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El santuario de la Fuensanta, con la Casa de los Canónigos, el Seminario de Verano y el bar Quitapesares, fue inscrito el año pasado. V. Vicéns / AGM
La Iglesia ha puesto a su nombre 400 propiedades en la Región de Murcia en 20 años

La Iglesia ha puesto a su nombre 400 propiedades en la Región de Murcia en 20 años

El Gobierno central estudia si los obispados han registrado bienes de dominio público de forma irregular, lo que daría lugar a una avalancha de pleitos

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Domingo, 18 de agosto 2019, 08:01

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La Iglesia ha puesto a su nombre alrededor de 30.000 bienes inmuebles en las últimas dos décadas en todo el país. Fuentes de la Diócesis de Cartagena restaban importancia, hace menos de un año, al proceso de inmatriculación en la Región de Murcia en el mismo período, asegurando que solo se habían inscrito, desde 1998 en adelante, «unas veinte o treinta propiedades». Lo cierto es que la cifra de fincas inmatriculadas por la Diócesis de Cartagena ronda las 400 en estos veinte años, según los datos del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España a los que ha tenido acceso 'La Verdad'. Ermitas y catedrales, seminarios y colegios, plazas públicas y hasta cementerios engrosan una lista de fincas y edificios, de valor difícilmente calculable, que los registradores de la propiedad han ido enviado al Gobierno de Pedro Sánchez después del requerimiento formal realizado por el Ministerio de Justicia hace casi ya dos años, dando cumplimiento a una proposición no de ley aprobada en el Congreso de los Diputados. La intención del Ejecutivo socialista, con la lista de inmatriculaciones en la mano (que sigue sin salir a la luz), es reclamar aquellos bienes de dominio público que la Iglesia haya podido poner a su nombre de forma irregular en las últimas décadas.

La publicación de esta lista por parte del Gobierno central podría desencadenar un auténtico torrente de reclamaciones en los juzgados por parte de ayuntamientos y particulares, que pugnarían con la Diócesis de Cartagena por la titularidad de los inmuebles en cuestión. Así viene sucediendo con cuentagotas desde hace años en casos como la ermita de Totana, que al final acabó en manos de la Iglesia; la capilla de la Virgen de las Angustias, en Yecla, que reclamaba la Orden de los Franciscanos; o los cementerios de la diputación cartagenera de La Palma y de la pedanía murciana de La Alberca. Entre los 400 bienes inmuebles inmatriculados por la Iglesia en la Región de Murcia en los últimos años se encuentran desde la Catedral de Murcia y una parte de la plaza Belluga, a los santuarios de la Fuensanta (con el bar Quitapesares incluido) y de Caravaca de la Cruz. También algunos bienes culturales que se han quedado fuera del alcance de la Iglesia en este periodo, como el Castillo de Monteagudo y el Corazón de Jesús que lo corona, que el obispo Manuel Ureña reclamó en 1999 alegando que el monumento fue cedido verbalmente por la marquesa de Espinardo. Sin un solo documento que probase la titularidad, la solicitud del Obispado fue descartada.

Sin IBI

Estas 400 propiedades registradas en los últimos años son solo una pequeña parte de los más de 3.000 bienes inmuebles que atesora el Obispado en la Región. Solo en el municipio de Murcia, la Diócesis de Cartagena tiene casi 500 propiedades libres de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) porque están dedicadas a funciones sociales. A ellas habría que sumar las que no se destinen a ese fin.

Para saber más

  • ¿Qué es la inmatriculación? Procedimiento por el que se inscribe una finca por primera vez en el Registro de la Propiedad a través de una primera inscripción de dominio.

  • ¿Cuál es su origen? Un reglamento franquista de 1947 permitió a los obispos registrar bienes con solo aportar un certificado de propiedad emitido por ellos. Quedaban excluidos los templos.

  • ¿Cuándo cambió la ley? En 1998, el Gobierno de Aznar reformó la ley para permitir la inscripción de los templos. El Congreso anuló este privilegio en el año 2015.

Fuentes del Obispado recordaron en su día que «no se registran bienes para convertirlos en propiedad de la Diócesis sino porque, precisamente, ya lo son. Y, en muchos casos, desde hace siglos». La prueba sería que hay un buen número de propiedades que permanecen sin registrar porque «no son de la Diócesis». Entre otras, solo en la capital, la parroquia de Fátima, la ermita del Pilar o el cementerio de Nuestro Padre Jesús.

«La inscripción se ha practicado siempre según la normativa»

La polémica surge por los bienes destinados al culto, como iglesias, ermitas y catedrales que, por su antigüedad, carecen muchas veces de título de propiedad y han podido inmatricularse a través de una certificación administrativa de dominio», explica el decano autonómico en la Región de Murcia del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, Carlos Pinilla. Pese a todo, el decano de los registradores murcianos aclara que la inscripción de las propiedades a favor de la Iglesia Católica «se ha practicado siempre de acuerdo con la normativa vigente en cada momento histórico, limitándose los registradores a observarla y aplicarla escrupulosamente», defiende. Por eso cree Pinilla que «en ningún caso puede entenderse que las inmatriculaciones de la Iglesia en la Región hayan sido algo excepcional, toda vez que los medios inmatriculadores están a disposición de todo aquel que quiera utilizarlos y reúna los requisitos legalmente establecidos, siendo aplicables a toda clase de bienes cualquiera que sea la naturaleza y finalidad». Recuerda Pinilla que «si algún tercero entiende perjudicados sus derechos por dichas inscripciones, puede acudir a los procedimientos judiciales oportunos para hacer valer su posición».

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