Martínez Vidal se queda de diputada rasa y con Ciudadanos abierto en canal
La coordinadora regional de Cs denuncia «las prácticas mafiosas» del Partido Popular y solicita elecciones autonómicas anticipadas
El 9 de marzo, Ana Martínez Vidal era consejera de Empresa e Industria, tenía bajo su control el Instituto de Fomento –una de las joyas de la corona de la Administración regional, por la cantidad de fondos que maneja– y una gran visibilidad pública como portavoz del Gobierno. Tarde o temprano, López Miras la hubiera nombrado vicepresidenta de la Comunidad, como exigía. Diez días después, Ana Martínez Vidal es una diputada rasa en la Asamblea Regional, no controla a la mitad de los diputados de Cs y corre el riesgo de ser enviada al grupo mixto.
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Además, la moción de censura presentada con el PSOE deja a Ciudadanos al borde del abismo. En la Región y en toda España, con la pérdida del gobierno en dos comunidades autónomas (Murcia y Madrid) y deserciones en cadena en todas las instituciones. Martínez Vidal mostró ayer su intención de continuar como coordinadora autonómica y líder del grupo parlamentario, en el que permanecerían su leal Juan José Molina y el presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, pese a que también rompió la disciplina de voto con su abstención.
Sin embargo, no es una decisión que dependa solo de ella. Como fue nombrada a dedo por la dirección nacional, también a dedo puede ser revocada de su cargo orgánico. Más aún cuando su gran valedor, Carlos Cuadrado, ha perdido poder interno, precisamente por el fiasco de la moción de censura que iba a llevarla a ella a la presidencia de la Comunidad. La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, la excluyó del comité permanente, el núcleo duro del partido, y evitó fotografiarse junto a ella en la ejecutiva del pasado lunes. No obstante, ayer fue arropada por la secretaria general de Ciudadanos, Marina Bravo, en la segunda sesión del debate de la moción de censura.
«Prepotencia, soberbia e impunidad son las banderas del PP. Humildad, sencillez, profesionalidad y moderación son las de Cs»
«Yo no voy a volver al PP», aseguró la diputada desde la tribuna de la Asamblea, desde donde vaticinó que los «tránsfugas» Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez se incorporarán más pronto que tarde a la disciplina popular. Pese a que también lo considera tránsfuga, Martínez Vidal tuvo un detalle con Antonio Sánchez Lorente, consejero de Transparencia, convaleciente tras una reciente intervención quirúrgica.
La líder naranja, que ya sabía cuando subió al atril que la moción de censura estaba perdida, insistió en denunciar la corrupción del PP como causa de la ruptura unilateral y repentina del pacto de gobierno firmado en 2019. Defendió que con la moción de censura «Ciudadanos ha antepuesto los intereses de los murcianos a los de los amiguetes de los altos cargos del PP».
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«Prepotencia, soberbia e impunidad son las banderas del PP. Humildad, sencillez, profesionalidad y moderación son las de Ciudadanos. Cs nunca será el PP por más diputados que compren», recalcó. Al PP pidió «dejar de traficar con nuestros votos» y el adelanto de las elecciones. Además, lanzó una advertencia: «El cambio en la Región empieza hoy, los murcianos han visto quién es quién y sus prácticas mafiosas les pasarán factura».
«El cambio en la Región empieza hoy, los murcianos han visto quién es quién durante esta moción de censura»
Cs Región de Murcia se encuentra abierto en canal tras la moción de censura. Una buena parte de la militancia está con Martínez Vidal, a juzgar de lo que expresan en redes. Su núcleo duro en la dirección regional permanece, de momento, fiel a la coordinadora. José Gabriel Sánchez Torregrosa –uno de los consejeros más efímeros de la historia de la Región– y María José Ros Olivo, que también deja de ser directora general de Comercio, la arroparon ayer en la Asamblea, junto al vicealcalde de Cehegín, Jerónimo Moya, que es además su compañero sentimental.
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Por otro lado, ayer se produjeron críticas de cargos públicos. Los dos ediles naranjas en Alcantarilla publicaron una dura carta contra la estrategia de la coordinadora y el concejal de Caravaca José Antonio García lanzó un mensaje en Twitter: «Cuando las ambiciones personales sobrepasan el interés general, solo hay un camino: puerta».
El partido prefiere «no decidir en caliente» sobre la abstención de Alberto Castillo
El último diputado en emitir su voto ayer fue el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo. Y como se había anunciado esta semana, optó por la abstención. Esto supone una ruptura de la disciplina de partido, por mucho que el voto no fuera decisivo (ya era imposible alcanzar los 23 'síes' que otorgaban la mayoría absoluta necesaria para el triunfo de la moción de censura) y aunque Castillo pretenda excusarse en su papel institucional.
El portavoz del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en la Asamblea Regional, Juan José Molina, afirmó ayer que no tomarán «ninguna decisión en caliente» sobre el presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, también de Cs, debido a su abstención en la votación de la moción de censura. Juan José Molina indicó que tanto él como Ana Martínez Vidal se sentarán a hablar con Alberto Castillo «y dentro de unos días tomaremos las decisiones oportunas».
Por su parte, fuentes cercanas al presidente de la Asamblea comentan que la intención de Castillo es «tender puentes» entre las dos facciones en el grupo parlamentario. Y es que ahora se abre una situación difícil, ya que los tres parlamentarios que se han opuesto a la moción de censura –Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez– no pueden ser expulsados del grupo, por el reglamento de la Asamblea Regional. Castillo está en una posición intermedia.
El Partido Popular pondrá toda la carne en el asador para sumar a su causa al presidente de la Asamblea Regional. Con él, los tres disidentes de Cs y los expulsados de Vox, sumaría mayoría absoluta en la Cámara.
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