Enrique Moradiellos: «El presentismo es muy peligroso, y un grave delito historiográfico»
«En el caso de Juan de la Cierva, lo que hay que ver es la entidad científica y humanística de la persona», sostiene el catedrático de Historia Contemporánea y Premio Nacional de Historia de España
Catedrático de Historia Contemporánea y académico de número de la Real Academia de la Historia, Enrique Moradiellos es Premio Nacional de Historia de España por ... su ensayo divulgativo 'Historia mínima de la Guerra Civil española'. Experto en el momento histórico que envolvió a Juan de la Cierva (dedicó su tesis a las relaciones del Gobierno británico con la insurrección de 1936), alerta del peligro del presentismo y del revisionismo político de la historia, y reclama que las políticas públicas de memoria sean estables y continuadas, lo que «solo se logra con acuerdos transpartidistas e intergeneracionales».
-El dictamen de Aviación Civil que impide denominar el Aeropuerto de la Región con el nombre de Juan de la Cierva sostiene que el ingeniero facilitó el avión que trasladó a Franco y permitió el alzamiento. También la Real Academia de la Historia destaca en su biografía que «por mediación suya, se contrató en Londres el avión Havilland Dragon Rapide que trasladó al general Franco desde Canarias a Marruecos para iniciar el levantamiento de julio de 1936...».
-Juan de la Cierva era un gran ingeniero afincado en Inglaterra, donde desarrollaba el prototipo de lo que sería el autogiro. Era un ingeniero muy reputado, e Inglaterra era una de las grandes potencias industriales. Murió a los pocos meses de iniciada la Guerra Civil. Efectivamente, por su ligazón con una familia conservadora (era hijo de un ministro de Alfonso XIII) se ofreció a ayudar a los sublevados. De hecho, junto con el Duque de Alba fue uno de los integrantes de una pequeña junta de auxilio a los insurgentes en Londres. Es algo bastante estudiado, yo mismo lo estudié en mi tesis doctoral, y es cierto que ese papel lo tuvo, sin duda. Pero más allá de eso, nada más, porque él esencialmente no era un político, era un ingeniero, salvo por esas conexiones familiares, y porque precisamente tenía muy buenas relaciones con la élite política y militar de Gran Bretaña. Ese es un dato inequívoco, pero más allá de eso...
-¿De ahí podemos concluir que su papel en la sublevación fue determinante?
- 'Hypotheses non fingo' (no compongo hipótesis), que decían los clásicos. No suscribo hipótesis porque no lo sé. ¡Qué gran subsecretario de Estado hubiera sido Rodríguez Zapatero! Tampoco lo fue. Hipótesis de ese tipo, históricamente no son sostenibles, aunque puedan ser objeto de divertimento popular.
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-¿Pero considera que su papel fue determinante?
-Si determinante quiere decir que sin su participación no hubiera sido posible... determinante en aquel contexto fue el general Mola, Sanjurjo, Queipo de Llano, Franco... La cumbre de quienes pusieron en marcha el ejército insurgente, o apoyándoles desde la dirección política; personajes muy relevantes, como Goicoechea o Calvo Sotelo. Sinceramente, como juicio historiográfico, determinante... bueno, pues tanto como el cónsul general de España en Londres. Dudo que estuviera en el núcleo central de la conjura. Que le hayan pedido, como aeronáutico, un avión, es lo más lógico del mundo. Siempre preguntamos a los expertos. Pero de ahí a que el experto sea el autor... no me atrevería a decirlo. Todo depende de qué alcance queramos dar a esto. Cualquier académico e historiador te diría que la anécdota, si puede ser elevada a categoría, tiene interés; pero si es solamente anécdota, es un paso más de una casuística infinita. Lo interesante en estos casos es lo siguiente: ¿qué hacer con personajes que sirven para adjetivar premios, calles, instituciones, institutos? Las políticas de gestión pública de la memoria tienen que ser estables y continuadas, y eso solo se logra con acuerdos transpartidistas e intergeneracionales. En el caso de Juan de la Cierva, hay un programa de becas de investigación postdoctoral llamado Juan de la Cierva. Otros se llaman Salvador de Madariaga, Ramón y Cajal, Margarita Salas... Se llaman así porque cogen la faceta ilustre de un investigador, ingeniero, humanista... y como una manera de honrar al personaje y a la disciplina en la que han destacado, se les da el nombre. ¿Mencionamos detrás su orientación sexual?, ¿mencionamos su fe religiosa?, ¿su práctica política? Nada de todo eso añade o lastra el protagonismo que como científicos tuvieron, y que hemos valorado. A nadie se le había ocurrido decir que las becas Juan de la Cierva incluían una mancha. Yo creo que aquí lo que hay que ver es la entidad científica y humanística de la persona. Ahora se critica a Pablo Picasso. Y era un maltratador de mujeres; está clarísimo. ¿Por eso vamos a quitar el Guernica o el aeropuerto Pablo Picasso? El aeropuerto de Madrid se llama Adolfo Suárez, y Suárez fue el último secretario general del Movimiento. También sería cuestionable. Es más: una gran parte de la población española nacida antes de 1975 había firmado los 'Principios del Movimiento', a pesar de que pudieran militar en el Partido Comunista. Es algo objetivado que habrían colaborado con una institución dictatorial del Estado franquista. No hay que juzgar la obra de alguien por sus inclinaciones sexuales, políticas, filosóficas, religiosas..., sería el cuento de nunca acabar. Nadie es perfecto si es humano.
