Los tiradores de Yecla recogen menos pólvora por el alza en el precio

Pese al mal tiempo, el reparto transcurrió de forma tranquila y sin incidencias. Medio millar de personas acudieron ayer al complejo polideportivo Juan Palao, en Yecla, para recoger la pólvora que será utilizada por los tiradores en las próximas Fiestas de la Virgen. Era el primero de los tres repartos que se van a realizar. El segundo se desarrollará el viernes de la semana que viene, antes de La Subida de la Patrona, y el tercero, a principios de enero para disparar durante la jornada de Acción de Gracias.

En esta ocasión se repartieron unos 800 de los 1.500 kilos de pólvora que este año ha pedido la Asociación de Mayordomos, entidad organizadora de los festejos. Se trata de la menor cantidad de pólvora que se ha comprado en las últimas décadas. Supone un descenso del 7% respecto al año anterior. Esta disminución se debe al aumento del precio de la pólvora, que se paga a unos 36 euros el kilo, unos seis euros más que el pasado año. Hay que tener en cuenta que hace apenas una década el precio del kilo de pólvora era de 14 euros. Un encarecimiento que «aleja» a parte de los tiradores a comprar más pólvora que la estrictamente necesaria.

Además del precio de este material que es esencial para entender las fiestas de la Purísima, este año la nueva normativa aprobada por el Ministerio del Interior -la ya famosa Instrucción Técnica Complementaria (ITC 26)- para el uso y reparto de la pólvora ha endurecido los requisitos. En concreto, tanto los tiradores como los cargadores han tenido que superar un curso de formación obligatorio. En el caso de Yecla se han realizado nueve sesiones organizadas por el Ayuntamiento.

Esa misma normativa ha provocado que el reparto de la pólvora fuera diferente. Ayer por la mañana, uno a uno se fue comprobando los nombres de las personas que se llevaban la pólvora. Allí, se han cargado las cantimploras y se les ha puesto un precinto con un número de serie para determinar el propietario y la trazabilidad del producto.

El presidente de la Asociación de Mayordomos, José Francisco Puche, estaba satisfecho de cómo transcurrió un primer reparto marcado por la lluvia que se hizo notar durante toda la mañana. En apenas una hora y media se pudo dar por concluido el reparto en el que agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local estaban presentes para garantizar que se realizaba según establece la normativa.

El uso de la pólvora durante los días de las fiestas está regulada en los distintos actos que comienzan el sábado de madrugada con la Alborada. Allí, por primera vez, se dispararán los arcabuces a eso de las 6 de la mañana. La costumbre marca que en las proximidades del atrio de la basílica de la Purísima son muchas personas, no solo los arcabuceros, los que se animan a disparar algún tiro con el arcabuz. Sin embargo, este año para poder disparar se requiere tener el curso de formación. Se sea o no parte de las filas de la compañía Martín Soriano Zaplana, la nueva normativa no permite a nadie sin el curso realizado poder coger un arcabuz.

Al respecto de esta situación José Francisco Puche asegura que «nosotros tenemos el recorrido oficial con el disparo de seis arcas cerradas. Lo que ocurra fuera de ahí no es nuestra competencia. Nosotros no somos autoridad y no puedo obligar a nadie». Según establece el tradicional bando de alcaldía sobre el uso de la pólvora y los arcabuces, son los agentes de la Policía Local los que «velarán por el cumplimiento de las normas». En el resto de actos de las fiestas, serán los presidentes de las distintas escuadras los que conocen perfectamente que miembros de sus agrupaciones tienen todos los requisitos para disparar y pueden realizar un mayor control.