Investigan a cuatro sospechosos de usar veneno en fincas agrícolas y en un coto de la Región de Murcia
Agentes de la Guardia Civil y de Medio Ambiente encontraron numerosos ejemplares muertos de conejo y también zorros
la verdad
Murcia
Miércoles, 12 de mayo 2021, 11:35
La Guardia Civil investiga a cuatro personas, dos de ellas de Totana, una de Cartagena y otra de Murcia, por utilizar presuntamente cebos envenenados en fincas agrícolas. La operación, denominada 'Lubril', culminó con la identificación, localización e instrucción de diligencias a cuatro sospechosos de la comisión de delitos relativos a la protección de la flora, la fauna y animales domésticos. La investigación se inició el pasado enero, cuando la Guardia Civil y agentes medioambientales de la Brigada de Investigación de Delitos Ambientales (Brida) organizaron un dispositivo especial para inspeccionar varios enclaves agrícolas y forestales de los municipios de Murcia, Lorca, Torre Pacheco, Totana y Cartagena.
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Uno de los hallazgos se produjo cuando efectivos del Seprona y de la Brida realizaron un reconocimiento de un coto privado de caza, sito en la pedanía murciana de Gea y Truyols (Murcia), donde tiempo atrás se perdió la señal de un águila perdicera. En la zona encontraron numerosos lazos, cebos, jaulas trampas y poteras para la captura de animales, así como un lirón careto muerto. Además, se identificó a un individuo a bordo de un vehículo en el que se detectaron, ocultos en el maletero, trozos de jamón susceptibles de ser utilizados como cebo y un bote con una sustancia sospechosa. En una caseta de aperos próxima al lugar se halló otro envase con posible veneno, así como varias trampas para animales.
Asimismo, durante el reconocimiento de dos fincas agrícolas en Totana se encontraron tres ejemplares de conejo muertos y varios zorros, así como numerosas pastillas de rodenticidas. Finalmente fueron identificados dos vecinos esa localidad, a los que les fueron instruidas diligencias por presunto delitos ambientales. Los dueños de los terrenos de cultivo colocaron presuntamente en las inmediaciones pastillas de veneno, dejándolas al aire libre y sin protección, con el consiguiente riesgo para las personas y los animales de la zona. Este 'modus operandi' fue usado también en las proximidades de una finca agrícola de Cartagena, donde se halló raticida y varios conejos silvestres muertos.
Los sospechososs y las diligencias instruidas fueron puestos a disposición de los juzgados de Murcia, Lorca y Cartagena.
Tanto los cadáveres de los animales, como las pastillas de rodenticidas retirados del lugar, fueron entregados en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre 'El Valle' de Murcia, cuyas muestras fueron posteriormente enviadas al laboratorio de Toxicología de la Facultad de Veterinaria, para su análisis toxicológico. La actuación culminó con la identificación de dos personas, vecinas de Totana, a las que les fueron instruidas diligencias como presuntas autoras de delitos relativos a la protección de la flora, fauna y animales de compañía.
Los responsables de estas fincas agrícolas, dedicadas al cultivo de brócoli y lechuga, supuestamente, colocaron en las proximidades de las plantaciones pastillas de rodenticidas, dejándolos al aire libre y sin protección alguna, con el consiguiente riesgo para las personas y los animales que pudieran transitar por la zona.
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Similar 'modus operandi' se dio en las proximidades de una finca agrícola de Cartagena, donde se halló el vertido indiscriminado de rodenticidas y la muerte de varios conejos silvestres. El titular de la explotación agrícola resultó investigado como presunto autor de delito relativo a la protección de la flora, la fauna y animales domésticos. Las pastillas de rodenticidas solo pueden ser empleados para la eliminación de ratones y ratas, por lo que su uso para erradicar otros roedores silvestres (conejos, liebres, etc), con la supuesta intención de minimizar los daños que estos animales pueden provocar en los cultivos, está prohibido.
En Murcia
Otro de los hallazgos se produjo cuando agentes Medioambientales de la Brigada de Investigación de Delitos Ambientales (Brida) de la Dirección General de Medio Natural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia tuvieron conocimiento de la pérdida de señal de un emisor de geolocalización (GPS), con el que iba equipado un individuo juvenil de Águila Perdicera.
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Para localizarlo, efectivos del Seprona y de la Brida realizaron un reconocimiento del coto privado de caza, situado en la pedanía murciana de Gea y Truyols, donde se perdió la señal del ave. En la zona hallaron numerosos lazos, cebos, jaulas trampas, poteras para la captura de animales, así como un lirón careto muerto.
Este reconocimiento terrestre permitió, además, identificar a un individuo a bordo de un vehículo. Agentes del Servicio Cinológico de la Benemérita, especialistas en la detección de venenos participaron en el examen del vehículo donde los canes detectaron, oculto en el maletero, trozos de jamón susceptible de ser utilizado como cebo y un bote con una sustancia sospechosa.
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A continuación, se inspeccionó una caseta de aperos próxima, donde se localizó otro envase bote de cristal, con posible veneno, así como varias trampas no selectivas para animales silvestres. De todo ello fueron obtenidas muestras para su análisis que permitieron determinar que se trataba de productos extremadamente tóxicos cuyo principio activo es el aldicarb y el metil-clorpirifós, por lo que el individuo resultó investigado como presunto autor de delito relativo a la protección de la flora, la fauna y animales domésticos.
Uso de cebos envenenados
El aldicarb es una sustancia altamente tóxica, muy potente y de uso prohibido por decisión de la Unión Europea. Se trata de un método de caza no selectivo, debido a su poder para eliminar un elevado número de ejemplares y a no seleccionar las especies diana a las que va dirigido. Utilizado en el medio natural, puede afectar gravemente a cualquier animal, tanto de especies silvestres, como de las domésticas e incluso al ser humano. La muerte por el consumo de estos tóxicos se produce pocos minutos después de su ingesta y de una forma agónica al afectar de inmediato a los sistemas respiratorio y nervioso.
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Los autores de este tipo de hechos pueden incurrir en un delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos, recogido en el vigente Código Penal y castigado con penas de prisión de cuatro meses a dos años o multas de ocho a veinticuatro meses y, en cualquier caso, la inhabilitación especial para el ejercicio del derecho a cazar por tiempo de uno a tres años.
La operación 'Lubril', desarrollada de forma conjunta por el Seprona de la Guardia Civil y la Dirección General del Medio Natural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, culminó con la instrucción de diligencias a cuatro personas, que resultaron investigadas como presuntas autoras de delitos relativos a la protección de la flora, la fauna y animales domésticos. Las personas investigadas, los efectos intervenidos y las diligencias instruidas fueron puestos a disposición de los Juzgados de Instrucción de Murcia, Lorca y Cartagena.
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