Un vecino acumula toneladas de residuos en un chalé de La Cumbre, en Puerto de Mazarrón
Residentes de la zona denuncian que viven «un infierno» y se plantean acudir al juzgado por lo que consideran un riesgo para la salud
Un vecino de la urbanización La Cumbre, en Puerto de Mazarrón, lleva cuatro años acumulando residuos en su vivienda, en la calle Naranjo de Bulnes, para desesperación de los residentes de la zona, que ya se plantean acudir a los tribunales. Denuncian que viven «un infierno» y que existe un riesgo para la salud por la proliferación de ratas «como caballos de grandes» e insectos, además del peligro de que se origine un incendio. Todo tipo de enseres, chatarra y residuos voluminosos, desde colchones a electrodomésticos y muebles viejos, se amontonan en la parcela vallada que rodea el chalé. Los desechos comienzan a asomar ya por encima del muro exterior, y también se acumulan en la terraza de la primera planta de la vivienda. Dentro de la casa, el panorama no cambia. Los afectados por este 'chalé-basurero' critican que el Ayuntamiento no haya intervenido de manera «más diligente», pese a que han presentado varios escritos y han trasladado de manera verbal a varios concejales lo desesperante de la situación.
«No es mala persona, pero tiene un grave problema y necesita ayuda médica», declara a LA VERDAD uno de los residentes que hasta no hace mucho mantenía una cierta relación de amistad con el dueño del chalé ocupado ahora por toneladas de basuras. «En alguna ocasión he cuidado de su perro, cuando se ha ido de viaje. Y le ayudé a arreglar la depuradora de su piscina cuando me lo pidió. Entonces ya se lo dije: 'esto se te va de las manos'», añade este vecino que prefiere mantener su nombre en el anonimato. Un día llegaron los improperios y las amenazas, recuerda, y fue entonces cuando cortó cualquier contacto. «Me dijo que en su casa podía hacer lo que quisiera». Según las fuentes consultadas por este diario, el dueño de este chalé podría sufrir 'síndrome de Diógenes', un trastorno que lleva a acumular desperdicios.
Una doble vida
Hasta hace aproximadamente un año, residía en esta casa con su esposa y sus hijos. Pero la mujer y los dos menores se trasladaron a un piso de alquiler en otra zona de Puerto de Mazarrón. Él sigue allí, y raro es el día que no sale a buscar enseres viejos. Ahora se ayuda de una escalera para arrojar los desechos desde fuera de la valla, porque ni siquiera se puede abrir ya la puerta.
«Parece como si llevara una doble vida. Por la mañana se dedica a recorrer las calles recogiendo todo lo que encuentra, desde maderas a carritos de la compra. El otro día apareció con un calentador de agua. Pero muchas tardes lo vemos salir de la vivienda, bien arreglado y con un maletín, para ir al trabajo», comenta otro vecino. Los propios residentes y desde el Ayuntamiento indican que es profesor y que sigue impartiendo clases.
Profesionales de Servicios Sociales ya han intentado mediar para buscar una solución. Según declaró ayer el alcalde, Gaspar Miras, el propietario del chalé no ha respondido a las notificaciones enviadas por el Consistorio para que limpie la vivienda. «Estamos a la espera de un informe de Salud Pública para poder solicitar la autorización judicial que nos permita acceder y proceder a la retirada de los residuos». Miras admite que no sabe cuándo podrán entrar las brigadas.