La sustracción de un alijo de 'coca' destapa una banda de narcotraficantes en Totana
Los seis encausados admiten los hechos en la Audiencia para lograr una rebaja de sus penas y no pisar la cárcel
La pérdida de unos kilos de cocaína fue el principio del fin de un grupo dedicado a la venta de esta sustancia en Totana. El cabecilla de esta organización tenía sospechas de que la mercancía no se había extraviado, sino que se trataba de un robo. Para averiguar quién se quedó con la 'coca', Antonio P. R. no dudó en raptar a miembros de su propia organización de los que sospechaba, incluso a personas de su entorno, a los que trató de sacarles la información a golpes. Así se puso de manifiesto ayer durante la vista celebrada en la Audiencia Provincial, en la que los seis acusados, integrantes del citado grupo, admitieron los hechos de los que les acusaba la Fiscalía con el objetivo de obtener una rebaja en sus condenas para no pisar la cárcel.
Todos los encausados reconocieron el relato de la fiscal, según el cual, a principios de 2017, el grupo contaba con una cantidad de 'coca' que «oscilaba entre 15 y 140 kilos». Para ocultar y distribuir la droga contaban con pisos, trasteros y garajes en las calles San Antonio, Quevedo, Uruguay, Mallorca e Ibiza de Totana, así como una finca en el Camino de Los Hondales y una casa de campo en el paraje de Los Amarillejos.
Todo iba sobre ruedas hasta que en enero de 2017, expone el Ministerio Público, «se produjo la desaparición de la citada sustancia del garaje en que se encontraba depositada, comenzando el acusado, Antonio P. R., a realizar pesquisas para la averiguación del autor de la sustracción». El primer sospechoso fue un amigo de los integrantes de la banda, que sabía que se dedicaban al tráfico de drogas y al que el líder decidió secuestrar y maniatar en un paraje de Sierra Espuña. Para ello contó con la colaboración de Salvador M., encargado de adquirir la mercancía. En el citado lugar, según la fiscal, le estuvieron «agrediendo, encañonándole y realizando varios disparos al aire para amedrentarle».
Unos gramos para compensar
Pero no tenía nada que ver con la pérdida de la 'farlopa' y, «en compensación» por la paliza que recibió, le entregaron entre 20 y 30 gramos. El cabecilla de la organización continuó indagando y señaló como siguiente sospechoso de llevarse la cocaína a Pedro V. R., cuya labor en la red era custodiar la droga en el garaje. En febrero de 2017, cuatro individuos de Europa del Este le abordaron, le rociaron con gas pimienta, le golpearon y le introdujeron en un coche.
Durante una hora le retuvieron sin averiguar dónde estaba la cocaína. Tal fue la alarma social que se generó en Totana por estos secuestros exprés que el asunto trascendió a la Guardia Civil. El Instituto Armado comenzó a vigilar los domicilios de los narcotraficantes y el operativo se saldó con el desmantelamiento de este grupo.
Los seis acusados, solo por el delito de tráfico de drogas, se enfrentaban a penas que sumaban 31 años y 6 meses y multas de 90.000 euros. Pero tras reconocer los hechos y tenerse en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas, así como la de drogadicción para tres de ellos, solo fueron condenados a la suma de ocho años y seis meses y multas de 620 euros. Al líder, Antonio P. R. le cayeron por los secuestros unas penas que sumaban tres años y seis meses, y a Salvador M. y Baltasar C., por ayudarle, dos años y un año y medio, respectivamente. Las defensas solicitaron la suspensión de las condenas y la Fiscalía no se opuso a ello.