La ministra de Defensa, este miércoles junto a su homóloga lituana. Efe

El avión de Robles que viaja a Lituania sufre «perturbaciones» en el GPS cerca de Kaliningrado

Se trata de interferencias en el sistema de geolocalización, un episodio habitual cuando se pasa por el enclave ruso del Báltico

Mateo Balín

Enviado especial a Siauliai (Lituania)

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 11:23

El avión que transporta a la ministra de Defensa Margarita Robles a Lituania, donde ha visitado al destacamento aéreo integrado en una misión de la OTAN ... en el flanco este, ha sufrido un intento de «perturbaciones» del sistema de geolocalización GPS a su paso por las proximidades de Kaliningrado, territorio ruso fronterizo con Polonia y Lituania con salida al mar Báltico.

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El episodio se ha producido a unos 40.000 pies de altura y 20 millas de distancia de Kaliningrado, cuando sobrevolaba el Báltico. La titular de Defensa viaja con un grupo de periodistas hasta la base lituana de Siauliai y ha explicado en pleno vuelo junto al comandante de la aeronave este incidente.

Las «perturbaciones» son interferencias en el GPS civil del avión. Una situación que provoca que el sistema de geolocalización esté perdido, indicando una posición diferente de la que en realidad se encuentra. «El avión está preparado para no tener interferencias. En cualquier caso es lo habitual en esta ruta, también en vuelos comerciales, no es porque sea un avión nuestro», señalaron fuentes de Defensa para relativizar el suceso.

En caso de tratarse de un vuelo civil sí tendría consecuencias, aunque los pilotos tengan otros sistemas tradicionales para no perder las coordenadas de la ruta. En el caso de la aeronave en la que vuela la ministra, al ser militar, cuenta con sistemas de protección añadidos que permiten repeler no solo las interferencias, sino mantener los datos GPS que proporcionan los satélites militares estadounidenses.

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El suceso se ha producido cuando los sistemas de la aeronave han comenzado a emitir un leve pitido y los pilotos han descifrado que había distorsiones entre los datos que le transmitía el GPS civil con lo que le llegaban de los satélites militares estadounidenses.

Este tipo de actuaciones son habituales por parte del Ejército ruso en el marco de su sistema de defensa, cuya base en Kaliningrado es clave dada su situación geoestratégica. La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, vivió un episodio similar el pasado 1 de septiembre, cuando viajaba en un avión civil de Polonia a Bulgaria y tuvo que aterrizar manualmente tras perder las ayudas electrónicas de navegación por interferencias en el GPS. Además, hace cuatro años Pedro Sánchez se vio obligado a interrumpir una rueda de prensa junto al primer ministro de Lituania por la incursión de avión ruso en el espacio aéreo nacional.

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«Amenazas reales»

Robles ha reivindicado el derecho a circular libremente por el espacio aéreo europeo sin sufrir este tipo de «amenazas reales», mientras que su homóloga lituana, Dovile Sakaliené, ha explicado que estas interferencias las sufren también muchos aviones comerciales que circulan por la zona y no disponen de GPS militar, por lo que suponen un grave riesgo para la navegación aérea. Tras trascender la noticia, el ministro de Defensa ucraniano, Denis Shmihal, ha llamado a Robles para interesarse por lo sucedido.

Posteriormente, en la rueda de prensa conjunta, la ministra lituana ha pedido que el despliegue español en su país, en el que participan ocho cazas y 190 militares, cambie su actual misión de «policía áerea» por otra de «defensa aérea». Es decir, que los Eurofighters no se limiten a identificar a las aeronaves rusas que vulneren el espacio aéreo sino que las neutralicen y, llegado el caso, las derriben.

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Precisamente, el Parlamento lituano aprobó este martes una reforma para agilizar el procedimiento para eliminar drones después de que un aparato ruso cargado de explosivos sobrevolase la capital, Vilna, en julio pasado, en una acción parecida a la que en las últimas semanas han padecido Polonia, Bulgaria o Estonia. Robles se ha mostrado muy cauta ante la petición de su anfitriona, aunque ha constatado la preocupación creciente de las autoridades lituanas ante las provocaciones rusas. Su apuesta, dijo, sigue siendo por la disuasión y la diplomacia ante el riesgo de una escalada con Moscú.

En el plano operativo, el actual contingente de cazas Eurofighter será sustituido en noviembre por otros ocho F-18, cuya presencia se prolongará hasta marzo, pero Defensa no descarta que dos de ellos puedan incorporarse a la nueva operación llamada Centinela Oriental, que anunció la OTAN tras la irrupción de 19 drones rusos en Polonia. España ha ofrecido dos cazas y un A400M de reabastecimiento en vuelo para este nuevo despliegue, cuyo diseño final se conocerá el próximo 6 de octubre. La decisión se está demorando por la dificultad de acordar unas reglas de enfrentamiento que incluyan el derribo de aeronaves rusas en caso extremo.

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