Aunque cada uno sigue haciendo la guerra del agua por su cuenta, en estos momentos hay que reconocer lo que vale el acuerdo general alcanzado ... ayer en la Asamblea entre PP, PSOE y Vox en defensa del Trasvase y en contra de las nuevas reglas. No es nada habitual la aquiescencia de los socialistas (que rechazaron un apartado de la moción) a las propuestas de los populares. Es poco habitual tal consenso sobre agua, visto lo enconadas que están ahora las posiciones, aunque no hay que deducir por ello que los socialistas murcianos hayan cambiado de actitud. Simplemente han visto asumible el contenido de la moción. No se van a enfrentar al Ministerio, cuyo silencio sobre el Trasvase y las nuevas reglas resulta bastante llamativo y/o preocupante, según se mire.
El Miteco sigue fomentando la desalación. El BOE publicó ayer la relación de 47 comunidades de regantes del Trasvase que optan al reparto de 20 hectómetros de la desaladora de Torrevieja. No es agua nueva, sino la cesión al regadío de la asignación que tenía Canales del Taibilla.
La decisión de Feijóo de incluir el agua en su decálogo de prioridades, en pos de alcanzar un pacto nacional si llega a la presidencia del Gobierno, revela la sensibilidad del líder popular por solucionar este problema. No es para menos, debido a la exitosa insistencia de López Miras, quien está convencido de que Feijóo es trasvasista. Ese pacto nacional que tanto se resiste es la pieza clave para tratar de alcanzar la paz hídrica en España. Ese consenso social, científico, político y territorial no ha existido hasta ahora, y los resultados están a la vista, ya que siempre se ha empezado la casa por el tejado. A todo esto, el PP manchego enarbola ahora el pacto regional del agua de su comunidad que firmó con el PSOE hace cinco años, y que blinda los intereses de Castilla-La Mancha, para que no se trasvase agua a la cuenca del Segura hasta que no estén cubiertas las necesidades hídricas de esta región. ¿Cómo se encaja esto?
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