El PSOE busca líder para la remontada

Al PSOE regional le aguarda un buen meneo a partir de ahora, sea cual sea el resultado de las primarias para la elección del nuevo secretario general que hoy se celebran. No le queda otra si quiere llegar con posibilidades de volver a San Esteban a las elecciones autonómicas de 2019, y los tres candidatos que aspiran al cargo lo saben.

Los más de 6.000 afiliados que componen el censo votan para designar al nuevo responsable de la organización socialista, pero con la esperanza de encontrar también un líder que guíe a la izquierda murciana al poder autonómico tras más de dos décadas de victorias incontestables del PP. En el PSOE lo creen posible gracias al deterioro de los populares, la aparición de nuevos partidos en el centro derecha y el estreno de la reformada ley electoral.

Para conseguirlo, los tres pretendientes a la secretaría general, la diputada nacional María González Veracruz, el alcalde de Alhama, Diego Conesa, y el alcalde pedáneo de El Raal, Francisco Lucas, han anunciado una serie de medidas para reactivar el partido, algunas de ellas coincidentes, como incrementar la militancia, impulsar la participación y la descentralización y reforzar las agrupaciones locales y el carácter municipalista de la organización. Por tanto, si cumplen sus promesas, el partido tiene asegurado los cambios al margen de quien se ponga al frente.

Todos son optimistas

La mudanza alcanzará al PSOE en la Asamblea Regional, puesto que su actual portavoz y secretario general saliente, Rafael González Tovar, ha anunciado que renunciará al cargo para dejar las manos libres a su sucesor en la reconfiguración del grupo parlamentario. Si ese fuera Conesa, su portavoz en la Cámara será Joaquín López.

Los tres candidatos concluyeron ayer la campaña cargados de optimismo. González Veracruz eligió Caravaca, una agrupación que desde el principio se posicionó en su favor; Diego Conesa se desplazó a Calasparra, una de sus plazas fuertes, mientras que Francisco Lucas citó a sus seguidores a una comida en la pedanía murciana de Cobatillas.

Todas las previsiones apuntan a que el nuevo secretario general estará entre González y Conesa, aunque miembros del equipo de Lucas ayer mantenían el entusiasmo de «dar la sorpresa». La diputada nacional y exmiembro de la ejecutiva federal cuenta a su favor con una amplia experiencia política y sólidos apoyos orgánicos, pero, a pesar de los esfuerzos realizados en campaña, no ha podido desprenderse del aparente continuismo que le imprime su relación filial con el secretario general saliente. Los cálculos de sus colaboradores es que ganará con claridad, incluso puede que con más del 50% de los votos, lo que evitaría la celebración de una segunda vuelta el próximo sábado.

También cuenta con la victoria la candidatura de Diego Conesa, quien ha jugado las bazas del «cambio tranquilo» y de su conexión con la ejecutiva federal de Pedro Sánchez -mérito que le ha disputado María González- y al que su alianza con el diputado regional Joaquín López le ha permitido ampliar sus apoyos municipales.

El más joven de los tres es también el más crítico con el presente y pasado del partido y el más rompedor en sus propuestas de futuro, pero también el más bisoño. Francisco Lucas fue el último en incorporarse a la carrera como representante del sector más rebelde del partido, capaz, si no de ganar, al menos de condicionar al triunfador.

Sus opciones, a priori, son inferiores a las de sus adversarios, según fuentes del partido, sobre todo tras la escisión del grupo que le apoya del exalcalde de Beniel, Roberto García, que terminó por unirse a María González. Pero en el caso de ser necesaria una segunda vuelta entre ésta y Diego Conesa, su alianza con uno de ellos podría ser determinante y elevaría su capacidad de influencia.

Difícil pronóstico

Los cálculos y pronósticos tienen un alto margen de error desde que los afiliados socialistas han aprendido a votar según su propio criterio y sin atender a las consignas de sus dirigentes.

Un factor que puede influir en el resultado es la abstención. Todos coinciden en que será muy difícil alcanzar la participación del 84% registrada en las pasadas primarias federales. La tensión interna en el partido se ha rebajado tras la reelección de Pedro Sánchez, y los tres candidatos a liderar el PSOE murciano no han conseguido mantener la movilización de la militancia que generó la batalla entre Sánchez y Susana Díaz.

A ello ha contribuido una campaña de guante blanco, sin estridencias ni polémicas entre los tres contendientes murcianos.

Si uno de ellos supera hoy el 50% de los votos, se convertirá en el nuevo secretario general del PSRM-PSOE. Si no es así, habrá que esperar para que los dos más votados se midan en una segunda vuelta el próximo sábado, jornada en la que resultará ganador el que sume más papeletas con su nombre.

El proceso de renovación del partido culminará con el XV congreso regional, convocado para los días 6, 7 y 8 de octubre, y en el que solo restará por aprobar los documentos políticos y la composición de la nueva comisión ejecutiva.

El compromiso de los tres candidatos es buscar fórmulas de cooperación entre todos ellos tras el congreso, con el fin de contener posibles disensiones internas y evitar la aparición de familias discordantes. A pesar de que fue imposible alcanzar un acuerdo para presentar una candidatura única a las primarias, la unidad ha sido una de las apuestas más reiteradas durante la campaña, sobre todo por parte de María González y Diego Conesa.

Un total de 59 agrupaciones locales dispondrán las urnas en sus sedes para que voten los militantes hasta las 20.00 horas, y desde la dirección regional se espera que una hora más tarde se conozcan ya los resultados.