Las peñas cumplen con la tradición en la cabalgata del vino de Jumilla

La Cabalgata Tradicional de Jumilla impuso ayer las costumbres de una ciudad agrícola y vinícola por los cuatro costados. Y maridó mejor que nunca porque había muchas ganas de celebrar con los mejores vinos de la tierra y las viandas más típicas. Todo ello dejó a los visitantes, contados por miles, el sabor de la Jumilla de antaño.

Veinticinco peñas federadas –este año se han incorporado otras dos– desfilaron a lo largo de todo el itinerario, repartiendo entre el público vino de calidad, donado por las bodegas de la localidad, sangría elaborada por las propias peñas y viandas a modo de bocaditos de embutido, fruta y dulces típicos para pasar una buena tarde. El vino se sirvió en jarras de barro o en las tradicionales botas de cuero, como manda la tradición.

El cortejo lo abrió la peña Hijos de las Cepas y lo cerró La Cepica. Las 25 agrupaciones desfilaron con grandes representaciones que adornaron las carrozas; entre ellas destacó un gigantesco 'zagalejo' bordado, obra de la peña del mismo nombre. Ambiente festivo y de algarabía, con música de decenas de charangas, pero ordenado, tal y como dictan las normas de la Federación de Peñas, en este desfile tradicional que vela para que hasta el más mínimo detalle del vestuario se cumpla. Tanto la federación como el Ayuntamiento están trabajando para que la Fiesta de la Vendimia sea declarada de Interés Turístico Nacional. Además, con motivo de apoyar dicha distinción, este año acudió el delegado del Gobierno, José Vélez, que, junto a la alcaldesa, Juana Guardiola, vivieron el desfile desde la tribuna. El 'desmelene' sin duda llegará el próximo sábado con la celebración de la Gran Cabalgata del Vino, que prevé recibir de nuevo a miles de visitantes para empaparse en vino.

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