Samuel Baixauli Soler: «Hay que liberar a los profesores de la excesiva carga burocrática y de gestión»
El decano de Economía, que incorpora al catedrático Christian de la Fe a su candidatura al Rectorado de la UMU, reclama más financiación
Catedrático del Departamento de Organización de Empresas y Finanzas y decano de Economía en la Universidad de Murcia, Samuel Baixauli (Torrent, Valencia, 1974) ha ... dado ya el esperado paso al frente al hacer pública su candidatura al Rectorado. Apuesta por una institución con capacidad de prospección a medio plazo, y advierte de que la financiación asegurada es solo estructural.
–Ya ha comunicado a la comunidad universitaria su decisión de presentar su candidatura al Rectorado. ¿Ha perfilado su equipo?
–Va a ser un equipo con competencias y capacidades muy especializadas. Y más reducido que el actual, que llegó a tener trece vicerrectores. Pienso que un equipo debe de ser más reducido para poder trabajar de una manera cohesionada, coordinada y llevar a cabo proyectos conjuntos que sean estratégicos para la universidad, y evitar así disfunciones en las que cada vicerrectorado solo trate de su tema y no se pueda avanzar en los que afectan a la mayoría y son siempre transversales.
–¿Cuántos vicerrectorados propone pues? ¿Puede anunciar algún nombre?
–Puedo adelantar que Christian de la Fe irá en la candidatura. Entre ocho y diez vicerrectorados es un tamaño de equipo que va a permitir el diálogo fluido y la posibilidad de coordinar proyectos que realmente sean de universidad, no proyectos de vicerrector.
–¿Cuál es su visión, aterrizada al campus, de la Universidad?
–Estamos en un momento crucial, se necesita un cambio en el modelo de gestión para afrontar los retos. Se necesita una universidad más colaborativa, más participativa y que sea capaz de aunar la gestión desde todos los ámbitos. Una universidad que no sea capaz de impulsar proyectos que sean transversales y que abarquen todos los colectivos no va a ser capaz de afrontar los retos que tenemos por delante.
–¿Y cuáles son esos retos?
–En primer lugar, necesitamos recuperar los espacios de trabajo, en el caso del personal docente investigador, para la docencia y la investigación. La universidad ha entrado en una excesiva carga burocrática, de gestión, donde cualquier profesor se ve saturado y sobrecargado, de manera que perdemos la verdadera función de un profesor universitario, que es la docencia, la investigación y la transferencia. Tenemos que articular medidas que liberen de esas cargas; hay que hacer una reingeniería de procesos, conocer muy bien qué tareas son prescindibles y cuál es el esfuerzo y resultado que va a producir cada una de ellas. En el ámbito de la tecnología, tenemos que incorporar la inteligencia artificial; esto va a cambiar los métodos de enseñanza, de investigación, de aprendizaje, y hay que hacerlo desde un punto de vista integral. Con respecto a los estudiantes, hay que reducir dificultades con el transporte, con la residencia y con el bienestar.
–¿Qué puede hacer la UMU para resolver el problema habitacional de su alumnado?
–Buscar las fórmulas para que haya una oferta de residencia mayor, colaboraciones con los ayuntamientos para que pueda haber ayudas tanto al desplazamiento como a la residencia, y por qué no, hasta con la Comunidad Autónoma. Podemos influir en la política fiscal de la Región para que en los impuestos transferidos y en aquellas deducciones autonómicas sobre las que tengan capacidad de acción se apoye al estudiante.
«Habrá que revisar todos los títulos y propiciar los cambios necesarios para que sean cada vez más atractivos y singulares»
–Con respecto a las tasas de matrícula, ¿se plantea la bonificación del 99% de los créditos aprobados en primera matrícula?
–Hay que pensar que la decisión sobre los precios públicos recae sobre la Comunidad, y que tenemos que llevar una política coordinada para que la financiación que no se reciba vía tasas pueda llegar vía financiación directa. También tenemos que buscar las fórmulas para que ningún estudiante, por problemas socioeconómicos, se quede sin poder acceder a la UMU, al ascensor social que representa, y para ello lo que también tenemos que diseñar es un programa de becas que garantice que sea cuál sea el nivel de precios públicos, no sea una barrera.
–La caída de la natalidad representa un reto urgente para las universidades españolas...
–Hay que tener en cuenta que la población en la Región está aumentando. Más allá del dato del crecimiento vegetativo y el número de nacimientos, tenemos un fuerte saldo migratorio positivo. Tenemos que tener una mirada más prospectiva y ser capaces de ser una universidad atractiva, que tenga foco en estudiantes preuniversitarios y que dé respuesta con títulos con alta especialización y punteros en investigación y transferencia que va a requerir la Región.
–¿Se plantea revisar el catálogo de títulos?
– Lo primero que habrá que hacer es revisar todos los títulos, revisar sus competencias, la empleabilidad, y propiciar los cambios necesarios para que sean cada vez más atractivos, incluyendo proyectos singulares que hagan que tengan una especialidad o un perfil concreto por el cual los estudiantes quieran venir a la UMU. No hay que olvidar que el prestigio de la UMU es muy alto y no podemos dejarlo caer. Tenemos que tener una mirada más prospectiva de medio largo plazo y diseñar titulaciones que sean estables en el tiempo.
–Las relaciones entre la UMU y la UPCT son ahora más fluidas. ¿Hay margen para avanzar en la fusión de servicios?
–Es fundamental que exista ese nexo de unión. El objetivo es seguir colaborando y aunando esfuerzos para poder ofrecer el mejor sistema público. Es posible arbitrar distintas formas de colaboración pensando en el bien común.
–¿Y con la privada UCAM?
–Creo que lo primero que hay que defender es la pública, un sistema que dé acceso a cualquier estudiante de la Región, con independencia de su condición socioeconómica. Es fundamental que la formación que se ofrece desde la universidad pública sea de prestigio, con un perfil investigador, docente, y de calidad que no provoque que su deterioro por falta de financiación o por falta de cuidado por parte de las administraciones públicas genere un mercado alternativo, que sería la enseñanza privada.
–¿Tienen cabida más universidades en la Región?
–La cuestión está ya obsoleta, en un contexto de universidades 'online', la demarcación geográfica ya casi ha perdido la relevancia. En los últimos años el número de universidades privadas ha crecido exponencialmente, y ha habido un deterioro del sistema público, ya que al final los órganos que nos representan, desde CRUE, tienen más dificultades para defender aquellas cuestiones que solo son del ámbito público. Es momento de generar un poco de debate en torno a la necesidad de defender el sistema público.
–La financiación debe quedar 'blindada' con el plan plurianual y su inclusión en la ley...
–Es claramente una preocupación porque tenemos un plan de financiación que no ha sido publicado en el Boletín Oficial de la Región; no disponer de un plan de financiación plurianual y tener una financiación tan escasa es la principal preocupación para que la universidad no se deteriore y pueda cumplir con su función.
– ¿Es escasa la financiación?
–La financiación va dirigida al mantenimiento, que sería la estructura, y de esa forma, pues no se pueden llevar ni planes de infraestructura, ni investigación, ni proyectos que realmente puedan promover la excelencia. Una sociedad que no apueste por una formación de excelencia, será una sociedad que no consiga crecer como lo hacen en otros países de Europa.
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