«Ronaldo ha hecho disfrutar a mucha gente con su fútbol. ¿Encima tiene que ser sabio, justo, inmaculado, ecuánime? Esas personas no existen»
Profetas
-Estamos revisando y juzgando la biografía de Juan de la Cierva desde el presente. ¿A dónde nos lleva el presentismo?
-El presentismo es un grave delito historiográfico. El presentismo juzga las cosas con los patrones que hoy tenemos. Le pongo un ejemplo sencillo: cuando tenía 21 años y pude votar en 1982, voté con enorme emoción a Felipe González, pensando que estábamos en algo grande. Mi hija, que es joven, feminista y estudia Filosofía, lo único que dice cuando le enseño esa foto es que es una vergüenza porque no hay ni una mujer. Ahora lo veo, pero en aquella época... Es un anacronismo; en aquella época pensábamos que era lo más vanguardista. El presentismo me resulta muy peligroso porque es anacrónico. Es un pecado de lesa majestad para los historiadores. No tiene en cuenta el factor diacrónico. Los derechos humanos no empezaron con los neardertales, y decir que la violencia es fascista es olvidar que los asirios la practicaron eliminando ciudades enteras. El presentismo es anacronismo, y rompe la necesaria continuidad y estabilidad de las políticas públicas de memoria. Si pones el nombre de Picasso al aeropuerto, no puedes cambiarlo porque haya una mayoría coyuntural -porque las mayorías en democracia vienen y van- en contra. Debe haber acuerdos de estabilidad. Picasso fue un machista, y Luis Buñuel un antianimalista que despeñó una cabra y un burro, y no les cuestionamos. La sensibilidad cambia con el tiempo.
-En el caso que nos ocupa, la decisión se ha tomado en base a un informe único de un historiador militante socialista que ya había expresado su punto de vista sobre el papel Juan de la Cierva con anterioridad...
-Un historiador militando en un partido es una cuestión un poco más complicada. Cada uno hace lo que le da la gana, pero los historiadores no son neutros. Ángel Viñas es un maestro y yo le reconozco su estatura como historiador, pero eso no quiere decir que todas sus opiniones las secunde. Vuelvo a la categoría general: las políticas públicas dirigidas a nombrar instituciones, el callejero... deben optar siempre por la estabilidad y la duración, y para eso, ser transpartidistas e intergeneracionales.
-¿Abogaría entonces por encargar el informe a una comisión?
-Sí, es lo correcto. Los cambios de este tipo requieren mayor consenso del que a veces se solicita.
-Los premios de investigación dejarán de denominarse Ramón y Cajal, Juan de la Cierva o Gregorio Marañón porque se ha detectado que apenas hay nombres de mujeres. ¿Qué le parece ese revisionismo desde la perspectiva de género?
-Puede haber un partidismo coyuntural en base al Gobierno actual. Y lo malo de estas cosas es que cuando se aprueba algo así con poca mayoría parlamentaria, se arriesga a que el que venga detrás los vuelva a cambiar. Y entramos en el sinvivir, que es muy peligroso, que los romanos llamaban la 'damnatio memoriae': viene el emperador, rompe todo lo del anterior y le pone su nombre. Y el siguiente, lo mismo. Si la calle se llama Pablo Picasso, se llama Pablo Picasso, no cuatro años Pablo Picasso y cuatro Sorolla. Debe haber estabilidad social y parlamentaria en estos temas.
«Las leyes de este tipo, cuando son producto de una coyuntura azarosa, de base débil, tienen los días contados»
Ley de Memoria Histórica
-El informe de Viñas tira de conjeturas: presupone que, como Juan de la Cierva tenía amigos favorables a la sublevación, él también lo era.
-Aunque fuera verdad: José María Pemán fue un propagandista del Régimen, ¿y deja de ser por eso un maestro de la lengua castellana? Cervantes fue un sinvergüenza, ¿y qué? Esta obsesión de que públicamente las personas tengan que ser inmaculadas me parece un rasgo puritano. Madonna es una magnífica cantante; y Ronaldo ha hecho disfrutar a mucha gente con su fútbol. ¿Encima tienen que ser sabios, justos, prudentes, inmaculados, ecuánimes? Esas personas no existen. El que busca profetas, es porque necesita la profecía. Pero los ciudadanos necesitan acuerdos, y saber que el hombre es perfectible por naturaleza.
-El artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica dice que «las administraciones públicas tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura». La doctrina de la ONU lo limita a quienes hayan cometido crímenes de lesa humanidad...
