Miguel Manuel Pérez-Guillermo: «Nuestro actual ritmo de vida nos ha alejado de hábitos saludables»
«El medicamento siempre ha sido necesario, pero ahora lo es aún más por los desequilibrios que produce el escaso contacto con la naturaleza», diagnostica el farmacéutico y propietario ecoturista
G. S. FORTE
MURCIA.
Martes, 1 de diciembre 2020, 21:40
Las inquietudes de Miguel Manuel Pérez-Guillermo (Fuente Álamo, 1966) le han impulsado a ser farmacéutico, representante vecinal en Cartagena y patrono de la ... fundación Juan Carrión (el profesor de inglés cartagenero que convenció a John Lennon para que incluyese las letras de las canciones en los álbumes de los Beatles). De todas sus facetas, la condición de propietario conservacionista y emprendedor en la Red Natura 2000 es la que mejor resume su preocupación por el medioambiente, que es un prurito que también le ha llevado a colaborar con asociaciones como Anse, Arba o Adela. Haber sacado adelante un proyecto de ecoturismo en un su espacio favorito de la Región (La Muela-Cabo Tiñoso) le llena de orgullo, al tiempo que trata de quitarse méritos para centrarlos en su equipo, por lo que afirma que se siente incómodo de que en esta entrevista no participen todos ellos.
–¿Qué nos sana más, el medio ambiente o las medicinas?
–Nuestro actual ritmo de vida nos ha alejado de hábitos saludables, tanto en alimentación como en la producción de alimentos. De hecho, las patologías de nuestros ascendentes eran otras. El medicamento siempre ha sido necesario, pero ahora lo es aún más por los desequilibrios que produce la falta de contacto con la naturaleza y el alejamiento de sus ritmos. Suscribo que el medio ambiente tiene un fuerte impacto en la salud de las personas, como afirman grupos científicos internacionales y locales, como el que dirige el doctor Ortega García [de la llamada Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica, Pehsu].
«Hay una falta de consciencia de que los recursos son finitos»
–Y a usted, ¿qué rincón natural de la Región de Murcia le hace sentirse más sano?
–La zona de La Muela-Cabo Tiñoso, una joya desconocida de nuestra Región. La emoción de contemplar la quietud e inmensidad de sus paisajes montañosos y marítimos, con la cantidad de biodiversidad que alojan, son una auténtica medicina preventiva y curativa.
–¿Cómo acaba un farmacéutico implicado en un proyecto de ecoturismo?
–Soy de pueblo y conozco algo el medio rural. Dedico mi tiempo libre a este proyecto vivo y en constante evolución, que es pionero a nivel europeo por pasar de antiguas edificaciones militares históricas abandonadas en Red Natura 2000 al uso agro y ecoturístico. Ofrecemos el resultado del trabajo de un gran equipo, sin el cual habría sido imposible llevarlo a cabo.
–¿Qué distingue al ecoturismo de las actividades turísticas convencionales en el campo?
–El ecoturismo es una destilación más pura. Es un disfrute del medio rural más respetuoso y comprometido, enfocado al conocimiento y al disfrute de la naturaleza. El ecoturista conoce, valora y disfruta del paisaje natural y, con ello, de la biodiversidad que alberga. Puede ser una opción de desarrollo sostenible y un dinamizador socioeconómico dentro de Red Natura 2000.
–El ecoturismo ya es como un sello que atrae cada vez más. ¿No hay quien está haciendo un mal uso del concepto de ecoturismo y lo coloca en negocios que no tienen que ver con estas prácticas?
–Efectivamente, y eso hace un flaco favor a esta modalidad y al destino. Las premisas iniciales del diseño del proyecto Ecoturismo Cabo Tiñoso se enfocaron a minimizar la huella de carbono de cada cliente, tanto para los comensales como para los alojados en las casas rurales que acabamos de poner en marcha.
«La sostenibilidad es la asignatura pendiente de nuestro tiempo»
–Uno de los males que afecta actualmente al medio ambiente es el exceso de visitas a determinadas zonas. En este contexto, ¿se puede hacer un turismo sostenible?
–Sí, pero no estaría de más una regulación. El problema es cualitativo más que cuantitativo. Urge formar personas respetuosas e implicadas con el trabajo conservacionista que tantos propietarios estamos llevando a cabo durante varias generaciones y, actualmente, en el voluntariado de asociaciones. Este aspecto todavía no se valora ni se reconoce por el ciudadano de a pie ni por la Administración, salvo en muy contadas excepciones.
–¿Qué nos falta para concienciarnos de la necesidad de desarrollarnos de una forma sostenible?
–Creo que la sostenibilidad es la asignatura pendiente de nuestra actual forma de vida. Nosotros cocinamos a la leña productos locales de primera calidad, cuidamos nuestra tipología constructiva tradicional en interiores y exteriores, ofrecemos excelentes vinos del campo de Cartagena y de nuestras tres denominaciones de origen regionales, observamos y mejoramos la recogida y el uso de pluviales como diseñaron los ingenieros militares de los años 1930, practicamos agricultura ecológica, ensalzamos la flora autóctona, buscamos el 'kilómetro cero' y emisiones cero, somos un oasis para la avifauna, etc. Porque lo rural y lo natural es bello.
–¿Qué estamos comunicando mal para que no nos hayamos tomando en serio el medio ambiente?
–Hay una falta de consciencia de que todo proviene de la naturaleza y de que los recursos, tanto materiales como energéticos, son finitos. Ya lo decían nuestros abuelos, que apenas generaban residuos. Sus vidas seguían un sistema muy parecido a los ciclos naturales.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión