José Catalá: «El turismo está siendo un actor decisivo para solventar la actual situación económica»
El máximo dirigente de la asociación de alojamientos de la Costa Cálida reclama mayor coordinación entre administraciones para potenciar el sector
Aterrizó en Murcia en 1994 para abrir el Hotel NH Amistad de Murcia y desde entonces siempre ha estado ligado a esta Región, con ... alguna interrupción en San Sebastián y Málaga. Licenciado en Filosofía, José Catalá (Alcoy, 1965) se considera murciano porque siempre se ha sentido acogido, le gusta el carácter de su gente y cree que la ciudad de Murcia, donde reside, tiene el tamaño ideal para vivir. Entró en el mundo de la hostelería mientras estudiaba Filosofía en Valencia para pagarse los estudios. Después de graduarse, se matriculó en un máster en Dirección de Empresas, que le proporcionó unas prácticas en la cadena NH Hoteles, donde se quedó dos décadas. Cuatro años después de iniciar su periplo en la gran cadena hotelera, fue nombrado director de un hotel. Desde julio del 2014 dirige Thalasia Costa de Murcia, mientras estudia Ciencias Políticas y lleva dos meses como presidente de Hostetur, una asociación que aglutina al 90% de los hoteles y alojamientos en la Costa Cálida.
–¿Cómo ha cambiado la gestión de los hoteles desde que empezó?
–Radicalmente por muchas razones, pero fundamentalmente porque la digitalización estaba empezando a arrancar; ahora ya sería inconcebible nada sin tener en cuenta internet. Y el otro factor, son los cambios sociales que se han producido en este país; al final, un director general de una empresa es un cargo que consiste en dirigir a personas y tienes que adaptarte a ellas, entablar una comunicación para construir equipos de trabajo eficaces, que funcionen y que sean capaces de adaptarse a la realidad.
–¿Cómo se enfoca el trabajo con los jóvenes hoy en día?
–Tienen una cultura mucho más sana del trabajo de la que nosotros teníamos, por ese equilibrio entre el desempeño profesional y la vida privada; ya se habla incluso de una revolución silenciosa, de la gran renuncia, de gente que pertenece a la generación 'millennial' que está rechazando trabajos para buscar aquellos que estén más acordes a la forma de entender sus tareas profesionales y su vida particular. Es una evolución saludable y necesaria.
–¿Por qué cree que ha costado tanto acordar un nuevo convenio en el sector de la hostelería?
–Las causas son múltiples. Se ha generado con el tema del convenio en la Región un problema complejo y las resoluciones de los problemas complejos nunca son simples y pueden provocar disfunciones como la que hemos vivido. La firma de convenio nunca se debería demorar tanto tiempo; desde Hostetur, la asociación que yo represento, habíamos manifestado nuestro interés en que eso se resolviese de la forma más rápida posible, entre otras cosas, porque aparte de haberse generado una situación anómala en las relaciones laborales, teníamos las derivaciones de una situación económicamente no acorde a la situación del mercado de trabajo.
–¿En qué sentido?
–Tenemos carencia de talento y de recursos para poder operar en la industria turística. Si añadimos que las condiciones de partida que suponen que el pacto entre sindicatos y patronal está encallado, tenemos un problema doblemente grave porque, al final, si la industria no es , por muchas razones, atractiva o no hemos conseguido hacerla así y las condiciones económicas de partida no son buenas, podemos tener un problema muy gordo.
«No hay otra industria capaz de ofrecer posibilidades de crecimiento tan grandes»
–¿Y cómo se resuelve la falta de mano de obra?
–Hay muchísimos establecimientos estos últimos años que se han enfrentado a esa carencia de trabajadores haciendo más atractivos sus paquetes de retribuciones o incluso las ventajas sociales adheridas a los puestos. No solo es importante la retribución que se da a un trabajador y que sea acorde a cada puesto de trabajo, también hay que cuidar el ambiente social de las empresas. Trabajamos en un sector que ha ido corrigiendo estas posiciones, pero donde hasta hace cuatro días era habitual encontrar empresas, ahora ya prácticamente no se da el caso, donde el descanso semanal de dos días no se respetaba, con condiciones bastante duras; al final íbamos abonando un terreno para tener un problema.
–¿Cómo se puede hacer que sea atractiva la industria turística?
–Tenemos que ser capaces de que se derive talento joven, de transmitir lo que la industria turística en este momento representa en este país. No hay ninguna otra en este país que sea capaz de ofrecer posibilidades de crecimiento profesional tan grande.
– ¿Cree que todavía falta mucha formación?
–Falta reforzar la formación y mucha labor de comunicación social. Creo que esa es una asignatura que la industria no ha aprobado, incluso ni cursado, los últimos años. Al final, un sector económico necesita funcionar y vender a sus clientes, a sus consumidores, producir económicamente hablando, pero también necesita estar permanentemente reivindicando sus bondades a la sociedad en la que está inserto. Tenemos que salir a la calle y transmitir a la sociedad que no solo es muy importante ahora mismo, sino que en el futuro lo va a ser todavía más. Hace unos días se hicieron públicos unos estudios del FMI y el análisis es clarísimo; la situación económica de este país en un momento tan delicado la está salvando el turismo; no seamos tan radicales, diremos que está siendo un actor decisivo para solventar la situación económica tan endemoniada que tenemos.
–¿Qué retos tiene por delante al frente de Hostetur?
–Queremos dar un vuelco radical. Reivindicar lo que somos: actores muy importantes en materia turística en la Región. También queremos tener una voz influyente y decisiva en ciertos proyectos.
–¿Goza la industria turística de la Región de la importancia que debe atesorar?
–Siempre hemos tenido la convicción y hemos fallado en el propósito. Tener convicción acerca de algo es importantísimo, es la base para poder hacer algo, para ponerte en camino. Pero tener la convicción sin tener un propósito que suponga hacer efectiva esa convicción se hace difícil marcar un camino que tenga una cierta coherencia, una cierta lógica. Estos últimos años, la gestión turística se ha hecho bien. Ha habido cambios muy importantes. Se han reordenado los aspectos de promoción y comercialización turística, aunque hay mucho recorrido.
«Solo podremos llegar a ser competitivos en el futuro bajo criterios de sostenibilidad»
–¿Qué mejorarían?
–No nos cansaremos de pedir más recursos para promoción turística. También reclamamos una consejería específica de Turismo, puesto que si queremos mejorar como destino turístico, necesitamos que desde el punto de vista institucional se doten los recursos necesarios. Y la figura de un consejero de turismo nos parece imprescindible. Además, reivindicamos una mayor coordinación institucional y público-privada. Me atrevería a decir que es la gran asignatura pendiente del turismo.
–¿Qué problemas afronta el sector en la Región?
–Tenemos un problema endiablado como el del Mar Menor. Desde Hostetur reivindicamos y transmitimos la necesidad de organizarnos y sentarnos junto a todas las entidades locales, ayuntamientos, con sus alcaldes, concejales de Turismo, técnicos en una mesa, donde esté la administración regional, el Instituto de Turismo, las organizaciones empresariales y las ONG para intentar que las decisiones en materia turística sean decisiones coordinadas porque si no, al final, esto es un reino de taifas. Solo seremos capaces de ser competitivos en el futuro bajo criterios de sostenibilidad.
– ¿Qué significa una gestión turística bajo criterios de sostenibilidad en los alrededores del Mar Menor?
Las fórmulas tradicionales no sirven. O somos capaces de innovar nuevas formas de gestión como la gobernanza o seguiremos teniendo el mismo problema una y otra vez.
–¿Cree que se está resolviendo la situación del Mar Menor?
–Técnicamente no lo sé. Lo que sí sé es que el proceso para empezar a resolverlo no pasa por los parámetros en los que nos hemos movido hasta ahora. El Mar Menor se ha convertido en una arena política de antagonismos. Y cuando una realidad se convierte en un espacio de confrontación, pensar en términos de solución es bastante ilusorio. El primer paso pasará cuando seamos capaces de abordar ese problema extremadamente complejo mediante la gobernanza turística.
«O avanzamos hacia nuevas formas de gestión como la gobernanza o seguiremos igual»
–¿Cuánto afecta la situación del Mar Menor?
–Hemos pasado momentos muy duros con los episodios de anoxia y los episodios de muerte de peces. Esto para Hostetur es terrorífico. Hay una característica esencial en la industria turística que hay que tener en cuenta. Es uno de los sectores económicos con una mayor sensibilidad. Un turista no quiere problemas de ningún tipo cuando está en el destino. Pero, si hay un problema medioambiental, la gente que tiene una cierta conciencia no se va a sentir a gusto.
–¿Cómo se prevé la ocupación hotelera hasta final de verano?
–La perspectiva es buena, pero hay un elemento corrector importante, el factor de última hora. Confiamos en que la demanda de última hora que cada vez es mayor se comporte conforme a las expectativas, aunque será difícil que se llegue a los números de 2019.
–Las grandes ciudades están apostando por grandes eventos para atraer turistas...
–Todos salimos beneficiados. La Región es pequeña. Las distancias son cortas. La evolución del perfil de cliente turístico en los últimos 15 años ha cambiado radicalmente. El turista ya no se mueve como se movían los parámetros tradicionales. Las vacaciones de verano eran para ir a la playa. Eso ya no funciona. El modelo turístico de sol y playa está completamente obsoleto. El cliente en verano busca un abanico complejo de experiencias, quiere excursiones, actividades náuticas y culturales, visitar urbes, entre otros.
–¿En qué están trabajando para impulsar el sector?
–Desde Hostetur estamos abordando un proyecto muy ambicioso, junto con el Itrem. Consiste en una dotación económica para cimentar un cambio en el concepto de producto turístico que ofrecemos. Podría ser una especie de inicio de una reconversión industrial. Queremos dejar atrás el modelo tradicional de sol y playa e ir hacia otros más experienciales, innovadores, disruptivos. Del concepto de sol y playa tradicional al turismo azul. Este último es un concepto de turismo sostenible, tanto desde el punto de vista medioambiental como social, que gira alrededor de los atributos del mar y la costa con un concepto de experiencia.
«Hay que abrir el camino a lo que podríamos denominar gobernanza»
–¿Cuál sería la apuesta más importante para la Región?
–Hay que abrir el camino a lo que podríamos denominar una gobernanza en materia turística. Ya lo están haciendo los destinos turísticos potentes. Muchas veces no es necesario innovar.
–¿A qué se refiere exactamente a gobernanza?
–Hablamos de una forma de enfocar la gestión pública que parte del principio de olvidarse de las distribuciones jurisdiccionales, los repartos de poder tradicionales y pensar en tomar decisiones en una red en la que intervengan todos los actores decisivos dentro de la materia.
«Un sector económico debe reivindicar también sus bondades a la sociedad»
–¿Esto qué significa en materia de gestión turística?
–Creación de entes público-privados que sean filtros de gestión pública o de toma de decisiones por parte de la administración pública en materia turística que se conviertan en entes deliberativos en foros de opinión donde se filtren esas decisiones de gestión turística para hacerlas mucho más eficientes, oyendo y dando entrada a todos los actores implicados en esa industria. Yo lo denomino gobernanza turística.
–¿Y cómo se ha extrapolado la gobernanza?
–Bajo la forma de mancomunidades turísticas o, como en otros sitios se ha hecho, a través de patronatos o fundaciones. Independientemente de la figura institucional, se trata de un ámbito en materia turística donde todos los actores implicados tengan voz para tomar decisiones mucho más óptimas.
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