«Se oyen cosas que no creí volver a vivir»
#CuandoTodoEstoAcabe... ·
Mari Carmen Sánchez-rojas. Directora de la Fundación Pedro Cano de Blanca y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de la RegiónPensar más en los demás. Ese es, a juicio de Mari Carmen Sánchez-Rojas, directora de la Fundación Pedro Cano de Blanca y miembro de ... la Real Academia de Bellas Artes de la Región, el camino hacia el que, la experiencia que consigo ha traído la expansión de la Covid-19, debería empujar a la sociedad.
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«Tenemos –dice– que replantearnos la vida desde unos principios más humanos y sociológicos, y atender a aquellas clases que van a quedar más desfavorecidas, que ya lo estaban pero ahora lo van a pasar fatal. Si esto no lo aprovechamos para replantearnos nuestros principios éticos y sociales va a servir de poco», asevera la también profesora emérita de Historia del Arte de la Universidad de Murcia (UMU).
Para ella, la excepcionalidad ocasionada por este virus debería guiar a las poblaciones «hacia algo positivo». Es consciente de que «hay más unión social», y de que «en unos casos –apunta– ha ocurrido así, pero no en todos», porque al mismo tiempo «se están dando principios y se están oyendo cosas que, yo que viví la posguerra, no pensé que volvería a experimentar».
Se refiere, precisa, «a la discriminación entre las clases políticas, el desprecio hacia los pobres y la desprotección de la sanidad. En aquella época, quienes teníamos dinero, éramos quienes vivíamos mejor, y estamos volviendo a esto». «Estamos oyendo –insiste– que si vienen los de fuera, nos contagian, y cada vez hay más reclusión para la gente pobre y desfavorecida. Esto me da miedo y no veo las soluciones muy claras», reconoce Sánchez-Rojas, quien además de su trabajo en la Fundación Pedro Cano, desempeña labores sociales junto a Proyecto Hombre y con colectivos de inmigrantes.
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Dice Sánchez-Rojas que es «difícil plantear planes a larga distancia». El escenario que resulte tras la crisis es, considera, todavía impredecible, y «todo lo que podamos decir ahora será siempre en teoría porque en la práctica no hay una solución total y absoluta para este virus; ahora estamos empezando con la desescalada, pero puede repuntar. Se pueden tener buenas intenciones y acometer medidas, pero todo tiene que ser muy poco a poco». Reitera que no sabe qué ocurrirá tras la pandemia, ni tan siquiera se atreve a aventurar si se cumplirán los plazos de la desescalada, pero sí tiene ganas de «que entremos en las fases en las que podamos estar con nuestras familias». Ocurrirá, si se cumplen las previsiones a partir de este lunes. Sánchez-Rojas lleva sin apenas salir a la calle desde que se decretó el estado de alarma: «Estoy cansada de ver a mis hijos y a mi nieto desde el balcón». También echa de menos su trabajo en la Fundación y con los colectivos vulnerables.
Estas últimas semanas las ha aprovechado, dice, para «realizar algún encargo de trabajo, para leer y hacer yoga». «Hay días que estoy más deprimida que otros, pero intento animarme a mí misma. Al fin y al cabo tengo una casa grande y con balcón y mi familia tiene trabajo».
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