se ha llegado a acuerdos con los municipios para que colaboren y se hagan cargo de las labores de mantenimiento de las repoblaciones durante los dos años siguientes a la reforestación.

Algunas cifras

  • 965.000 euros del plan Pima Adapta se invertirán en la recuperación ambiental del río Segura entre el Soto de Los Álamos y el de La Hijuela.

  • 4.000 pies de árboles y arbustos reforestarán los 4 km lineales de ribera del Segura, que fijarán unas 683 toneladas de CO2 al año.

«Los ayuntamientos han reaccionado muy bien», constata Lafuente; y añade: «No se creen que la caña se pueda quitar, y se puede». Lo dice orgulloso, mientras muestra algunas de las últimas intervenciones realizadas, como la de Abarán, la de Archena, la del Menjú (Cieza) o un tramo recién recuperado y en fase de seguimiento intensivo entre los municipios de Ceutí y Lorquí.

Intervención realizada por la CHS en Archena, junto a la escala César Avilés de Segura Riverlink; y 'Dorycnium rectum'.
Intervención realizada por la CHS en Archena, junto a la escala César Avilés de Segura Riverlink; y 'Dorycnium rectum'. Guillermo Carrión / AGM

Lo afirma con conocimiento de causa. Desde 2014, la CHS ha plantado alrededor de 20.000 pies de árboles y arbustos de ribera a lo largo de 55 km. del Segura dentro de las actuaciones de los Life Segura Riverlink y Ripisilvanatura, de los que, a fecha de hoy, sobreviven más del 50%. También en Hellín, con fondos Feder, se intervino en 6 km. de ribera, donde se plantaron más de 10.000 árboles y arbustos para contribuir a combatir las poblaciones de cañas.

Precisamente dentro de los Life, la CHS ha puesto en marcha varias técnicas piloto para eliminar las cañas con el objetivo de discernir cuál es el método más efectivo y eficiente. Ahora acaban de empezar a trabajar en las dos márgenes del río Segura en el tramo que va desde el Soto de Los Álamos al Soto de La Hijuela, 4 km. lineales entre los municipios de Alguazas y Molina de Segura, que conectarán ambas zonas regeneradas por el Ayuntamiento de Molina y Ecologistas en Acción -«una recuperación ejemplar», apunta Lafuente-, y que darán continuidad al bosque de ribera, haciendo del río un espacio más habitable para la fauna y flora silvestre autóctona, pero también para los ciudadanos de ambos municipios y para los visitantes.

Tramo de ribera cubierto con polietileno para eliminar la caña.
Tramo de ribera cubierto con polietileno para eliminar la caña. CHS

Una actuación de impacto

Para evitar alarma entre la población, Lafuente advierte del fuerte impacto visual que tendrá la eliminación de caña en buena parte de los 4 km. de ribera entre Molina y Alguazas. En las zonas más degradadas, donde no hay vegetación de ribera, utilizarán la técnica de cubrimiento con lámina de polietileno, un método que plastificará con una capa negra los taludes del río en la zona. «Es el método más efectivo, porque se cubren los cañaverales desbrozados en primavera y se mantienen tapados hasta después del verano (un mínimo de 6 meses)», explican los técnicos. En ese plazo, la planta no puede hacer la fotosíntesis (por la ausencia de luz), las raíces llegan a alcanzar los 90 grados de temperatura y la falta de oxígeno contribuye a que se pudran los rizomas eliminando para siempre la caña, detalla Lafuente. Hasta ahora, explica, se había utilizado cañizo e incluso arcilla para cubrir las cañas, pero los rebrotes agujereaban estas superficies. También se han realizado cortas reiteradas, pero precisan repeticiones cada tres semanas en periodo de crecimiento, lo que resulta inviable para la CHS, que no dispone de personal propio. Igualmente se ha extraído el rizoma, profundizando hasta medio metro, pero esta técnica amenaza la estabilidad de los taludes cuando tienen mucha inclinación. Además, se probó a triturar el rizoma, pero «con un trozo de dos centímetros era suficiente para que echara raíces», cuenta para demostrar la capacidad de rebrote que tiene la caña.

Un proceso monitorizado

Para conocer al detalle los procesos que se producen bajo la capa plástica, el departamento de Ecología de la UMU colaborará monitorizando con sensores lo que ocurre, «el estudio formará parte de un proyecto fin de máster», especifican.

Pasada esa fase inicial, comenzará la reforestación con especies autóctonas de ribera: en una primera franja plantarán aneas (60%) y lirios amarillos (40%), que complementarán al carrizo; y, en segunda línea, pondrán especies arbóreas (álamo blanco, olmo, almez y fresno; 900 árboles por hectárea) y arbustivas (tarays, adelfas, madreselvas, murtas, emborrachacabras y sarga; 2.500 pies por hectárea). Además, incorporarán la herbácea perenne 'Dorycnium rectum' o carretón bravo que, como han descubierto en el Soto Damián, en Abarán, ha competido con la caña y ha colonizado el territorio que esta ocupaba. «Esto es importante para la lucha contra la caña y por eso vamos a recoger semillas para plantarla en las nuevas intervenciones», avanza el jefe de Servicios Medioambientales de la CHS. De igual manera, explican, han aumentado la cantidad de aneas y juncos que se plantan en la primera línea, para combatir al carrizo, una especie autóctona pero que, en algunos tramos, actúa como invasora.

Precisamente en la fase de mantenimiento será en la que intervengan los ayuntamientos, que se harán cargo durante los dos años siguientes de que las plantaciones salgan adelante con personal del Consistorio y con la colaboración de voluntarios para los riegos de auxilio y para algunas de las reforestaciones y trabajos necesarios para garantizar la viabilidad del futuro bosque.

Recuperación ambiental del Segura entre los sotos de Los Álamos y La Hijuela
Recuperación ambiental del Segura entre los sotos de Los Álamos y La Hijuela

La recuperación ambiental se completará con la instalación de cartelería sobre el objetivo de la intervención, el valor de los ecosistemas fluviales y las especies que los habitan. Además, se realizarán actividades divulgativas del proyecto en Molina y Alguazas y editarán trípticos para explicar a los ciudadanos la novedosa técnica del polietileno. «Hasta ahora la CHS la ha utilizado de forma experimental en pequeños tramos y recientemente la ha usado Anse con Aguas de Murcia en Contraparada», justifica Lafuente.

Para llevar a cabo el proyecto, la CHS invertirá 965.000 euros del plan Pima Adapta, de la Dirección General del Agua, que tiene como objetivo adaptar los ecosistemas fluviales al cambio climático. No en vano, esta intervención contribuye a reducir la evapotranspiración del agua, al sustituir las cañas por especies de ribera con menor consumo, y a incrementar la absorción de carbono. Durante el proyecto, plantarán 4.000 pies de árboles y arbustos autóctonos de ribera, que fijarán unas 683 toneladas de CO2 al año y contribuirán a tener un río más saludable y habitable.

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