Madres de Lorca en riesgo de exclusión aprenden a criar a sus bebés y a cuidar de ellas mismas
El programa piloto de Cáritas incluye una ayuda mensual de 100 euros para gastos de higiene y alimentación de los niños
No hay colores estridentes ni objetos de plástico, solo cojines mullidos que invitan a sentarse, materiales nobles como la madera y se respira una tranquilidad absoluta. Así es el espacio de encuentro de bebés con sus madres que ha creado Cáritas Diocesana en sus instalaciones de San José de Calasanz, donde las mamás aprenden a cuidar de su bebé y de ellas mismas. «Queremos que se empoderen, que miren hacia el futuro y que sepan enfocar la crianza» de sus hijos con «el buen trato y el cariño». También, que «aprendan cómo estimularlos y que dediquen tiempo a jugar con ellos para favorecer su desarrollo madurativo», explica, en declaraciones a LA VERDAD, Anabel Giménez, responsable del programa Educación, Infancia y Familia de dicha organización.
El proyecto piloto para mujeres en situación de vulnerabilidad que la entidad religiosa desarrolla en Lorca y en la pedanía murciana de Beniaján por segundo curso consecutivo está financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y La Caixa y sus destinatarias son 50 madres, con bebés de cero a tres años, aunque la idea es incorporar también a embarazadas para que el cuidado empiece desde la etapa prenatal.
El 15% son familias monoparentales, tienen edades entre 21 y 42 años, la mitad son árabes, 15 de ellas asisten a cursos de español, impartidos también por Cáritas, y el resto son de países suramericanos y españolas. Los casos son propuestos por los centros educativos, los centros de salud, los Servicios Sociales municipales y el Centro de Atención a la Violencia Familiar (CAVI). Catorce mujeres están en lista de espera para participar en este programa piloto.
Hay medio centenar de beneficiarias, y otras catorce mujeres están en lista de espera para participar en los talleres
Son atendidas por una educadora infantil y por una trabajadora social, e invitan a profesionales sanitarios para impartir charlas sobre nutrición o el cuidado del bebé. Reciben una pequeña ayuda económica de 900 euros repartidos en nueve mensualidades para gastos de alimentación e higiene de los menores. «Fallan muy poco, han hecho este espacio como suyo, es su rato de desconexión, su entorno seguro para convivir con otras mamás, han creado su red de apoyo y se aconsejan mucho entre ellas», detalla la trabajadora social Marta Ramírez. Algunas han estrechado lazos de amistad y quedan fuera pero Cáritas también propicia encuentros informales para merendar en el parque o realizar excursiones. Los menores «se relacionan mucho mejor» y «normalizan desde la base que hay niños de diferentes culturas», añade.
También es fundamental la orientación para el empleo y según las necesidades de las madres Cáritas las deriva a sus distintos proyectos y realiza un seguimiento de cada caso, explica la coordinadora Soledad González.