Los radares 'cazan' a 146 conductores cada día por excesos de velocidad

Cada día 146 conductores en la Región de Murcia se ven obligados a rascarse el bolsillo por haberse pasado pisando el acelerador. Los radares fijos y móviles desplegados en las carreteras murcianas captaron a lo largo de este año hasta 53.588 infracciones. Pese a ser una de las causas más directamente relacionadas con la accidentalidad, el exceso de velocidad aún no ha quedado, ni mucho menos, desterrado de las carreteras murcianas. La cifra de multados, sin embargo, desciende notablemente -hasta un 33,2%- en un año en el que, según confirman fuentes de Tráfico, algunos de los radares fijos de las carreteras murcianas, especialmente los de tramo, no han estado operativos por «cuestiones técnicas».

A lo largo de este año se redujeron especialmente las multas por velocidad a conductores captados por los radares móviles. De acuerdo a los datos facilitados por la jefatura provincial de Tráfico, el descenso, en este caso, alcanzó un 57,5%. Si en 2017, la cifra de denuncias alcanzó la friolera de 39.556, este año se redujo a 16.804 multas.

La rebaja de las sanciones en el caso de los radares fijos es bastante menos acentuada, de un 9,6%. A lo largo de este año se impusieron denuncias a 36.784 conductores que excedían la velocidad permitida, casi 4.000 menos que un año antes. El descenso, sin embargo, coincide con un periodo en el que, según confirman fuentes de Tráfico, algunos de los cinemómetros no han estado operativos debido a revisiones obligatorias de metrología o reparaciones. Es el caso de algunos de los radares de tramo, como los existentes en la RM-332, a la altura de Mazarrón; la RM-603, en la pedanía murciana de El Palmar; y uno de los instalados en la A-7, a la altura del túnel de Lorca, que este año no impusieron ni una sola denuncia. En 2018, solo estuvo operativo uno de los radares de tramo del corredor lorquino, concretamente el ubicado en el kilómetro 634,5. Este cinemómetro 'cazó' en estos doce meses a 8.419 conductores pisando el acelerador por encima de la velocidad permitida en el túnel, una cifra que le sitúa como el segundo más efectivo de la Región.

Los radares de tramo son una nueva forma de controlar la velocidad, no en puntos kilométricos concretos, como hacen los radares fijos, sino en tramos de carretera de varios kilómetros. Estos dispositivos son capaces de fichar las matrículas de los vehículos que entran y salen de un tramo y calcular si su velocidad media en el recorrido controlado ha superado los límites que marca la ley.

A la cabeza, de acuerdo a los datos facilitados por Tráfico, se encuentra el cinemómetro instalado en el kilómetro 136 de la autovía A-30 -esto es, a su paso por la capital murciana-. En lo que va de año, este aparato ha sorprendido a 13.425 'fitipaldis'. El año pasado, curiosamente, este cinemómetro solo captó 917 infracciones.

La autovía A-7 está vigilada -en el kilómetro 562,7; esto es, a su paso por la pedanía murciana de Cabezo de Torres- por el tercer cinemómetro que más trabaja en la Región. En lo que va de año ha sorprendido a 5.556 conductores que circulaban a más velocidad de la permitida. En solo un año, este cinemómetro ha pasado de ser el más efectivo de la Comunidad -el año pasado captó a más de 10.150 automovilistas pisando el acelerador- a colocarse en el tercer puesto del podio. Solo en 2017 logró recaudar hasta 225.550 euros en multas.

El cuarto y quinto puesto de este particular 'ranking' lo ocupan el radar ubicado en la autovía RM-714, a la altura de la Venta del Olivo, en Jumilla, y el de la autovía del Noroeste, la RM-15, a su paso por Mula. El primero de estos aparatos ya ha sorprendido, en lo que va de año, a 3.472 conductores sobrepasando los límites de velocidad -una cifra bastante similar a los 3.416 del pasado año-. El cinemómetro de la autovía del Noroeste, por su parte, registró este 2018 hasta 3.013 infracciones, prácticamente el triple que en el ejercicio anterior.

A bastante más distancia se encuentran otra serie de radares que este año arrojaron unos resultados bastante menos efectivos. Según explica Tráfico, el número de meses en que estos aparatos se encuentran activos es muy variable y depende del control metrológico al que son habitualmente sometidos. En este grupo se encuentran dos cinemómetros ubicados en la autovía A-30, concretamente en los kilómetros 122,8 y 179,4, que este año impusieron 368 y 229 denuncias respectivamente. El radar ubicado en la vía rápida de La Manga, que el año pasado obligó a rascarse el bolsillo a más de 6.600 conductores, este año solo pilló a 84.