El Mar Menor estrena el primer arrecife de ostras con el fin de retener cada año cien toneladas de nitrógeno
El Instituto Español de Oceanografía y ANSE comienzan los ensayos en mar abierto para ver el potencial de esta especie para reducir la contaminación de la laguna
El proyecto del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) que busca recuperar la presencia de la ostra plana en el Mar Menor para reducir la cantidad de nutrientes contaminantes que alberga el agua ha llegado a su fase más importante. Los bivalvos nacidos esta primavera en el criadero del Centro Oceanográfico de Murcia han estrenado el primer arrecife experimental de la laguna con el fin de investigar en mar abierto el potencial filtrador que tienen. El objetivo del proyecto RemediOS-2 es lograr que los cultivos de ostras que se puedan instalar en la laguna retengan cada año el 20% de las 540 toneladas de nitrógeno que llegan hasta este frágil ecosistema. Las primeras conclusiones, ofrecidas este lunes por los investigadores del IEO en una visita guiada al arrecife, señalan que esta especie podría tratar toda el agua del Mar Menor en 23 días, es decir, hasta doce filtrados completos cada año.
Publicidad
En colaboración con la Asociación Naturalista del Sureste y WWF, los trabajos coordinados por la investigadora Marina Albentosa han pasado de las exitosas pruebas de cría en cautividad y supervivencia de los ejemplares en el centro científico de Lo Pagán y las salinas de San Pedro del Pinatar y Marchamalo a los ensayos en una pirámide de ladrillos de arcilla instalados en las cercanías de la Isla del Barón. En esta zona se han colocado 175 bloques que contienen 55.000 larvas de pocos meses de vida pero que crecen a buen ritmo alimentándose de la materia orgánica del agua. «El objetivo es estudiar el impacto que tiene un cultivo de ostras en la biorremediación de nutrientes», explicó la científica.
En paralelo al arrecife, RemediOS también instalará colectores en plataformas flotantes diseñados específicamente para evitar que la proliferación de algas o los bajos niveles de oxígeno que puedan hallarse en la zona de la instalación puedan afectar a la salud de las ostras. Esta línea de investigación ya se inició en las salinas de San Pedro con éxito, donde se pudo comprobar el crecimiento de los ejemplares. Este enfoque mira más hacia la actividad acuícola, ya que uno de los fines del proyecto es comprobar la viabilidad comercial del cultivo de este bivalvo para ser reaprovechado en la hostelería.
Los investigadores del IEO también emplearán los mismos cestos en el fondo marino de la laguna, instalados en «puntos críticos», para «medir el nivel de estrés de las ostras en un ecosistema eutrofizado». Maduración sexual, qué contaminantes han acumulado o qué reservas de nitrógeno y carbono registran durante sucesivas revisiones que se harán por parte del Oceanográfico. También se investigará la presencia de las bacterias Escherichia coli (E. coli) y estreptococos, además de distintas biotoxinas. Esta segunda fase del proyecto está dirigida por el instituto perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas e integrada en el Marco de Actuaciones Prioritarias para recuperar el Mar Menor del Ministerio para la Transición Ecológica, pero también participan la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma, ANSE y la Fundación Estrella de Levante.
Albentosa avanzó durante la visita que, en una tercera fase del proyecto, se realizarán estudios genéticos de las ostras para comprobar que la especie que reside en el Mar Menor está mejor adaptada al cambio climático. RemediOS, que ya ha logrado tres periodos de reproducción desde que comenzó hace cuatro años (2022, 2024 y 2025), solo ha empleado bivalvos extraídos del Mar Menor para evitar traer otras especies u ostras de otros puntos de España. El fin último conllevaría el cultivo de estos ejemplares más resistentes a altas temperaturas en el agua para generar 'semillas' que se puedan instalar en el mar Mediterráneo.
Publicidad
Objetivos a medio y largo plazo
El Mar Menor llegó a albergar 135 millones de ostras. Hoy, las pocas que quedan comparten espacio con otros bivalvos como las nacras. Javier Remiro, coordinador del área de Economía Azul Sostenible de la Fundación Biodiversidad, destacó durante la jornada que estos proyectos cumplen con las soluciones basadas en la naturaleza y con la acuicultura regenerativa, una meta que RemediOS se marca a medio o largo plazo. «Con RemediOS-2 damos un paso más validando esta experimentación», afirmó, dando por seguro que tendrá una continuidad con la financiación de una tercera parte del proyecto. La secretaria autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática, María Cruz Ferreira, avanzó que la Consejería de Medio Ambiente participará en un estudio que identificará «las zonas más óptimas para futuras actuaciones» en la producción de ostras.
El director de ANSE, Pedro García, acompañado por otros dos investigadores del IEO, fueron los encargados de sumergirse en las turbias aguas del Mar Menor, cerca de la Isla del Barón, para comprobar el estado del arrecife. Pudieron constatar que este sistema de fijación de las ostras también ha atraído a otras especies, objetivo que también persigue el estudio del IEO. Durante la inmersión, los tres estuvieron acompañados de un robot submarino dirigido por Francisco López Castejón, profesor de la UPCT y responsable del Cartagena Oceanographic Research Institute.
Publicidad
Oferta Cyber Week 6 meses por 2€ al mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión