El presunto violador de la mota del río en Murcia niega que atacara a cinco mujeres
«Me tuvieron 72 horas detenido y me estuvieron pegando», sostiene este vecino de Javalí Nuevo que afronta casi medio siglo de cárcel
Apenas empleó unos minutos para defender su inocencia y lo hizo en un volumen de voz tan contenido que el magistrado presidente tuvo que pedirle en algún momento que elevara el tono. Patricio M., el joven de 29 años que presuntamente mantuvo en vilo a la Región en el verano de 2022 con sucesivos ataques sexuales a mujeres en la mota del río, en Murcia, optó este martes por negarlo todo. El sospechoso, que declaró al término de la vista ante la Audiencia por petición expresa de la defensa, aseguró no tener relación alguna con las agresiones sexuales a cinco mujeres que se le imputan en Murcia entre agosto y septiembre de 2022. «Cuando me detuvieron iba en un coche con tres amigos y no me sacaron ningún cuchillo del bolsillo o el calcetín», remarcó. «Me tuvieron 72 horas detenido y me estuvieron pegando».
Patricio M., en una declaración que apenas duró unos minutos, reconoció el robo de una motocicleta en Murcia, pero descartó que usase ese vehículo para moverse por la mota del río llegando a agredir sexualmente a cinco mujeres en poco más de un mes. A preguntas de su letrado, incidió en que colaboró con la Policía prestándose voluntariamente a una muestra de ADN. Al contestar únicamente a las preguntas de su abogado defensor, Raúl Noguera, el sospechoso no ofreció, sin embargo, explicación alguna al hecho de que cuatro de las denunciantes lo hayan reconocido en la vista «sin ningún género de dudas».
La Fiscalía reclama penas que suman cerca de medio siglo de cárcel para este joven, al que acusa de agredir a cinco víctimas, llegando a violar a una de ellas. El representante del Ministerio Público reiteró este martes, al final del juicio, su petición de condena para Patricio M. destacando la «maldad y crueldad» que guiaba la actuación del sospechoso. «A esas mujeres les robaron que ya no van a poder pasear tranquilamente junto al río», subrayó el fiscal. «Ese sufrimiento no lo vamos a poder paliar, pero podemos hacer Justicia».
El representante del Ministerio Público hizo hincapié en la «claridad» de los testimonios de las víctimas, que poniendo su vivencia encima de la mesa trataban de evitar «que otras mujeres tengan que volver a sufrir». Remarcó que, a su entender, «no hay ningún género de duda de que -Patricio M.- es el autor de esas cinco agresiones».
El abogado José Antonio García, que ejerce la acusación particular en este caso en representación de una de las afectadas, subrayó, por su parte, que su clienta «no ha vuelto a salir sola a ningún sitio». Una secuela, argumentó, que no queda reflejada en ningún informe pero ha tenido su impacto en la vida de la afectada. Tras el ataque, lamentó, «no ha vuelto a ser la misma».
El letrado defensor, Raúl Noguera, insistió, por su parte, en la falta de un «acervo probatorio» que vaya más allá de las manifestaciones de las afectadas. «No hay ninguna prueba más allá de las declaraciones de ellas: ni ADN, ni posicionamiento de los móviles...», remarcó. «No nos podemos quedar solo en las declaraciones. Estamos en sede judicial y debemos ir mucho más allá».
«Fue muy rápido. Me tiró del pelo y me puso el cuchillo en el cuello»
«Fue todo muy rápido». Los magistrados de la Audiencia Provincial escucharon este martes el testimonio de las dos últimas víctimas de este presunto agresor sexual. Estas dos testigos caminaban juntas por la mota del río a última hora de la tarde del 18 de septiembre de 2022. «Noté como si alguien viniese detrás de nosotras y al girarme lo vi», explicó una de ellas. «Nos desviamos pero nos siguió. Empecé a notar que la cosa no iba bien».
Estas dos mujeres coincidieron al relatar que el hombre les pidió la hora e inmediatamente después, aprovechando que una de ellas cayó al suelo al intentar huir, esgrimió un arma. «Fue todo muy rápido. Me tiró del pelo y me puso un cuchillo en el cuello», rememoró su compañera. «Me hizo daño. Me tiraba muy fuerte del pelo y me dio una patada».
Las testigos explicaron que trataron de dialogar con el asaltante pero éste enseguida le pidió a una de ellas –no tienen claro si a la otra también– que le mostrase el pecho. «Se puso el cuchillo en la boca y yo ahí vi la oportunidad de quitárselo», cuenta una de las testigos que, en ese momento, lograron zafarse de él y salir huyendo a la carrera. «No podía ni respirar y las piernas no me respondían», concluyó.