La nueva regla de explotación causa al Trasvase el primer agujero

De acuerdo con los envíos autorizados entre octubre de 2021 y el actual mes de mayo, el Ministerio ha dispuesto 125 hectómetros para los regadíos y 60 para abastecimientos; mientras que con la regla anterior tales volúmenes habrían sido de 154 y 68 hectómetros, respectivamente, según las estimaciones del Scrats basadas en la evolución de las existencias en cabecera.

Oficialmente, se había previsto una pérdida en torno a los 12 hectómetros, relacionada con la mayor evaporación en los embalses de cabecera, que retienen más reservas que antes y, por lo tanto, disponen de una lámina de agua mayor. No obstante, esa disminución está siendo superior para los usos agrícolas y urbanos. La principal reforma de la regla de explotación consistió en recortar de 38 a 27 hectómetros mensuales los trasvases en los meses de normalidad de excedentes, con el propósito de darle «mayor regularidad» a los envíos de agua a Levante mediante otra distribución mensual.

Tal regularidad dependerá del año hidrológico. Después de cinco meses de normalidad (con envíos máximos de agua), la cabecera del Tajo ha entrado de nuevo en situación excepcional, con la previsión de que se mantenga en los próximos seis meses.

En lo que va de año hidrológico, apenas se ha cumplido uno de los objetivos que motivó el cambio de las reglas, como era reducir el número de meses en situación de excepcionalidad. El balance hasta ahora no permite atisbar muchos cambios: con la nueva regla han sido tres meses con pocos excedentes; y con la anterior habrían sido cuatro. Es decir, los episodios de excepcionalidad en la cabecera apenas han variado. Cada año hidrológico se comporta de manera diferente y conviene esperar a que se consolide una serie temporal, pero las nuevas reglas no aportan aún ese factor nivelador que pretenden.

Cuando cambió la ley, el Ministerio anunció que se mantendría «un trasvase medio anual similar a la media de los volúmenes totales trasvasados para abastecimiento y regadío durante el periodo completo de funcionamiento del Trasvase», como quedó reflejado en el BOE. Dicha media histórica –de 40 años– ha sido de unos 200 hectómetros anuales para regar, y de otros 100 para la población, pero el hecho cierto es que ese promedio va disminuyendo, sobre todo para los cultivos, a tenor de las transferencias de los últimos años. Según el reciente informe del Cedex, el volumen trasvasado para regadíos fue de 168 hectómetros en el año hidrológico 2018/19; de 165 hectómetros en el siguiente; y de 197 hectómetros en el pasado año hidrológico. Este rondaría los 175 (siempre que la ministra no recorte los futuros envíos).