Gasolineras llenas y colas en el estreno del descuento de 20 céntimos al combustible
Los clientes acuden en masa a repostar tras tres días de contención a la espera de la medida
Los conductores murcianos comenzaron este viernes a disfrutar del descuento aprobado por el Gobierno central en las gasolineras de 20 céntimos por litro en una jornada marcada por las dudas de los clientes respecto al funcionamiento de los pagos y las aglomeraciones en torno a los surtidores para volver a llenar los depósitos. Las colas se hicieron visibles tras varios días de contención de los consumidores a la espera de la llegada de una de las medidas estrella del plan de choque contra los efectos económicos de la guerra de Ucrania.
En las estaciones de servicios se agolpaban los coches desde primera hora a la espera del turno para acogerse al nuevo precio. Y la sensación generalizada entre los consumidores era de alivio tras la desconfianza, cuando constatan la rebaja en caja y ven reflejada finalmente la bonificación que da aire a sus bolsillos en unos días donde la subida del precio del gasóleo lo ha impulsado a sus máximos históricos.
«Tengo un negocio de muebles y debo ir a Yecla todas las semanas. Solo en ir y volver gasto unos 15 euros más que antes. La bajada es bienvenida»
JOSé, empresario
A primera hora, las preguntas de los consumidores sobre el método de aplicación de la rebaja son una constante. Surgen al apreciar los precios anunciados en los monolitos, previos a la rebaja, que genera desconcierto y desconfianza. «Cuando he visto el precio he tenido que preguntarle al chico '¿Pero ha bajado entonces?', porque como veo que es igual que ayer…», asevera Trini, una madre de Orihuela que cinco días a la semana tiene que acercar a su hijo menor a Murcia, donde este cursa sus estudios. «Entonces ya me ha explicado que la rebaja se hace luego, al pagar. Ahora cuando me cobren veremos si es verdad o es un cuento», dice desconfiada. A la vuelta de la caja, sonríe. «Me la han aplicado. La bajada hacía falta, porque esto nos perjudica a todos. Llenar el depósito en los últimos meses me suponía gastarme justo el doble para realizar los mismos kilómetros», asegura tras acabar de repostar en la gasolinera BP ubicada en la avenida Juan de Borbón de Murcia.
Algunas 'low cost', cerradas
Junto a esta estación murciana, una 'low cost' de Campsa permanece cerrada con unos conos naranjas. Un vecino se ha acercado y curiosea el surtidor con las manos a la espalda. «Vivo aquí al lado -explica-. Tengo que repostar y estoy viendo cómo va, pero es que a mí esto de la tarjeta y que no haya nadie para atenderte me da 'yuyu'». Este tipo de estaciones, que ofrecen precios más bajos al prescindir de personal de atención presencial han ido experimentando un auge progresivo de clientes conforme los precios han llevado al límite las economías domésticas y las cuentas de los profesionales.
El vecino cuenta que llega a la instalación atraído por la cantidad de coches que ve desfilar a diario por el carril auxiliar que da acceso a la misma. «En el carril auxiliar, todos los días se monta un pollo con decenas de coches. A veces, algún incauto se mete y se queda una hora parado -afirma-, porque aquí no puedes seguir cuando se embota y tampoco puedes dar marcha atrás y volver a la avenida».
«La demanda es una locura. La gente estaba con muchas ganas. Estaban todos esperando que llegara este descuento para llenar el depósito»
FRANCISCO, GASOLINERO
Esta estación de Campsa no es la única que no funcionaba este viernes, según constatan desde la Asociación de Estaciones de Servicio de la Región de Murcia. Su presidente, José Baños, confiesa haber tenido constancia de varios casos de gasolineras de autoservicio en la misma situación. «Sé que muchas no han abierto porque no han podido adecuar el sistema, pero imagino que es algo provisional». También se registran incidencias en las estaciones de Repsol, donde el sistema informático se ve afectado por la avalancha de clientes provocando problemas en el cobro. En el resto de estaciones, la jornada se vive con normalidad, aunque con una afluencia y unas esperas superiores a lo habitual.
Los conductores, en cualquier caso, celebran la rebaja. «Todo lo que sea por debajo de los precios en los que estábamos, da gusto», señala Pepe, un trabajador que todos los días le echa 20 euros de gasóleo a su Berlingo. Aunque considera que es «un lío» que los monolitos marquen un precio y se cobre otro. «Deberían cambiar eso», defiende. Este trabajador se muestra comprensivo con el malestar de las estaciones de servicio con el Gobierno. «Muchas igual tienen que cerrar, porque las que las llevan familias no pueden aguantar esto», dice. En su caso, los 20 euros habituales se han quedado en 17,80. «Algo es algo». «Me he ahorrado el dinero para medio bocadillo», apunta irónicamente otro de los clientes mostrando unas monedas. «La limosna de Pedro Sánchez», se queja otro.
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Guerra de reclamos
Las gasolineras con mejores precios se llenan desde primera hora. En Juan Carlos I, el monolito de la estación de La Hita muestra los precios ya descontados y los coches hacen cola antes de iniciar la jornada laboral. El texto publicado en el Boletín Oficial del Estado establece que «en las instalaciones de suministro de combustibles y carburantes al por menor de los productos objeto de la bonificación, se deberá publicitar el precio de venta al público del producto antes de aplicar la bonificación». En la avenida Mariano Rojas, una gasolinera Europetrol aprovecha que cuenta con una gran pantalla para añadir el reclamo del descuento de 20 céntimos junto a los precios. Por su parte, Repsol anunció una rebaja de hasta 30 céntimos con la utilización de su 'app'.
José, que reposta una furgoneta de alquiler, explica que el viaje habitual a Yecla que realiza para cargar y entregar material de su empresa de muebles le sale por 15 euros más que antes. «La verdad es que de años anteriores a los últimos meses la subida se notaba un montonazo». «En nuestro negocio hemos tenido muchas subidas en todos los aspectos, no solo en los combustibles. Y hemos intentado asumir parte del incremento, pero el resto hemos tenido q ue repercutirlo inevitablemente. Así que la bajada es bienvenida», afirma.
«He tenido que preguntar si había bajado porque veía el precio igual. El chico me ha explicado que la rebaja se hace después, cuando vas a la caja»
TRINI, USUARIA
En la gasolinera de Petroil en Espinardo se agolpan también decenas de coches. «El miércoles y el jueves no vino nadie -declara una empleada-. Hoy y mañana esperamos que sea muy fuerte». Allí varios clientes apuran la capacidad de sus depósitos llenándolos hasta la última gota. «Hay que aprovechar, que lo tenía seco», dice uno de ellos. El surtidor supera los cien euros antes del descuento.
«La gente estaba con muchas ganas. Estaba todo el mundo esperando este descuento. Está siendo muy bien recibido -cuenta Fran, empleado de la BP de Juan de Borbón-. La verdad es que está siendo de locura. Ya era hora de que bajara un poquito».
