AFP

«Las cuentas pendientes»

La investigación al exministro Montoro abre una vía de agua al PP en un momento en el que había logrado fijar el relato contra Sánchez

Alberto Surio

San Sebastián

Domingo, 20 de julio 2025, 00:03

La investigación al exministro Cristóbal Montoro abre una espectacular vía de agua en la estrategia de oposición radical y en tromba aplicada por Alberto Núñez ... Feijóo contra el presidente del Gobierno. El líder del PP ha señalado tras conocer la noticia que no va a criticar ni la «persecución de los jueces» ni aludir a los «pseudomedios» para que la investigación «haga su trabajo». Trata así de diferenciarse de la reacción de Pedro Sánchez tras el caso Cerdán, pero es evidente que la gravedad de las acusaciones lanzadas introduce una variable en el inflamado debate que cambia el decorado y mete a nuevos personajes en el guion. El PP ha desbaratado su discurso de colocar al PSOE en el único epicentro de la corrupción. Los socialistas fueron tajantes en reaccionar al aparecer los indicios contra Santos Cerdán y en su día exigieron el escaño a Ábalos cuando estalló el escándalo. Eso sí, sigue sin entenderse por qué tras retirarle la confianza como ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, Ábalos fue de nuevo candidato a diputado en la Comunidad valenciana.

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Pero el foco está ahora puesto sobre Montoro y el escándalo de la 'alta delincuencia' que se presume detrás de este asunto, que además ha destapado una verdadera 'guerra sucia' en el seno de la derecha, con numerosos ajustes de cuentas pendientes. Los socialistas reciben esta investigación, y todo este ruido de fondo, como una valiosa munición de contraataque en el partido agónico que libran con el centroderecha y en el que el PP ha puesto en marcha un imaginario ligado a la prostitución con el que quiere laminar la reputación del Partido Socialista, sobre todo en el electorado de las mujeres.

Sin embargo, los movimientos políticos circulan a una elevada velocidad. Después del pleno sobre la corrupción, que permitió a Sánchez salvar la cabeza y contar con un menguante apoyo de sus socios, la investigación sobre Montoro -saludada con euforia por una parte de la derecha más dura que le tiene muchas ganas a Rajoy- obliga a los populares a salir de la burbuja. Es evidente que las acusaciones contra Montoro no restan ni un ápice a la gravedad de la trama Koldo-Ábalos-Cerdán, a la espera de saber, eso sí, si aparecen rastros reales del destino del dinero que supuestamente fue a parar a mordidas de algunas empresas en determinados contratos de obras públicas. ¿Qué valor probatorio pueden tener los audios que hemos escuchado si no aperece el dinero?

La semana se ha completado con nuevos episodios que ilustran lo embarazoso que está el campo de juego europeo por contaminación del pulso enconado que se libra en España. Que el representante de la Comisión Europea ante la vista del Tribunal de Justicia de la UE señale que la ley de amnistía no responde «al interés general de España», por tratarse de un acuerdo político logrado para salvar la investidura de Sánchez, constituye un varapalo para la estrategia del Gobierno después del pronunciamiento favorable del Tribunal Constitucional. El nuevo aplazamiento de la cuestión de la coooficalidad del catalán, del euskera y del gallego en las instituciones de la Unión, tras las reticencias de un bloque minoritario de países que impiden la unanimidad, ponen de manifiesto la enorme batalla de poder que se disputa en el seno de Europa. El PP ha movido sus piezas para impedir este reconocimiento, persuadido de que esta derrota diplomática de la causa plurilingüístca de España es un torpedo a la línea de flotación de la relación entre el Gobierno PSOE-Sumar y los nacionalistas. Puede ocurrir precisamente todo lo contrario, que la hostilidad manifiesta del PP hacia el reconocimiento formal de las otras lenguas oficiales del Estado español en la UE alimente una enorme fractura política y emocional que, tarde o temprano, pasará su alargada factura. Y si no, al tiempo. Vox sigue disparada en las encuestas. El PP tiene un serio agujero en su propio seno mientras el ministro Félix Bolaños respira aliviado tras desactivarse su causa ante el Supremo. Son los 'incendios' del verano. Algunos se apagan y otros se cronifican.

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