Piden investigar el accidente laboral en el que un marroquí perdió un ojo en Cartagena
Un juzgado archivó el caso alegando que el denunciante no se había presentado, pero su letrado asegura que nunca fue citado por el órgano
El Juzgado de Instrucción número 3 de Cartagena decidió archivar hace unos meses la investigación de un supuesto accidente laboral que, en octubre de 2019, llevó al marroquí Abdeljalil Z. a perder el ojo derecho. El órgano, en reiteradas resoluciones, acordó el sobreseimiento del caso alegando que el denunciante no había comparecido ante la juez, pese a que se le había citado en dos ocasiones. El letrado que se encarga de su representación, el penalista José María Caballero, ha recurrido la decisión asegurando, sin embargo, que esa citación nunca se produjo.
«Le cambiaron de ropa»
El accidente se produjo el 28 de octubre de 2019, según explicó el denunciante, mientras trabajaba en labores agrícolas para una empresa cuyo nombre desconocía, en Cartagena. El inmigrante reconoció que no tenía contrato y que le pagaban 30 euros al día en mano. Apenas llevaba dos días trabajando cuando, según su relato, una manguera se rompió y un trozo le provocó el estallido del globo ocular derecho. «Su jefe lo llevó a casa con el ojo partido y le cambiaron de casa», explica un amigo del afectado –dado que este apenas habla castellano–.
Trasladado al hospital Santa Lucía, Abdeljalil Z. permaneció un tiempo ingresado y, a día de hoy, remarca, ha perdido totalmente la visión en el ojo derecho. «Cuando le dieron el alta, su jefe empezó a decirle que no le iba a dar nada», sostiene el amigo del afectado. «No le dieron ninguna solución». Abdeljalil inició entonces una batalla judicial que, ahora, ha quedado archivada tras la decisión de la jueza de sobreseer el caso. «Él no ha tenido ninguna noticia ni ninguna citación», remarca.
Caballero, en su escrito al juzgado, sostiene que en ninguna de las cédulas de citación por las que se acordaba la declaración del denunciante se mencionaba que debía ser citado a través de su representación procesal, no siendo citado, tampoco, personalmente. El penalista hace hincapié, además, en que «se trata de delitos en los que no cabe renuncia alguna a su persecución por el perjudicado» y que son «perseguibles de oficio». El letrado considera que el juzgado está obligado a su investigación «hasta el total esclarecimiento de los hechos». De hecho, subraya, pese al delito de que se trata, ni siquiera se ha dado traslado a la Inspección de Trabajo para recabar el eventual informe que, en su caso, pudiera ser elaborado. «Quiero que la justicia sepa mi verdad», acierta a expresar Abdeljalil Z.