Terrenos en Los Alcázares donde el Miteco proyecta un parque para frenar inundaciones. VICENTE VICÉNS / AGM

La revisión de los mapas de riadas amplía las zonas de riesgo junto al Mar Menor y Lorca

La actualización de la cartografía de terrenos inundables en la Región tiene en cuenta los daños de las últimas danas

Sábado, 2 de agosto 2025, 00:13

La cuenca del Segura está en plena revisión de sus zonas inundables para mejorar la cartografía que se tiene sobre ellas. Las más recientes ... inundaciones que han sufrido la Región de Murcia y las provincias limítrofes, desde la riada de San Wenceslao en 2012 hasta la dana en octubre del año pasado, han obligado a estudiar al detalle el terreno del sureste español para marcar sobre el mapa las zonas más peligrosas por riesgo de inundaciones. La Confederación Hidrográfica del Segura acaba de someter a información pública la actualización de esos mapas y de las áreas con mayor o menor riesgo de sufrir daños por las avenidas y por el desbordamiento de cauces.

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El organismo de cuenca prepara ya el tercer Plan de Gestión del Riesgo de Inundación para 2028, que recogerá las medidas que deberán atajar estos problemas en la cuenca para parte de la próxima década. Partirá de la base de que en la demarcación hay 42 tramos calificados como Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI) con una longitud total de 164,04 kilómetros, y otros 165 tramos que suman 558,54 km, pero que no entrañan un peligro tan elevado por acumulación de agua. La novedad para esa siguiente planificación está en que la cartografía contará con diez nuevos cauces (la mayoría en torno al Mar Menor) con alto riesgo de inundación.

Una novedad mayor en los nuevos estudios que ha publicado la CHS, centrados en la revisión de las zonas inundables de la comarca del Guadalentín y del Campo de Cartagena, es que toda la zona norte del Mar Menor, desde Pilar de la Horadada (Alicante) hasta Los Alcázares, ha sido incluida en el mapa de zonas de flujo preferente, en el que se reflejan los terrenos donde el agua adquiere velocidad tras un fuerte episodio de lluvias. Hasta ahora, el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables no reconocía el riesgo de riadas en este territorio mayoritariamente urbanizado.

Las zonas de flujo son las que más restricciones imponen al desarrollo urbanístico de los municipios y a la instalación de equipamientos públicos. La CHS ha incluido dentro de estos límites casi todo el casco urbano de Los Alcázares, la base aérea de San Javier y el extrarradio de la localidad, Santiago de la Ribera, Lo Pagán y parte del centro de San Pedro. En algunas de estas localidades avanzan ahora distintos planes parciales, sobre todo para la construcción de viviendas, por lo que las nuevas delimitaciones podrían tener un impacto negativo en ellas.

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En Lorca y Puerto Lumbreras, la CHS ha ampliado la zona de daños en caso de posibles avenidas de agua registradas en las ramblas de Béjar, Nogalte, Biznaga, la Torrecilla y otros cauces paralelos. En concreto, la llanura de inundación se extendería más por las pedanías como Campillo o Purias. Estos cauces que provocan el riesgo de riadas en los dos municipios están pendientes de la construcción de sendas presas y canalizaciones para amortiguar esos daños. Sin embargo, los proyectos ya acumulan muchos años de retraso.

Otros territorios

La Confederación también ha mejorado la zona de peligro en la desembocadura de la rambla de las Moreras, en Mazarrón, y en el norte del municipio de Cartagena, donde se dibujará mejor el riesgo de riadas en diputaciones como La Aljorra y El Albujón. Las ramblas mineras que terminan en la laguna salada también han visto modificado su área de impacto en caso de que el agua venza los laterales de los cauces: localidades como Los Nietos y Los Urrutias sabrán mejor por dónde circula el agua torrencialmente. Entre Calasparra y Cieza se ha ampliado la superficie de riesgo próxima al Segura. La zona de huerta entre Molina de Segura, Alguazas y Las Torres de Cotillas, en la confluencia entre el río Mula y el Segura, también ha visto incrementada el área inundable.

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El organismo de cuenca ha tenido en danza, y sigue todavía, la actualización del mapa de riadas en los últimos años. Queda pendiente sumar 750 hectáreas más de flujo preferente en la Región de Murcia de un procedimiento anterior, y antes ya se revisó dicha cartografía en una polémica tramitación que enfrentó a ayuntamientos y promotores inmobiliarios con la Confederación. El organismo de cuenca tiene cuantificadas en toda la demarcación unas 11.872 hectáreas en riesgo de sufrir corrientes de agua que puedan generar daños sobre la población o edificaciones, la inmensa mayoría en la Región de Murcia.

Los nuevos trabajos cartográficos que ahora se conocen corresponden a las dos comarcas sureñas de la Comunidad, ya que, como publicó LA VERDAD, la CHS había encargado a una empresa la actualización y revisión de los mapas de inundabilidad para la Vega Media de la Región de Murcia y la Vega Baja de Alicante. Más adelante, publicó ayer el organismo en una nota de prensa, se hará la consulta pública para esos territorios.

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La CHS también ha incluido en sus documentos gráficos la revisión de las zonas inundables y de flujo preferente de las ramblas del norte de Murcia y los efectos del cauce de Abanilla. En este caso de las vegas del Segura, la construcción de la infraestructura de la alta velocidad ferroviaria «modificó los flujos de forma significativa».

La institución que dirige Mario Urrea dedica varios documentos a justificar la metodología empleada para dibujar las áreas inundables sobre un mapa. «Como fuentes básicas utilizadas en la calibración hay que citar las imágenes obtenidas durante la riada de San Wenceslao en septiembre de 2012, la dana de septiembre de 2019 y la dana de octubre de 2024, tanto por los equipos de la Confederación Hidrográfica como por el servicio 112 de Protección Civil de la Región de Murcia o el Ayuntamiento de Letur».

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Añade, sin embargo, que «se debe tener en cuenta la incertidumbre existente en cuanto a los caudales, ya que en la mayor parte de los tramos no existen datos foronómicos y, por tanto, la obtención de caudales con gran precisión es extremadamente compleja». En el caso del pueblo manchego, arrasado por la riada que generó la dana del pasado año, se estrenarán también nuevos mapas que reflejarán mejor la realidad del paso del agua sobre la localidad, y más teniendo en cuenta el caudal que se originó en el arroyo en cuestión de minutos el 29 de octubre.

Los interesados tendrán tres meses para enviar sus alegaciones a la Confederación. Además, como parte del trabajo de generación de un inventario actualizado de cauces públicos en la demarcación, se han revisado las delimitaciones del Dominio Público Hidráulico.

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74.000 personas residen en áreas de alta peligrosidad

La CHS concluye en sus nuevos estudios que la población afectada por avenidas de alta probabilidad asciende a aproximadamente 74.000 personas en la cuenca. En el plan contra inundaciones actual, el organismo de cuenca cuantifica 7.200 menos en 52 municipios de la demarcación. En el escenarios de media probabilidad de inundación, la cifra se eleva a 400.000 personas. Mientras que, en el caso de baja probabilidad, se alcanzan hasta 550.000 personas afectadas. La extensión de esa superficie máxima de inundación alcanza los 573 km2.

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