Un juzgado de Madrid exculpa a Adif y Renfe del atropello de una menor en un paso a nivel de Alguazas
El padre de la víctima pide que las empresas «asuman que si ella se expuso al peligro, fue porque la valla estaba rota»
Hace tres años que Rocío Sarabia, de 14 años, fue víctima de un atropello mortal por un tren al cruzar las vías por un paso a nivel de Alguazas. Un caso por el que su familia, en concreto su padre, Joaquín Sarabia, estuvo luchando desde el primer momento para que Adif y Renfe asumieran la responsabilidad de lo sucedido. Ahora, la sentencia de un juzgado de Madrid exculpa de toda responsabilidad a las empresas y dice que la menor «tenía capacidad para discernir la peligrosidad que conllevaba intentar cruzar las vías por ese paso», cuya barrera estaba rota.
En el momento de los hechos, la menor hacía uso de unos auriculares que le impidieron percatarse de la llegada del tren. Añade la sentencia que Rocío «no se introdujo por error en las vías, sino que lo hizo voluntariamente, puesto que forzosamente tuvo que o bien pisar o bien saltar la valla», y que por eso «no cabe extender la responsabilidad a las empresas».
Su familia, que había interpuesto un recurso ante el dictamen previo del Consejo de Adif que desestimaba la reclamación de responsabilidad patrimonial, está «en desacuerdo» con el fallo, dice el padre de la víctima, y anuncia que hará «todo lo que esté en nuestra mano para seguir luchando. Ya estamos con los abogados estudiando el tema para ver por dónde podemos salir», explica.
Sarabia luchó durante mucho tiempo para que Adif y Renfe cambiasen las vallas rotas de aquel paso por el que cruzó Rocío, hasta que lo hicieron. En parte por eso, él no se explica la sentencia. «Se supone que si una niña cruza por un paso en que la barrera está rota, alguien tiene que tener la responsabilidad y no mi hija. Porque si tienes tan claro que esas vallas son seguras, ¿por qué pones otras? ¿Cómo es que mi hija tiene la culpa de que la atropellase un tren?», se pregunta. Un dictamen que a su familia le rompe de nuevo el corazón. Lo único que quiere el padre es un reconocimiento, «que asuman que la muerte de mi hija no solo fue culpa suya, sino que ella se expuso al peligro porque ellos se lo facilitaron; aquella barrera estaba rota cuando no debía estarlo».