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Miguel Ángel López. LV
«Es más relevante el ojo que mira detrás del objetivo que la marca de la cámara»

«Es más relevante el ojo que mira detrás del objetivo que la marca de la cámara»

Miguel Ángel López, fotógrafo

MINERVA PIÑERO

Murcia

Domingo, 19 de agosto 2018, 11:07

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Un azul intenso colorea el cielo. A lo lejos, en la parte inferior, se distingue un mirador. Un novio levanta en peso a su pareja, al abrazarla. Transmite tranquilidad. En esta fotografía, tomada el pasado marzo por Miguel Ángel López (Murcia, 1981), es imposible predecir qué pasaje natural se encuentra frente a las vistas de los recién casados. Pero su autor sí conoce la zona. «Fue por Alicante», concreta. Es la imagen con la que ganó el primer galardón en los 'Premios Andalucía de la Imagen', en la categoría 'postboda', hace dos meses. Al concurso se presentaron más de quinientas obras fotográficas.

-¿Considera que es más importante la calidad de la cámara o el talento del fotógrafo?

-Más que darle importancia a la marca de la cámara, creo que es más relevante el ojo de la persona que hay detrás del objetivo, que es quien decide cómo hacer la fotografía, cómo encuadrarla, cómo combinar los elementos con la luz, el 'flash'... Darle al disparador lo puede hacer cualquier persona. Tener una cámara buena es importante pero, al final, quien consigue que el resultado sea distinto es quien hay detrás de ella.

-¿Qué aprendió con su padre, quien también ejerció como fotógrafo?

-Todo lo que envuelve al mundo de las bodas, no solo el manejo de las cámaras. Cuando lo acompañaba a los eventos, me fijaba en cómo trataba a la gente, en los detalles que él mismo decidía añadir, en cómo solucionaba cualquier imprevisto que le pudiera surgir... Pero claro, en este mundo existe una renovación constante.

-¿Qué cambios ha percibido en los últimos años?

-En las fotos todo ha cambiado muchísimo. Antes, por ejemplo, se capturaban siempre los mismos posados. Si comparabas varios álbumes, te dabas cuenta de que todos eran bastante parecidos. Ahora, lo que se pretende captar son fotografías más documentales y desenfadadas, imágenes en las que salgan los amigos de los novios con una cerveza en el comedor, fotografías en las que aparezcan los sobrinos, el ambiente... Se busca que todo sea natural y espontáneo. Evidentemente debes tener alguna idea preparada, pero también hay que buscar los momentos más originales, como puede ser a través de un reflejo, de los cristales, detrás de los objetos...

-¿Cómo ha afectado la llegada del mundo digital a la creación de vídeos, otro de los ámbitos que cultiva?

-Los vídeos también han sufrido un gran cambio. Sobre todo, cinematográficamente. Ahora, lo que se busca es grabar una especie de película del día de tu boda. Antes, los vídeos duraban dos horas. Al final, alguien terminaba pasándolos con el mando, ya que eran un rollo. Los de ahora son más cortos. En Enfoques de Boda, la empresa en la que trabajo, los llamamos vídeos cinematográficos.

-¿Prefieren las parejas este formato?

-En general, sí, aunque depende del carácter y de la edad que tengan. De hecho, hemos realizado viajes para llevar a cabo algunos proyectos.

-¿Incluso fuera de España?

-Sí, hace unos años nos fuimos a grabar un vídeo a Oporto. Además, como a esta pareja le encantaba ser grabada, decidimos escribirle un guión de siete minutos, una especie de corto. Al final, en las invitaciones de su boda apareció el título del vídeo que nosotros propusimos. También hemos viajado a Irlanda para grabar una preboda, el año pasado fuimos a Venecia...

-¿Qué se valora en concursos como los 'Premios Andalucía de la Imagen', en el que fue galardonado?

-Depende mucho del jurado que toque, de los ojos que miren. En este caso, tuvieron que elegir entre más de quinientas fotografías, todas hechas por fotógrafos profesionales. La decisión es compleja. Cuando nos entregaron el premio, me acuerdo que me contaron que, a la hora de elegir al ganador, no tuvieron ninguna duda. Sin embargo, para mí las diez fotografías finalistas merecían ganar por igual. Imagino que se fijarían en la originalidad y en la espontaneidad.

-¿Cuántas horas seguidas suele trabajar?

-La media son unas doce horas, desde que se empieza con los arreglos del novio hasta que abren la barra libre, pero a veces se alarga. Algunas bodas han llegado a durar unas 18 horas.

-¿Cada vez tiene menos clientes; se casa menos la gente?

-(Risas). Eso es lo que dicen las leyendas, sí. Pero nosotros aún no nos hemos dado cuenta. De hecho, la agenda de este año ya la tenemos cerrada. Y en la del 2020 hemos empezado a apuntar algunas reservas.

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