Page y Puig salen de La Moncloa con mensajes diferentes sobre el Trasvase
Tras reunirse con Sánchez, el líder valenciano señaló que el acueducto está seguro, pero el dirigente manchego indica que se recortará con la desalación
Cada barón socialista sale de La Moncloa con un mensaje diferente sobre el futuro del acueducto Tajo-Segura. Hace dos semanas, el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, declaró que el Trasvase «está asegurado» después de reunirse con Pedro Sánchez. Ayer, el dirigente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, manifestó que tenía el compromiso del jefe del Ejecutivo de que el Trasvase se irá recortando conforme aumente la producción de agua desalada. De acuerdo con las declaraciones de Puig y Page, todo apunta a que Sánchez trata de contentar a ambos con propuestas de difícil encaje.
Emiliano García-Page aseguró ayer que se lleva el compromiso de Pedro Sánchez de intentar duplicar la capacidad de desalación en el Levante hacia el año 2021, algo que servirá para «suavizar la hipoteca» que supone el Trasvase para su comunidad. Dicha propuesta no fue concretada, aunque coincide con el anuncio que hizo semanas atrás el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, de alcanzar en tres años los 400 hectómetros de agua desalada. Se trata, asimismo, de un volumen que ya estaba previsto en la cuenca del Segura, acorde con la capacidad de producción de las desaladoras de Acuamed y de la Mancomunidad de Canales del Taibilla.
La discrepancia de fondo es que las desaladoras no se montaron para sustituir al Trasvase Tajo-Segura, sino para complementarlo, según apuntó el presidente de la Confederación, Mario Urrea.
Tras su reunión con Pedro Sánchez, el presidente de Castilla-La Mancha avanzó que la posición que ha de tomar el Gobierno central «será controvertida para todos». «El Trasvase se va a acabar. Podremos decir que hay agua para todos. Veo tensión en el corto plazo, pero vamos a mantener la misma posición. Si siguen haciendo trasvases no ajustados a derecho, seguiremos recurriendo y tomando decisiones». Añadió que no está «contento al cien por cien» con la estrategia de agua del Gobierno, pero reconoció que la situación es «compleja». Prevé que seguirán «discutiendo» con el Ejecutivo central. El Gobierno de Castilla-La Mancha ha recurrido sistemáticamente los desembalses del Tajo al Segura durante las etapas de José María Barreda y García-Page. Hasta ahora ha perdido todos los litigios en los tribunales.
«Se ideó en la dictadura»
El presidente manchego aseguró que hay «una clara voluntad» de Sánchez de cambiar la estrategia actual, ya que ha mostrado su compromiso de «trabajar en torno a un auténtico pacto del agua a nivel nacional». Insistió en que el Trasvase existe porque se «ideó en la dictadura», ya que «en democracia no se haría». En realidad, el Tajo-Segura se planteó durante la II República y fue defendido por el entonces ministro socialista Indalecio Prieto.
García-Page advirtió de que «hay un derecho claro a que esta hipoteca no sea eterna y de alguna manera finalice. O de manera abrupta o buscando alternativas». Abogó por que dentro del nuevo pacto hidrológico nacional haya «una nueva medición» de los embalses de cabecera para elevar la lámina mínima a partir de la cual se puede trasvasar, además de reducir el precio del agua desalada. Hasta ahora, el Ministerio de Transición Ecológica se ha ajustado a la ley del Memorándum para autorizar los desembalses al Segura, aplicando el máximo que marcan las reglas de explotación.
El secretario de Agua del PP de la Región de Murcia, Jesús Cano, afirmó que Pedro Sánchez se ha comprometido con García-Page «a cerrar el Trasvase Tajo-Segura». Cano espera que «haya una rápida y contundente reacción por parte del delegado del Gobierno, Diego Conesa, y del PSOE murciano ante tal despropósito, que ataca directamente a los intereses del millón y medio de murcianos».
