La 'Operación Sandía' blinda los cultivos contra los robos en Lorca
Los agricultores piden que la vigilancia continúe también en invierno en las plantaciones de alcachofa y cebolla
Los agricultores y la Policía Local de Lorca colaboran estrechamente en la 'Operación Sandía' para vigilar las plantaciones y evitar los robos de esta fruta en el campo. El pasado verano los saqueos fueron masivos, indicó a LA VERDAD el presidente de Coag en Lorca, Plácido Pérez-Chuecos, y este, en el que el precio del melón de agua se ha disparado por su escasez debido al destrozo que causó el granizo, las plantaciones se han blindado con una estrecha vigilancia policial.
Casi medio centenar de agricultores, que representan a otros de su misma zona, están incluidos en un grupo de WhatsApp creado por la Policía y del que forman parte media docena de agentes. Los productores informan cuando el fruto está a punto para su recolección y facilitan la geolocalización de sus plantaciones, distribuidas sobre todo por las pedanías de Campillo, Purias, La Hoya y Tercia para que los agentes estrechen la vigilancia en la zona. Dos patrullas están destinadas a esta operación en horario nocturno a las que se suma otra los fines de semana, explicó el subinspector Pedro Miguel Soler, que coordina el dispositivo.
Efecto disuasorio
De momento la medida, implantada hace pocas semanas, está teniendo un importante efecto disuasorio porque no ha habido robos. El control se extiende también a los mercados donde los agentes piden las facturas de compra en los puestos de melones y sandías para comprobar su procedencia.
El representante de Coag pidió que la vigilancia continúe en las plantaciones de invierno para proteger sobre todo los cultivos de alcachofa y cebolla, en los que se suelen producir más saqueos que «nos hacen mucho daño». Según Pérez-Chuecos, los ladrones no solo se llevan la producción y destrozan a su paso las tuberías y válvulas de riego por goteo, también fuerzan la puerta de las casetas de riego protegidas por un simple candado, para llevarse las baterías y las bombas para venderlas en el mercado negro. Por eso, cuando el agricultor llega a su plantación «lo primero que hacemos es revisar la caseta porque si se han llevado la batería no se conecta el programa para regar y ese día nos quedamos sin agua».
El subinspector recordó que en septiembre se pondrá en marcha un Grupo de Respuesta en Pedanías (GRP), una nueva unidad centrada en la amplia zona rural del municipio.