La inmigración tiró del aumento de población en el primer semestre de 2020

Pese a los estragos causados por la Covid, nunca en España habíamos sido tantos. La población residente en el país aumentó en 18.953 personas durante la primera mitad de 2020 y se situó en 47.351.567 habitantes, el valor máximo de la serie histórica iniciada en 1941.

Murcia fue una de las comunidades –concretamente la tercera– que más tiró del carro, con un incremento del 0,28% entre los meses de enero y junio del pasado año. De acuerdo a los datos que el Instituto Nacional de Estadística (INE) puso encima de la mesa, el repunte, solo superado por Baleares (0,37%) y Canarias (0,33%), se encuentra a años luz del registrado a nivel nacional (0,04%). En el otro extremo, los descensos más acusados se dieron en Castilla y León (-0,42%), Asturias (-0,34%) y Extremadura (-0,25%).

En el empuje de la Región en materia de población entraron en juego principalmente dos aspectos. Por un lado, Murcia fue una de las pocas comunidades en lograr un saldo vegetativo positivo. Pese al incremento de las muertes debido a la pandemia, la Comunidad registró 6.032 defunciones en el primer semestre del año frente a los nacimientos de 6.705 niños. El saldo vegetativo fue, por tanto, de 673 personas, el más elevado del país. La cifra contrasta enormemente con el saldo vegetativo negativo, de hasta 94.057 personas, que se contabilizó a nivel nacional.

En el repunte poblacional tuvo, sin embargo, aún más peso el saldo migratorio positivo de 3.681 personas que la Región se apuntó en ese periodo. Este fenómeno fue posible porque hubo 8.035 inmigraciones procedentes del extranjero frente a 4.354 emigraciones con destino al extranjero. El saldo migratorio interior (entre comunidades) sí arrojó un dato negativo de hasta 71 personas.

Con estas cifras, Murcia cerró el primer semestre del pasado año con una población de 1.509.139 ciudadanos, 4.270 más que a comienzos de año, de acuerdo a los datos que maneja el INE.

A nivel nacional el aumento poblacional del semestre fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 94.057 personas (167.559 nacimientos frente a 261.616 defunciones), que se vio compensado con un saldo migratorio positivo de 113.856 personas (hubo 245.301 inmigraciones procedentes del extranjero y 131.445 emigraciones con destino al extranjero). 131.445 personas abandonaron España (41.000 españoles y 90.000 extranjeros) con destino a algún otro país, un 4,3% menos que en el primer semestre de 2019. Reino Unido, Francia y Estados Unidos fueron los principales países receptores de emigrantes españoles.

El crecimiento poblacional de España se debió al incremento de la población de nacionalidad extranjera, ya que la de nacionalidad española se redujo. El número de extranjeros aumentó en 99.183 personas durante el primer semestre de 2020, hasta un total de 5.326.089 a 1 de julio de 2020. Este incremento respondió, en gran medida, a un saldo migratorio positivo de 130.848 personas.

Por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 80.230 personas. Esta evolución fue resultado de un saldo vegetativo negativo (de 116.278 personas), unido a un saldo migratorio también negativo (16.992) y a las adquisiciones de nacionalidad española (que afectaron a 53.706 personas).

Según explicaron desde el INE, la gestión padronal por parte de los ayuntamientos, de la que se nutre la estadística de migraciones, se vio afectada. Por un lado, porque los ayuntamientos no pudieron trabajar con normalidad. Y, por otro, porque los plazos administrativos sobre caducidad y comprobación de residencia de extranjeros se ampliaron.