-Es que esa es la diferencia. Una cosa es que a los miembros de la Junta de Defensa Nacional que asumen los poderes del Estado y firman el decreto que es el golpe de Estado no les homenajeemos: Mola, Sanjurjo... De acuerdo. No debe haber una avenida Primo de Rivera, pero hay que circunscribirlo a eso. Si no, media España, de los 45 millones de españoles, son cómplices de la guerra. En una guerra se toma partido, y muchos tomaron partido solo por lealtad geográfica. Hay que aquilatarlo, porque si no, la norma limitaría para la vida pública a muchos de los políticos actuales, porque a sus padres, a sus abuelos, se les podría aplicar la categoría de 'cómplice de'. Si pasas revista a la genealogía de los miembros del Consejo de Ministros te puedes sorprender.
-¿Debe revisarse la Ley de Memoria Histórica?
-Las leyes de este tipo, cuando son producto de una coyuntura azarosa, de base débil, tienen los días contados.
-¿Se está utilizando esa ley para reescribir la historia española?
-Desde hace tiempo y por todos los lados, todos están haciéndolo, y eso es jugar con fuego.
«No se cambia el pasado por cambiar los nombres del presente»
Denominaciones
-Es el continuo revisionismo...
-El revisionismo histórico es normal, cambian las perspectivas y llegan nuevas fuentes, y la experiencia nos da instrumentos conceptuales. Pero el revisionismo político es otra cosa, es el uso político, inmediato y presentista de la historia, y eso es muy peligroso. Es un abuso de la historia al servicio de fines políticos presentistas. El uso abusivo de la historia es un síntoma de otras cosas, como los complejos de inferioridad compensados, y en políticas públicas eso es peligroso. Hoy quitas esto, pero mañana quitarás lo otro. Hay que buscar estabilidad. Y si al instituto le pusimos Rafael Alberti y descubrimos que fue un estalinista, no le vamos a quitar el nombre.
-Esas interpretaciones políticas son de consumo inmediato.
-Como son para ahora y para tu grey, para tu parroquia, y la parroquia no es eterna, es un problema. Lo mejor es que no cambiemos tanto. Es una locura, y un indicio de que algo pasa en el país, del malestar, la inestabilidad... No es bueno.
-Al margen de la discusión histórica, no hay duda de la trayectoria de Juan de la Cierva como icono de la ingeniería mundial, y así se le reconoce en EE UU y en Inglaterra. ¿Le chirría que no sea así en España?
-Es un poco raro. Yo sería prudente y buscaría un acuerdo con todos los partidos que perdurara en el tiempo. La estabilidad es un factor esencia para las sociedades. Si la beca se va a dedicar a la memoria del toro asesinado, debe mantenerse.
«Las políticas públicas referidas a la memoria deben ser transpartidistas e intergeneracionales y optar por la estabilidad y la duración»
Futuro
-¿Aprecia ánimo revanchista en la decisión de no denominar Juan de la Cierva al aeropuerto?
-Yo sobre todo creo que es una torpeza. Esa casuística de colaboración podría aplicársela a muchísima gente en España. En el Parlamento hay una sala Clara Campoamor, y ella se exilió de la España republicana, no de la franquista. Existe Podemos y existe Vox, y esas dinámicas se retroalimentan.
«Lo que importa es el estatus que tuvo como investigador»
-¿Qué hacemos ahora con la cantidad de institutos, calles, premios... que llevan el nombre de Juan de la Cierva?
-Si ese es el modelo a seguir, podríamos entrar en un bucle hasta que la serpiente le dijera a Adán y Eva: «La culpa la tenéis vosotros». Es el cuento de nunca acabar, surgido de una distopía. No se cambia el pasado por cambiar los nombres del presente. Juan de la Cierva tuvo el estatus que tuvo como investigador, que es lo que importa. ¿Y si ahora se descubriera que además fue un homosexual que hizo muchísimo por los derechos homosexuales? ¿Cambiamos otra vez? No es normal.
-Estamos haciéndole ahora un juicio sumarísimo a Juan de la Cierva. En un juzgado no sería tan sencillo.
-La distancia temporal es un factor esencial. Pero habría que ver qué partidos siguen existiendo ahora que tuvieron responsabilidades en crímenes de guerra. Vamos a mirarlos. Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri..., los otros mataron a más porque ganaron, pero todos mataron. No procede en España, 85 años después. Los crímenes de lesa humanidad de un bando ni exculpan ni justifican los del otro bando.
-Pedro Sánchez ha apelado estos días a «la concordia y el diálogo frente a la venganza y la revancha» para reivindicar los indultos del 'procés'.
-Izquierdas y derechas, 'grosso modo', son muy partidarias de las víctimas de la guerra o de ETA, según su orientación. Los argumentos son reversibles. Las víctimas son sacrosantas y su memoria no se puede olvidar salvo que sean las que a mí me interesa olvidar. Es una situación tremenda.
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