El Trasvase genera 1.700 millones de euros en la órbita del campo

Esos impactos indirectos e inducidos (consumo de los hogares cuyas rentas están vinculadas al acueducto) suman 1.710 millones de euros, lo que supondría cerca del 40% del Producto Interior Bruto (PIB) de la actividad agrícola en la Región de Murcia y Alicante, los dos territorios con más hectáreas regadas con agua del Tajo. En un escenario macroeconómico, esa contribución de la economía que se genera en torno al acueducto llega a suponer el 2,61% del PIB de ambas provincias, según un estudio que elaboró la consultora PwC para el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura a partir de datos de 2019 y 2020.

Estas cifras, para su concreción, tuvieron en cuenta la superficie que ocupaba el regadío del Trasvase (más de 125.000 has), el rendimiento de las cosechas y el valor económico de la producción. Solo en la Región de Murcia, este último factor asciende a 946 millones de euros, dos tercios del valor total frente a Alicante y Almería. El impacto global, contando los efectos directos, indirectos e inducidos, supera los 3.000 millones de euros. En lo laboral, aproximadamente 26.206 empleos a jornada completa acompañan a los más de 70.000 puestos con dependencia directa del acueducto.

El sector inmobiliario es el más beneficiado dentro de los impactos que orbitan alrededor del Trasvase, sobre todo entre los inducidos por el consumo de los hogares que dependen de un trabajo relacionado con la agricultura. La distribución y tratamiento del agua, incluida toda la instalación necesaria a pie de campo para regar, es el segundo campo económico que genera más dinero dentro de los impactos indirectos. Los productos químicos, el comercio al por mayor y al por menor, la construcción o la investigación son otros sectores que beben en parte de los efectos de los envíos de agua del Tajo.

El sector de la agricultura es, evidentemente, el principal ganador de entre todos los sectores que tocan de una forma u otra el acueducto, afirma la consultora, ya que depende directamente del agua trasvasada». Sin embargo, esta infraestructura actúa como «motor dinamizador de la actividad en toda la industria agroalimentaria» del Levante. Además, el Trasvase genera «un impacto transversal también en el resto de la economía, gracias al efecto arrastre que genera la industria agroalimentaria en la cadena de aprovisionamiento y al consumo derivado de las rentas del trabajo vinculadas con el Trasvase de manera directa e indirecta».

El informe remarca que más de la mitad del impacto total (el 51,4%) proviene de los efectos generados por la agricultura, mientras que el 38% de los impactos provienen de la comercialización y el 10,6% restante corresponden al impacto generado por la actividad de transformación.

La mitad de la comercialización de los productos, su tratamiento, su envasado y su transporte dependen de empresas o sectores que no están relacionados directamente con la agricultura del Trasvase, pero que proporcionan piezas clave en la cadena de gestión y distribución. Precisamente, el sector del transporte, la fabricación de plásticos y el caucho son las actividades indirectas que más contribuyen a esa fase de comercialización. «El sector del comercio al por menor se ve también especialmente favorecido por esta actividad económica, en gran parte, gracias al impacto inducido generado por el consumo de los hogares», explica la consultora.

En términos globales, los regantes del Scrats creen que en los últimos cinco años esa contribución económica del Trasvase a estos sectores secundarios vinculados ha crecido, como también lo ha hecho el valor de los alimentos y el coste de producirlos. En el 45 aniversario del Trasvase, el sindicato quiere poner en valor esa actividad paralela sustentada en gran parte por la llegada de agua desde el Tajo.

En materia de transformación, el último eslabón, un centenar de empresas en la Región están dentro de este sector que, a su vez, depende del agua trasvasada. 250 millones es la contribución indirecta de esta pieza a las actividades relacionadas con el acueducto.

El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, y su homólogo valenciano, el popular Carlos Mazón, mostraron ayer su predisposición a que haya un acuerdo válido en materia de agua y que este sea «predicable para toda España». Page ha reconocido que «pesan más los votos que los metros cúbicos» cuando se discute sobre el Trasvase Tajo-Segura; mientras que Mazón ha remarcado que «no se trata de que peleemos por 6, 7, 8 o 9 hectómetros. Lo que espero es que podamos avanzar con rigor en de qué manera se complementa con otras vías de agua [al Levante], no solo el Trasvase».