Nicolás Sartorius: «La federalización debe servir para que España funcione mejor»

–¿Cómo es la España federal que tiene en su cabeza? ¿Es la solución al conflicto de Cataluña?

–Creo que la federalización del país debe servir para que España funcione mejor, con mayor cooperación, solidaridad, participación y lealtad institucional. Con un Senado que sea una auténtica Cámara territorial; mejor distribución de las competencias y una financiación suficiente y justa. En una palabra, una mejor cohesión territorial y social, que evite las tendencias a la bilateralidad, que serían muy negativas. No sé si solución, pero creo que mejoraría la situación y ayudaría a ir resolviendo problemas.

–Antes de las elecciones del 28-M, apostaba por el federalismo municipalista. ¿En una Europa federal qué beneficios tiene dar más poder a los municipios?

–Soy partidario de un federalismo también municipalista. Mi impresión es que, en el reparto de competencias y medios, los municipios no están bien dotados. Se ha descentralizado hacia las comunidades autónomas, pero bastante menos hacia los ayuntamientos, que son el primer nivel al que se dirigen los ciudadanos, el más cercano, como la primera imagen del Estado.

–Ha defendido que el peligro para un Estado social no viene solo de quienes quieren separarse de España sino también de los privatizadores. ¿Quien apuesta por privatizar servicios es un peligro democrático?

–En efecto, nuestra democracia es una democracia social, como dice el artículo 1 de la Constitución. Ello significa que los servicios básicos, derechos esenciales como la sanidad, la educación, etc, deben de ser públicos y estar muy bien dotados de personal y medios. La privatización es un ataque a esa concepción social de nuestra democracia porque, además, acentúa las desigualdades. El modelo social europeo está basado en el carácter público de esos servicios esenciales.

–Usted ve una trampa en el debate de amnistía sí o amnistía no. ¿Está asumiendo el PSOE en solitario el coste político?

–Lo que dije es que el problema de fondo no es amnistía sí o no. La cuestión es si es bueno para la democracia española resolver el problema de Cataluña y su relación con el resto de España. La situación que se creó en 2017 con dos referendos ilegales, cuando gobernaba el PP, fue un desastre. Los indultos que se dieron luego han sido beneficiosos, pues hoy la situación en Cataluña es mucho mejor que la de entonces. La amnistía, en los términos que está planteada en la ley, es constitucional, pero eso lo decidirá el Tribunal Constitucional y, en su caso, los tribunales europeos.

–Defiende que no tiene sentido que los líderes del 'procés' estén ya indultados y que se frene la amnistía a responsables menores del 1 de octubre. ¿No se deja fuera a Puigdemont?

–No me importa lo que le interese o no a dirigentes independentistas. Estoy convencido de que es positivo que una medida como la amnistía acoja a cientos de personas, incluidos policías, que o no tuvieron responsabilidades relevantes o tuvieron muchas menos que los ya indultados. Meternos ahora, después de casi siete años, en cientos de procesos que duran años, es un disparate mayúsculo, que perjudica a España, dentro y fuera. Si al final hay amnistía, como espero, le acogerá a todo el mundo comprendido en ella. Salir ahora, después de que el Tribunal Supremo dijese que no hubo rebelión sino sedición, con la historia del «terrorismo» me parece increíble y peligroso para las movilizaciones sociales, ya sean de trabajadores o agricultores.

–¿Merece la pena pacificar Cataluña a costa de agrandar la brecha entre las dos España?

–Por supuesto que vale la pena intentar resolver el problema con una parte de Cataluña. La tensión de la que usted habla es muy anterior a la cuestión de la amnistía. Su origen está en que las derechas no han aceptado el resultado electoral de julio pasado, es decir, que las han perdido. Claro que la tensión no es nada buena y hay que trabajar para que se aminore o cese.

–¿Qué le parece que los candidatos a la amnistía digan que lo volverán a hacer?

–La cuestión no es lo que digan o dejen de decir los independentistas. Lo importante es que no puedan volver a hacerlo, porque si lo hacen se les volverá a aplicar la ley y sobre todo que no tengan fuerza para intentarlo, como sucede ahora cuando los dos primeros partidos de Cataluña, en las últimas elecciones, fueron de izquierda y nada separatistas.

–Fue diputado del PCE y de IU, ahora diluidos en Podemos y Sumar, que no lograron apoyo en las urnas en Galicia. ¿Qué falla?

–No puedo responder con conocimiento en esos casos concretos. Con carácter general, cuando un partido fracasa en las elecciones debe de examinar detenidamente las razones y corregir el tiro para no seguir fracasando.

–¿Qué le parece la apuesta de Vox por recortar las subvenciones a los sindicatos?

–Se trata de un ataque típico de la ultraderecha. En realidad, para Vox sobran los sindicatos, las autonomías y elementos básicos de la democracia. Esas medidas las están tomando en todas las comunidades que gobiernan con el PP. La salud de los sindicatos es muy buena. Gracias a ellos y a los acuerdos a los que han ido llegando con la patronal y el Gobierno, España ha mejorado notablemente, a pesar de las pandemias y las guerras. Gracias, en buena parte, a esos acuerdos, la economía española es la que mejor va de la UE y tenemos, por primera vez, 21 millones de personas que trabajan.