Las obras en el aulario obligarán a trasladar a 5.000 alumnos de La Merced
Los trabajos para mejorar la eficiencia energética y la calidad del aire del edificio está previsto que comiencen en febrero de 2025
Los cerca de 5.000 estudiantes, profesores y personal de administración y servicios que estudian y trabajan en el campus de La Merced de la Universidad de Murcia (UMU) integran casi un pequeño pueblo. Quizá por esa coyuntura, la noticia del traslado de las clases a otras dependencias en febrero del próximo año se ha convertido en el tema de la semana en el campus.
Las obras de mejora de la eficiencia energética del aulario del campus han sido aprobadas por las dos juntas de facultad afectadas, las de Derecho y Letras. La vicerrectora de Planificación de las Infraestructuras de la universidad, María Belén López, ha querido someter la cuestión a la voluntad de la comunidad universitaria, a la que se expuso la propuesta de mejora, que recibió el visto bueno de los representantes de los alumnos, el personal de administración y los docentes. El inconveniente, que es la razón de las quejas de algunos alumnos y profesores a pie de campus, es que los trabajos que se van a realizar obligan a cerrar al público el edificio –solo el aulario– durante seis meses, ya que las obras generarán un nivel de ruido incompatible con las clases.
Para cumplir con los plazos y generar menos inconvenientes a los usuarios, el vicerrectorado calcula que el inicio del segundo cuatrimestre, en febrero, es la fecha más adecuada, ya que ese período permite enlazar con el calendario de exámenes, cuando los alumnos tienen menos carga lectiva, y el final del curso académico.
Mientras duren las obras, los afectados serán reubicados en otros inmuebles de la Universidad de Murcia: el edificio Rector Sabater (radicado también en la ciudad, en Ronda de Levante), el edificio Saavedra Fajardo (en el barrio de Vistalegre) y en diferentes ubicaciones del campus de Espinardo, que cuenta con una treintena de edificios.
Los trabajos consistirán en el refuerzo y reforma de los cuadros eléctricos, la instalación de luces led y la puesta en marcha de sistemas de renovación y mejora de la calidad del aire con el sistema 'free cooling', que se vale del aire exterior para climatizar un espacio y permite reducir el gasto de los equipos y disminuir su uso. Los sistemas de 'free cooling' extraen el aire del exterior, lo filtran, y lo utiliza para aclimatar. Así se evita recircular el aire de retorno y se logra una mejora en la calidad del aire interior.
La vicerrectora de Infraestructuras calcula que las mejoras en la eficiencia energética del edificio permitirán rebajar la factura de la luz del edificio más de un 30%. Los trabajos cuentan además con financiación de los fondos 'Next Generation', con los que se costeará un 40% del presupuesto de las obras, de 1,4 millones de euros. Las obras afectarán solo al Aulario, y no al resto de edificios del campus de La Merced, donde se ubican también los edificios de la Facultad de Derecho y la Facultad de Letras, Biblioteca Antonio de Nebrija y el Paraninfo, donde el pasado junio se desprendió parcialmente parte del techo justo antes del inicio de un acto de graduación de estudiantes.
La noticia de la mudanza ha sido recibida con quejas entre algunos docentes y profesores, pero las obras han sido aprobadas por las juntas de facultad, en las que están representados.
Proceso de transformación
La Universidad de Murcia se encuentra inmersa en un proceso de transformación de las infraestructuras universitarias para adaptarlas a los retos de sostenibilidad establecidos en el marco de la agenda 2030 y la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) aprobada el pasado año.
El objetivo principal de este plan «es ofrecer un proyecto de modernización, adecuación a las normativas vigentes y eficiencia de las instalaciones para que favorezca las actividades propias de la universidad y el encuentro social, siempre en un entorno sostenible y de constante evolución que concuerde con la demanda de la sociedad murciana».