Un vuelo real de tres generaciones: de la Mentor al Pilatus
Desde las antiguas Mentor con las que voló Juan Carlos I hasta el moderno turbohélice que utilizará la Princesa de Asturias, pasando por el C-101 donde se 'soltó' Felipe VI, ha pasado la historia de la aviación
La tradición aeronáutica militar, iniciada por su abuelo y su padre, ha conducido los pasos de la Princesa de Asturias hasta la Academia General del Aire para este curso. La heredera al Trono se subirá a los mandos del Pilatus PC-21, una máquina de última generación que representa un salto tecnológico respecto a los aviones que pilotaron tanto Felipe VI como Juan Carlos I. Es el reflejo de la evolución de la aviación militar española a lo largo de tres reinados.
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Juan Carlos I tuvo su toma de contacto con los aires en 1958 a bordo de una T-34 Mentor, un monomotor de hélice estadounidense, conocido por su robustez y fiabilidad. Aprendió a pilotar también el Junkers Ju 52, un trimotor de transporte militar con sello alemán, y en el clásico Bücker Bü 131 Jungmann, un biplano de entrenamiento que se convirtió en un ícono de la aviación española. Estos aviones, con sus características de motor de pistón y tecnología de la época de la Segunda Guerra Mundial, representaban un pilotaje más manual, con la necesidad de una gran pericia a los mandos y la lectura de instrumentos analógicos.
El Rey Felipe VI se formó en la década de los 80 con el C-101 Aviojet, aunque también tuvo una 'suelta' -primer vuelo en solitario- con la Mentor. El reactor de entrenamiento de fabricación española, conocido popularmente como 'culopollo' por su peculiar diseño, supuso un salto en la formación de pilotos. A diferencia de los aviones de hélice de su padre, el C-101 era un jet más veloz, y su manejo ofrecía una experiencia de vuelo completamente distinta. Era un avión de transición, que permitía a los pilotos pasar hacia sistemas de aviónica más avanzados. La jubilación definitiva del C-101, el pasado 15 de junio con el último vuelo de la Patrulla Águila, supuso el paso a una nueva era.
La Princesa Leonor se entrenará en el Pilatus PC-21, que es mucho más que un avión de entrenamiento. Se trata de un sistema integrado digital que simula los mandos y la operación de los aviones de combate más modernos como el Eurofighter Typhoon o el F-18. A diferencia del C-101, el Pilatus es un turbohélice, pero su cabina, equipada con tecnología digital de vanguardia y pantallas multifunción, es una réplica virtual de la de un reactor de combate. Esto permite a los futuros pilotos adaptarse a la complejidad de los aviones de combate de primera línea desde el primer día, reduciendo las horas de vuelo en reactores de combate reales y, con ello, los costos operativos.
Esta plataforma digital utiliza un 'software' de simulación avanzada para replicar escenarios de vuelo, sistemas de armamento y tácticas de combate. Su tecnología no solo mejora la eficiencia en la formación, sino que también prepara a los pilotos para los desafíos del combate aéreo del futuro. El contraste entre los aviones de las tres generaciones de la Familia Real refleja la constante evolución de la tecnología aeronáutica.
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