Las tres hermanas americanas habían contratado un seguro por violaciones
Los investigadores de la Policía no descartan que haya un móvil económico detrás de la denuncia por agresión sexual contra tres jóvenes afganos
A las múltiples «incoherencias, contradicciones y lagunas» apreciadas por la juez, el fiscal y la Policía en el relato de las tres hermanas estadounidenses, que ... aseguraron haber sido violadas por tres jóvenes afganos en la madrugada de Año Nuevo, viene a sumarse un dato que añade nuevas sombras de duda sobre estos hechos: las mujeres tenían contratado un seguro que les permitiría recibir una indemnización si en su viaje por Europa eran víctimas de un delito sexual. Así lo ha confirmado LA VERDAD de fuentes de toda solvencia, que no ocultan que este hecho, unido a lo ilógico de algunos comportamientos, actitudes y explicaciones de las jóvenes norteamericanas en relación con este suceso, ha despertado en los investigadores ciertas sospechas acerca de si puede encontrarse un móvil espurio detrás de esta denuncia sobre violación múltiple.
Aunque en España no es muy conocida la existencia de este tipo de pólizas que cubren la eventualidad de sufrir una agresión sexual, las mismas fuentes reseñan que se trata de algo bastante habitual en los seguros de viaje contratados por ciudadanas de otros países, sobre todo en el norte y centro de Europa y en Norteamérica.
Una práctica ilícita muy difícil de probar
Investigadores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que confirman que desde hace años se sospecha de la interposición de falsas denuncias de violación por parte de algunas turistas que han contratado seguros contra agresiones sexuales, advierten de la dificultad extrema que implica probar tales supuestas prácticas. «Puede haber muchos datos que te llevan a la convicción de que el delito no se ha cometido, pero no hay ninguna prueba concluyente que lo demuestre», advierten. Un hecho común con otros supuestos intentos de fraude a las aseguradoras.
De hecho, desde hace algunos años las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han venido investigando la aparente interposición de denuncias falsas por parte de turistas de las que se sospecha que, mediante esta fórmula, pretendían hacerse ilícitamente con la prima económica contemplada en la póliza y con la devolución de los costes del pasaje. En estos casos, el adiestramiento y la experiencia de los responsables de los equipos de atención a la mujer de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, que cuentan con unidades específicas para el esclarecimiento de delitos que ocurren en el ámbito de la familia, suelen jugar un papel trascendental a la hora de detectar posibles incoherencias o circunstancias ilógicas en el relato de las aparentes víctimas.
Tal como consta en el atestado remitido por la Policía Nacional al juzgado de guardia en el caso concreto de la supuesta violación de las tres hermanas norteamericanas, los responsables de esta investigación les preguntaron concretamente a estas mujeres si habían contratado un seguro específico contra delitos sexuales y la respuesta que ofrecieron fue que así había sido. Una circunstancia que demuestra que eran perfectamente conscientes de que disponían de esa prestación y que no se trataba de una cobertura incluida de manera genérica en sus seguros.
Desaparición de una tablet
Tampoco les pasó desapercibido a los policías que en un momento dado las chicas dijeran que se habían decidido a denunciar al retornar a casa y comprobar que les había desaparecido una 'tablet', ni que en la estación de autobuses se despidieran afectuosamente -con besos y abrazos- de los presuntos agresores sexuales, como prueban las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad.
Todas estas circunstancias requerirían, a juicio del juzgado y de la Fiscalía, una explicaciones pormenorizadas de las tres denunciantes, principalmente en aras de un perfecto esclarecimiento de los hechos. Pero no parece que vaya a resultar sencillo volver a tomarles declaración, pues no atendieron al requerimiento de la juez para que no abandonaran el país. Y cuando se ha logrado contactar con una de ellas, ya ha dejado constancia de que cualquier colaboración debe gestionarse a través del teléfono o el correo electrónico.
Uno de los sospechosos no ha podido continuar con sus estudios en Noruega
«Este va a ser un asunto muy largo», auguró ayer el letrado Melecio Castaño, quien ha asumido la defensa de los tres jóvenes afganos denunciados por la presunta violación de tres hermanas estadounidenses. Con esa declaración se refería a su anunciada voluntad de acabar impulsando acciones judiciales contra las tres mujeres por una presenta denuncia falsa, ante su convicción de que las agresiones sexuales que atribuyeron a los tres afganos nunca se produjeron. «El problema es que para interponer una denuncia hay que esperar a que antes se haya archivado el procedimiento que está en marcha por las supuestas agresiones sexuales», aclaró el penalista, que se mostró convencido de que ese sobreseimiento se acabará produciendo, sobre todo después de que las tres aparentes víctimas ni siquiera hayan ratificado en el juzgado sus denuncias iniciales.
Castaño señaló que solo más tarde procederá plantearse una hipotética reclamación de indemnizaciones por los graves perjuicios que están sufriendo los tres jóvenes de origen afgano, que disfrutan del estatuto de asilados políticos. «Están atravesando un auténtico calvario, porque desde el primer día están recibiendo amenazas de grupos ultras a través de las redes sociales, e incluso han tenido que esconderse en una vivienda fuera de Murcia, de la que no se atreven ni a salir por miedo a ser agredidos», señaló.
En el caso concreto de dos de los sospechosos, uno no ha podido retornar a Noruega, donde residía, y ha tenido que interrumpir sus estudios, y el otro tampoco puede volver a Dinamarca, donde estaba acogido.
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