Nueve monumentos de la Región de Murcia en manos privadas consiguen ayudas para su restauración

Esta línea de subvenciones llega dieciséis años después de la anterior convocatoria. Para dicho departamento, se trata de una muestra del «compromiso de la Comunidad con la protección del patrimonio histórico-artístico». No obstante, la partida se ha quedado corta. Una de las quince peticiones presentadas no ha podido ser atendida por agotarse el crédito disponible; otras cinco fueron rechazadas porque los solicitantes no acreditaron los requisitos.

Colectivos conservacionistas ven necesario destinar más fondos ante las necesidades que plantea el mantenimiento de tan extenso legado. Por la geografía regional se distribuyen 1.448 elementos identificados con la máxima categoría de reconocimiento y protección (BIC). Según el censo de la Consejería, el 20% de estos bienes están en manos privadas, y la Iglesia Católica aparece como la titular del mayor número de esas posesiones.

Sobre el estado de conservación, la Lista Roja de la asociación Hispania Nostra ofrece un diagnóstico. La Región de Murcia se sitúa como la séptima comunidad autónoma (empatada con Galicia) con más elementos en riesgo, con un total de 65, de los que aproximadamente un tercio pertenecen a particulares. Uno de esos conjuntos privados amenazados por la ruina que se beneficiarán ahora de las ayudas de la Consejería es la torre del Negro. De finales del siglo XVI, esta atalaya de vigilancia cerca de la cartagenera playa de Los Urrutias formó parte del sistema defensivo que Felipe II ordenó levantar en la costa contra los ataques piratas.

El término de Cartagena destaca como el que sale mejor parado del reparto, ya que otros cuatro inmuebles ubicados en este municipio han recibido subvenciones para asegurar su preservación. Se trata del Teatro Apolo de El Algar, de principios del siglo XX y propiedad de la asociación de vecinos, y de tres molinos: el del paraje de Lo Luengo, el de Lo Negrete y el de Los Miñarros. Este último, en la diputación de Molinos Marfagones, estuvo en el punto de mira de los técnicos del servicio regional de Patrimonio Histórico a raíz de una denuncia de la Asociación Cartaginense debido a su «alarmante deterioro».

Para Pedro Jesús Fernández, presidente de la Asociación para la Conservación y Estudio de los Molinos (Acem), las ayudas deberían dotarse con «una cantidad mayor atendiendo a la realidad del patrimonio etnográfico como los molinos de viento, que necesitan de un importante mantenimiento y son muy numerosos en el campo de Cartagena, así como los hidráulicos, ubicados por toda la Región». Sugiere que las administraciones cuenten con «brigadas y equipos propios que actúen de forma preventiva y conservatoria tanto en el patrimonio público como colaborando con los propietarios interesados en mantener sus monumentos».

A la familia de José Antonio Guijarro, la subvención le facilitará dar el último empujón a la restauración de la ermita de Nuestra Señora de la Paz, en Alcantarilla. Los 70.000 euros otorgados servirán para consolidar estructuras, arreglar cubiertas y reponer elementos decorativos. Según explica Guijarro a este diario, el objetivo es que el pequeño templo, que forma parte de la finca que su bisabuelo Francisco Tortosa adquirió a finales del siglo XIX en el paraje de la Voz Negra, se recupere para el culto después de tres décadas de abandono. Paradójicamente, hace diez años, los propietarios intentaron sin éxito que la Consejería retirara al inmueble religioso la protección de Bien de Interés Cultural, la misma que ahora le ha permitido acceder a esta línea de ayuda.

La ermita de la Paz tiene un posible origen mudéjar, aunque fue totalmente transformada a principios del siglo XIX. Su mayor encanto está en el vínculo que mantiene con el entorno, al igual que otros ejemplos de arquitectura vernácula. De hecho, protagonizaba una de las romerías de la huerta más populares, que ahora podría recuperarse.

Otros dos monumentos religiosos también han conseguido financiación. La Fundación Universitaria San Antonio ha recibido 70.000 euros para la rehabilitación de las fachadas noreste y sureste del monasterio de los Jerónimos, en la pedanía murciana de Guadalupe y baluarte de la Universidad Católica (UCAM). El Paso Azul de Lorca tendrá casi 8.700 euros para la restauración de las puertas del presbiterio de la iglesia de San Francisco, sede de esta hermandad.