Un seminario de la Comunidad enseña a prevenir en los trabajos las caídas en altura

Durante la jornada se detallaron las características que deben reunir estos sistemas de protección, así como sus condiciones de uso, de cara a la incorporación de estos a los planes de seguridad y salud de las empresas. El seminario se engloba dentro de los 13 que el Instituto ha programado en 2018 con el fin de lograr espacios laborales más seguros.

Cuando estos riesgos no pueden ser evitados por medios técnicos de protección colectiva, como, por ejemplo, barandillas, pasarelas o entablados, se recurre a la protección individual. Algunos ejemplos de los componentes en cuyo funcionamiento se profundizó son los arneses, los conectores, los cinturones de sujeción o los elementos de amarre.

Las actividades que pueden desembocar en una caída en altura son, por ejemplo, los trabajos en andamios; la manipulación de escalas y escaleras; la elevación de pilares, postes, torres, columnas y antenas; el ingreso a pozos, zanjas, y aberturas; los trabajos en tejados, cubiertas y planos inclinados en altura; la poda de árboles; los trabajos con bordes desprotegidos, o el mantenimiento de depósitos, tanques, cisterna, silos y tolvas, entre otros.

Por lo general, se habla de riesgo de caída en altura dentro de un entorno laboral cuando se trabaja a una distancia igual o superior a dos metros hasta el suelo. Este riesgo también se hace extensivo a la caída de objetos a distinto nivel.

La directora general de Relaciones Laborales y Economía Social, Nuria Fuentes, subrayó que «las caídas en altura constituyen uno de los tipos de accidente laboral más peligrosos, y por ello es fundamental extremar las medidas de seguridad con un absoluto rigor. Son estos seminarios los que permiten no sólo recordar las medidas más importantes en este ámbito, sino también actualizarlas y concienciar sobre la relevancia de una óptima protección de los trabajadores».