La huelga de letrados de justicia frena el despegue de la 'ley trans' en la Región de Murcia
Las familias de menores transexuales celebran la entrada en vigor de la norma: «No quería que mi hija llegara al instituto siendo quien no es»
La ley para la igualdad real y efectiva de las personas 'trans' y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, la conocida ... como 'ley trans', ya es una realidad, aunque su entrada en vigor se encontró este jueves con un obstáculo difícil de sortear en la Región de Murcia, el que impone la huelga de letrados de la administración de justicia. Mientras los colectivos transexuales de la Comunidad celebran la implantación de la nueva norma, que elimina los requisitos médicos exigidos hasta ahora para tramitar el cambio legal de género, la realidad en el Registro Civil va a obligar a muchos de los interesados a esperar, ya que el paro indefinido de los secretarios judiciales, que mantiene congeladas desde el pasado 24 de enero cerca de 10.000 actuaciones en la Región, lastra también el curso de las solicitudes de la ley 'trans'. Esto es así, según señalan fuentes del Registro Civil, porque para poder realizar el trámite es necesario contar con cita previa, y las citas no se están registrando en la huelga salvo para aquellos casos contemplados en los servicios mínimos, que se limitan a inscripciones de nacimientos, defunciones y matrimonios y fes de vida.
Pese a la situación temporal de 'stand by', los registros han estado recibiendo ya las primeras solicitudes de información y varias peticiones del modelo para poder realizar el trámite cuando sea posible, según ha podido saber LA VERDAD. Además, algunas familias con menores que no se identifican con el sexo con que nacieron ya se han decidido a aprovechar, en cuanto sea posible, las nuevas opciones que la ley brinda.
En Los Alcázares, Beatriz Carralero, aplaude las facilidades que la norma dará a su hijo de 12 años, Álvaro, que pronto podrá ver reconocida su identidad masculina con que se identifica desde pequeño. «A los tres años ya se empezó a dibujar como niño y a verbalizarlo», recuerda su madre. «A los diez decidimos dar el paso de empezar a llamarle por su nombre real, e informar a todo el mundo, a la familia, al colegio, a los amigos…». Hace unas semanas iniciaron el cambio de nombre, y el próximo paso, bajo el paraguas de la nueva ley, será acudir al registro para tramitar el cambio de género, aunque su madre subraya que están «justo en la franja donde la ley se ha quedado un poco coja, un punto donde podemos hacerlo, aunque no con la facilidad que hay a partir de los 14». «En cuanto tengamos el nombre, podremos ir con él al juez y decirle que le cambie el sexo, que hasta ahora no se podía», celebra.
La ley establece tres franjas. Álvaro se sitúa en la más baja y que exige más requisitos. Entre los 12 y los 14 años, realizar el cambio requiere el aval judicial y de los padres; de los 14 a los 16, únicamente el de los progenitores; y de los 16 años en adelante basta con que la persona interesada manifieste su voluntad de cambiar su género.
«Un gran avance»
Beatriz subraya que el proceso de aceptación de la identidad de su hijo Álvaro ha ocurrido de una «forma muy fluida», aunque recuerda que hay muchos niños en una situación diferente. «Muchos no tienen el apoyo de sus familias ni de nadie», asegura. «Escucho a alguna gente ve la autodeterminación a los 16 años como una barbaridad, pero hay muchos críos que no tienen otra oportunidad de ser quienes son y de dejar de sufrir. Por eso esta ley supone un gran avance».
También la murciana Laura Pellicer, residente en Patiño, vislumbra ya las implicaciones que la nueva norma brindará a su hija Leo, que está a punto de cumplir nueve años. Aunque oficialmente su género es masculino, Leo empezó desde muy pequeña a expresarse en femenino.
