«Putin es un loco; y el presidente de Bielorrusia también»

Aunque el fatídico incidente de la central de Chernóbil ocurrió más de 10 años antes de que ella naciera, las consecuencias no le fueron ajenas. Cuando tenía dos años, su madre la dejó y su padre, enfermo, no podía atenderla. A partir de ese momento, comenzó a viajar a la Región como refugiada, verano tras verano. Mientras, en su país, permaneció internada en un orfanato hasta los seis años.

Confiesa que la situación que se está viviendo en su tierra le afecta y mucho, aunque la amortigua con lo feliz que dice sentirse en su actual residencia lorquina. Madre de una niña desde hace dos meses, afronta su nueva vida con ilusión, aunque no es indiferente a lo que está sucediendo. «Putin es un loco, y el presidente de mi país, Bielorrusia, es otro igual. De hecho, son amigos y comparten ideas», explica con todo convencimiento esta joven, en cuyo rostro se dibujan sus 25 años de juventud pero también de sufrimiento. «Hay una parte muy importante de mi país que no quiere esta guerra, porque es un sinsentido a estas alturas».

Oksana asegura que prácticamente todos los bielorrusos que hay en España «están en contra de lo que esta haciendo nuestro presidente, Alexánder Lukashenko» -considerado el último dictador europeo-, y menciona y se alinea con su opositora, Svetlana Tijanóvskaya, la líder independiente apoyada por el Partido Democracia Cristiana de Bielorrusia, el Partido Socialdemócrata Bielorruso, el Partido Cívico Unido de Bielorrusia y el Partido de la Mujer Bielorrusa.

«La lucha de esta mujer es increíble, ya que decidió presentarse a las elecciones tras ser encarcelado su esposo. Son cosas que parecen de películas, pero que son la pura y cruda realidad de lo que está sucediendo en mi país», dice Oksana Valkhontsava.