El Trasvase, a la tanda de penaltis
BITÁCORA ·
Ximo Puig y José Vélez no consiguen frenar a la ministra Ribera, aunque seguirán presionando hasta el final, en medio del creciente desánimo de los regantes tras la última reuniónDentro del Gobierno de la nación no existe ningún contrapeso a la ministra Teresa Ribera, decidida a consumar su plan de cambiar trasvase por desalación, ... a través de la subida de los caudales ecológicos en el Alto Tajo. Pedro Sánchez ya dictó sentencia contra los trasvases (este Trasvase) hace cuatro años en Albacete; mientras que al ministro de Agricultura, Luis Planas, que algo tendría que decir, ni está ni se le espera. Ya comentó en Murcia que él no hablaba del Tajo-Segura. Así pues, a la vicepresidenta tercera no hay quien la pare: la votación del Consejo Nacional del Agua, el dictamen del Consejo de Estado y la Declaración Ambiental Estratégica, los trámites que faltan previos al Consejo de Ministros, serán casi un paseo para Teresa Ribera, como lo fue para sus predecesoras en los anteriores ciclos de planificación.
La ministra solo encontraría una verdadera oposición interna en los socialistas de la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, que han cosechado otro fracaso, a la vista del resultado de la reunión del viernes entre el 'staff' ministerial y los regantes del Trasvase. Ximo Puig y José Vélez, con sus oficios y presiones entre bastidores, van quemando cartuchos conforme se acerca el desenlace. Un final que estaba previsto para antes del verano pero que se retrasará al otoño. Habrá un mayor margen para 'madurar' la planificación del Tajo y del Segura, y realizar el encaje del Trasvase, pero sin hacerse ilusiones.
En el PP observan la deriva del Trasvase pensando en los votos. Los populares quizás se habrían llevado un disgusto si los regantes hubieran salido satisfechos o esperanzados de la reunión con la ministra. En la víspera se pasaron de frenada con el augurio de que Ribera los iba a «engañar» otra vez, algo que sentó mal al pundonor de los regantes, que ya son mayorcitos y han librado mil batallas. Con todo lo que hay en juego, el Gobierno de López Miras no tiene vela (negociadora) en este entierro debido a las malas relaciones con el Ministerio. El sentimiento es recíproco.
El jarro de agua fría
Al PSOE le puede más el deseo que la realidad
El delegado del Gobierno y jefe de los socialistas murcianos, José Vélez, se quedó colgado de la brocha, después de mostrarse «convencido» de que la ministra y los regantes encontrarían el viernes «soluciones positivas». La reunión fue un jarro de agua fría, aunque estaba dentro del guion que Ribera no soltara prenda. «Si existe alguna propuesta, un cambio en la hoja de ruta, a nosotros no nos lo van a contar y menos ahora», comentó el presidente del Scrats, Lucas Jiménez, al salir de la sede del Ministerio. Van con pies de plomo, aunque esto tiene pinta de 'nos vemos en los tribunales'. Algunos prefieren pensar que queda partido, y que si se produce algún cambio será en el último minuto de juego o en la tanda de penaltis.
Es obvio que el PSOE alicantino y murciano seguirán echando toda la carne en el asador para amortiguar el golpe al Trasvase, y que se barajan varias fórmulas para aplicar el mayor caudal ecológico en Aranjuez con el menor daño al Levante, pero de momento se antepone el deseo a la realidad. Ximo Puig, el principal contrapeso político para los planes de Ribera, no le ha doblado el brazo a su compañera de partido.
La doble vara de medir
Un Gobierno trasvasista, pero anti Tajo-Segura
Es otra obviedad que el 'subidón' de caudales en el Alto Tajo es una decisión política (como todas las del agua), que será vestida con los informes que hagan falta, con los colaboradores necesarios y bajo la trinidad del cambio climático, de la Directiva de Aguas y de la sostenibilidad. Tres principios que vienen al pelo para recortar 'este' Trasvase, y no otros. No se puede decir que Pedro Sánchez y Ribera sean antitrasvasistas, ya que esta película no afecta al resto de acueductos, que funcionan a su ritmo (incluso se paralizan temporalmente, como el del Negratín) pero en los que nadie se cuestiona su cierre. Es más, está en pruebas la 'Tubería Manchega', un trasvase desde la cabecera del Tajo a la cuenca del Guadiana al que por lo visto no le afectará para nada el cambio climático. Milagro. Lo menos que se puede pedir en materia de agua es coherencia y rigor técnico. Sin doctrinas.
La reunión del viernes me recuerda a aquellos glamurosos encuentros en La Moncloa tras la derogación del Trasvase del Ebro y la urgencia de los decretos de sequía del Segura, auspiciados por la vicepresidenta Fernández de la Vega: Si no puedes darles más agua, dales cariño y exenciones fiscales, se dijo para pasar aquel trago.
En cuanto a la desalación, no se explica dónde está la urgencia del Ministerio para ampliar las desaladoras, interconectarlas y alimentarlas con energía fotovoltaica, lo cual pretende financiar con fondos 'Next Generation' dentro de un calendario muy ajustado. Aún no se han firmado los convenios con los regantes para aumentar la producción, ni se han licitado los proyectos. Va para largo. Si esta es la alternativa al recorte del Trasvase... se puede desvestir un santo sin vestir al otro. Demasiado riesgo.
Dejamos para otro día la pérdida prevista de 200 hectómetros anuales en la cuenca del Segura debido a las restricciones que se aplicarán a los acuíferos sobreexplotados antes de 2027. ¿Como se piensa cubrir ese importante déficit adicional?
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