La supresión de la repesca de septiembre hace un roto a las academias escolares
Muchas temen que tendrán que cerrar los tres meses de verano, en los que concentraban buena parte de su negocio
La supresión de los exámenes de recuperación de septiembre para todos los estudiantes de ESO y Bachillerato ha caído como un cataclismo para las ... academias de repaso, que concentraban hasta ahora buena parte de su actividad en los meses de verano. Las repescas de septiembre desaparecen del calendario en todos los niveles, y los estudiantes se irán de vacaciones en julio con las calificaciones finales ya firmadas. En la ESO, ni siquiera se realizarán exámenes de recuperación, según marca la 'Ley Celaá'.
Las academias de apoyo escolar se verán perjudicadas por las modificaciones, que en la práctica supondrá que «nos quedemos sin trabajo cuatro meses del año. Es un tercio del volumen, no hay negocio que resista un golpe así», admite el gerente de la Academia Pérez de Lema, quien augura que, para muchas, no habrá otra salida que «echar la persiana».
Los meses de verano, especialmente el de julio y la segunda quincena de agosto, eran además 'temporada alta' para los centros dedicados a las clases de refuerzo. Los estudiantes que habían suspendido alguna materia en junio tenían los dos meses de verano para prepararla, y hacerlo con ayuda ha sido siempre una opción. La decisión del Ministerio de Educación de eliminar la prueba en la ESO, a la que se suma la de la Consejería de Educación para hacer lo mismo en Bachillerato y FP, vacía de objetivo el estudio en verano, y en esas condiciones, las academias temen que no habrá otra salida que la reinvención del negocio. «Nos estamos planteando organizar escuelas y talleres de verano, pero es complicado alcanzar las cifras que se lograban con las clases de preparación para las recuperaciones de septiembre», lamenta Santiago García, director de la Academia MH.
Algunos centros estudian organizar escuelas y talleres de verano para amortiguar el golpe
El verano no era solo la época con mayor volumen de negocio. Esos meses servían también a las academias para dar a conocer su trabajo y 'captar' usuarios para el siguiente curso. «Cuando a los estudiantes les va bien, ya se quedan para septiembre», comenta García.
Las academias planean, además de ofrecer escuelas y talleres de verano (dentro de sus posibilidades, ya que las que no disponen de instalaciones al aire libre lo tienen más complicado), organizar cursos intensivos de preparación para las recuperaciones de junio. «Buscamos alternativas, porque serán como mínimo dos meses en blanco», cuenta Francisco Jara, director de la Academia Nota, quien está convencido de que las recuperaciones de septiembre permitían a muchos estudiantes sacar el curso.
Levantar la mano
La misma opinión comparte César Gómez, director del Centro de Estudios de Murcia (CEM), para quien los meses de verano permitían a muchos estudiantes ponerse al día. «Después del confinamiento, parece que se ha levantado más la mano, pero las lagunas están ahí», alerta.
Calificaciones similares, pero marcadas por la Covid
La experiencia del adelanto de las recuperaciones a junio ha sido positiva para los alumnos que ya se han examinado de acuerdo a ese calendario, pero hay que tener en cuenta que el cambio coincidió también con el año del confinamiento, cuando la tasa de éxito fue más alta para todos los estudiantes. El 91,85% de los casi 8.000 alumnos que realizaron las pruebas de acceso a la Universidad (Ebau) en 2020, primer año sin septiembre, las aprobaron, un porcentaje ligeramente inferior al del anterior curso, cuando resultaron 'aptos' el 92,35% de los estudiantes. En 2018, la tasa de aprobados fue muy similar a la de este julio, 91,91%.
La eliminación de las pruebas de septiembre responde a un objetivo de cambio profundo, que busca que la repetición de curso no esté vinculada directamente con el hecho de haber suspendido un número determinado de asignaturas, sino que dependa de la decisión colegiada del equipo de profesores del alumno, que debe primar las expectativas académicas del alumno. En ese nuevo contexto, incluido en la reforma educativa de la exministra Celaá, la importancia de poder recuperar asignaturas en una convocatoria extraordinaria para evitar la repetición de curso pierde gran parte de su relevancia. El nuevo decreto subraya, igual que la ley de educación, que la repetición debe ser una medida excepcional. Ello responde a la constatación de que, como ha venido insistiendo la OCDE, la repetición de curso es una medida ineficaz y cara para el sistema y el alumno.
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