Ojos para el medio ambiente

El uso de 'drones' permite llevar a cabo diversas tareas de vigilancia y control del medio ambiente. Gracias a estos dispositivos, que pueden ser de ala fija o rotatoria, se puede obtener una perspectiva privilegiada de los cambios que se producen en los espacios naturales, ya sean fenómenos de degradación y erosión o episodios de contaminación, y comparar su evolución en el tiempo.

En casos de incendios, desastres biológicos o nucleares, permiten observar de cerca el lugar de la catástrofe sin poner en peligro a nadie. También son de gran utilidad para evaluar el nivel de las cuencas hidrográficas y el impacto de las grandes infraestructuras en el medio ambiente, así como para vigilar los vertidos tóxicos e ilegales en medios acuáticos y terrestres. Incluso, se puede medir el índice de contaminación lumínica y realizar los correspondientes mapas a partir de las imágenes nocturnas y poner en marcha medidas de ahorro energético.

El coste de los 'drones' es reducido respecto a otras tecnologías y vehículos aéreos y, de forma general, su manejo es sencillo. Y es que se pueden controlar mediante una aplicación desde un teléfono móvil o una tableta; pilotar desde el ordenador, como si de un videojuego se tratara, o directamente programarlos para que vuelen de forma autónoma.

La cooperativa AOT Topografía, por ejemplo, ha empleado 'drones' equipados con cámaras multiespectrales (captan información invisible al ojo humano) para determinar el momento óptimo para la vendimia en los viñedos de algunas bodegas de la Región.