Rueda de prensa de Junts en el Congreso para analizar el momento que atraviesa la legislatura. EFE

En busca del marco perdido

Entre líneas ·

El bloqueo de la legislatura desgasta al sistema y beneficia a la ultraderecha

Alberto Surio

San Sebastián

Domingo, 9 de noviembre 2025, 00:08

La semana se ha precipitado con acontecimientos rápidos en estas vísperas del 50 aniversario de la muerte de Franco. En un momento en el que ... la democracia española está gravemente herida por el descrédito social hacia la política y las instituciones, la ultraderecha cabalga al galope en toda Europa y también toca a la puerta de la Península Ibérica en este otoño templado. Las cinco décadas tras la muerte del dictador no podían llegar en una circunstancia tan perversa para la salud de los sistemas públicos. La memoria democrática de lo que pasó hace 50 años en este país apenas llega a las nuevas generaciones mientras las redes sociales construyen su propio marco de simplificación.

Publicidad

La semana comenzó con un plato fuerte: la dimisión a cómodos plazos de Carlos Mazón al frente de la Presidencia de la Comunidad valenciana, que ha tenido que hacerse a un lado para evitar la quema política de Alberto Núñez Feijóo, ya atrapado por la táctica perversa de Vox en su estrategia por asfixiar la autonomía estratégica del PP. Los populares sienten la tenaza de Vox cada vez más cerca, lo que complica de forma extraordinaria su futuro. Pero el enrocamiento de Mazón, que es el fruto del cálculo de Feijóo de que la controversia bajaría de volumen y de ruido con el paso de los meses, ha sido funesto para los intereses del centroderecha.

La bronca valenciana siguió con la entrevista con el rey emérito Juan Carlos en un medio francés, que ahonda en la senda del despropósito haciendo un flaco favor a su hijo, el rey Felipe VI. La controversia ha proseguido con el juicio al fiscal general del Estado, Álvaro Garcia-Ortiz, un enredo en el que no está nada claro que la Justicia encuentre la prueba palpable de que filtró deliberadamente un secreto fiscal que afectaba a Alberto González Amador, el novio de la presidenta de a Comunidad de Madrid, para hacer frente a un bulo.

La cuarta personaje es Míriam Nogueras, la portavoz de Junts, que ha confirmado una vez más la ruptura con el Gobierno al anunciar que votarán en contra de todas las iniciativas que presente en el Congreso y que este divorcio «es irreversible». Una fractura que, si no tiene marcha atrás, obligará a Sánchez a medio plazo a adelantar las elecciones. El quinto personaje es el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, contento porque el informe de la UCO le libra por ahora de un proceso penal, aunque esparce sombras sobre su relación con Koldo que son políticamente muy nocivas.

Publicidad

En este contexto previo hay que incluir como colofón la declaración de Sánchez desde Brasil a favor de no anticipar las elecciones. La apuesta del presidente por cumplir su mandato, pase lo que pase, es una demostración de resistencia y resiliencia que puede chocar con los límites del principio de realidad. Con Junts y Podemos claramente en las bancadas de la oposición, y sin Presupuestos, el Gobierno va a naufragar en todos sus proyectos que necesiten tener un apoyo mayoritario en el Congreso. La legislatura se encuentra en la práctica colapsada, pero previsiblemente el presidente tiene la sensación de que aún tiene margen de maniobra para activar al campo progresista.

En este ambiente de incertidumbre, la izquierda vuelve a necesitar una baza de movilización, como en su momento ha sido la bandera de Palestina. En este clima de escoramiento de un sector del electorado hacia la ultraderecha, empiezan también a aflorar determinados movimientos subterráneos en un espectro de la sociedad que puede sentir la necesidad de la movilizarse desde la izquierda más crítica o radical. Y que, salvando las distancias siderales, ven en el nuevo alcalde de Nueva York, Zohram Mandami, un referente interesante para hacer frente al trumpismo.

Publicidad

La conclusión que puede extraerse es que existe una amplia parte de la ciudadanía urbana a la que le horroriza la ultraderecha. Entre ellos, muchos jóvenes. Pero hay que ofrecerles alternativas alejadas del lenguaje de madera de la política tradicional.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Oferta Cyber Week 6 meses por 2€ al mes

Publicidad