Ahora Laura tiene claro que harán el cambio legal de género de su hija en cuanto sea posible. Su única duda es si será cuando la pequeña cumpla 12 años, sometiéndose por tanto al informe jurídico preceptivo, o si esperará «a los 14, cuando ya no sea necesario». Lo que tiene claro es que no pasará de ahí. Desea evitar a toda costa que su hija tenga que volver a pasar en su centro educativo por una situación que la familia considera ya superada. «No quiero que llegue al instituto con una identidad que no es la suya», defiende Laura. «Para Leo, el cole ya es una zona segura, un sitio donde todo el mundo la conoce y la respeta. Hemos hecho charlas con el equipo docente, hemos formado a todos los profesores y las profesoras, y ella lleva desde los tres años siendo ella allí. Por eso nos daba mucho miedo que al pasar al instituto se encontrara con que en los documentos pusiera que es un chico, cuando no lo es».
Tanto Laura como Beatriz recuerdan que el cambio registral de sexo en el DNI no tiene nada que ver con «operaciones y medicaciones». «Esa no es la realidad –explica Laura–, lo que recoge esta ley, y por lo que hemos luchado, es evitar la patología de la transexualidad. Lo que queríamos era que no se obligara a las criaturas a medicarse, que no se les obligara a operarse, y eso lo recoge la ley. Hay gente que desconoce ese dato. Que creen que nosotros lo que queremos es operar a nuestros hijos, y no es verdad, lo que queremos es que se les reconozca su identidad», advierte.
Ese paso, el de llevar a cabo cambios físicos, Laura lo dejará en manos de su hija, para que sea ella quien tome la decisión cuando llegue el momento «y con todos los conocimientos del mundo».
Beatriz, coincide en la importancia de alejar el concepto de patología de la realidad 'trans'. «Antes, si tú querías ser un chico te tenías que operar, y a lo mejor no quieres ni te apetece pasar por eso».
«Una persona trans no tiene por qué ser una persona que entre en unos cánones físicos, ni siquiera a la hora de vestir o de expresar su género», añade Laura.
De hecho, la madre de Álvaro, por ejemplo, acaba de suspender el tratamiento bloqueante de su hijo. «Empezamos con el tratamiento. El endocrino me explicó algunas cosas, otras no, y hemos decidido detener ese tratamiento porque mi hijo no quiere pincharse, le dan miedo las agujas, y ese señor nos decía que no, que eso no se podía hacer. Ahora, afortunadamente, con la nueva ley todo esto debería ser diferente».
«La norma es bastante clara y las solicitudes son sencillas»
Las llamadas telefónicas entre los responsables de los distintos registros de la Región de Murcia y las consultas en los foros profesionales sobre los detalles de la ley fueron una constante en la primera jornada en vigor de la 'ley trans'. «Sucede lo mismo cada vez que sale cualquier ley que afecta a los registros civiles -reconocieron ayer fuentes del Registro Civil de Murcia-. Todo lo nuevo genera dudas». Pese al revuelo inicial y las denuncias de falta de información por parte de algunos funcionarios, la primera impresión es que «la ley es bastante clara y que el procedimiento en el artículo 44 está también muy claro, lo que hace que vaya ser muy fácil que una persona pueda interponer la solicitud. Todos los compañeros lo hemos visto así, lo que pasa es que hasta que empiezas a tramitarlo, siempre asusta un poco», señalaron las mismas fuentes. La solicitud para el cambio registral de sexo únicamente requiere que los interesados acudan al registro y presenten el DNI y solo en algunas casos, también la partida de nacimiento, si esta se encuentra en un registro que no se encuentre informatizado. Aunque estos casos son minoría en la Región de Murcia. En el resto ni siquiera será necesario este documento, ya que los registros pueden acceder a ella a través de sus sistemas. Así, quien desee cambiar de género solo tiene que aportar su documento de identidad y expresar su voluntad de cambiar de sexo e indicar si desea mantener su nombre o no. Fuentes de la Ciudad de la Justicia de Murcia reconocieron ayer que «la huelga está siendo bastante importante y afectando a todo», aunque a lo largo de la jornada se recibieron peticiones del modelo de solicitud por parte de diversos interesados para poder cumplimentarlo. «Pero no las hemos enviado porque estamos en servicios mínimos», señalaron las mismas fuentes. Ante la falta de disponibilidad de citas, alguien decidió adelantarse y enviarla por correo. «No es el procedimiento adecuado, ya que en la ley está establecida la obligación de comparecer y, como tendrá que hacerlo igualmente, la registraremos cuando la huelga finalice». La 'ley trans' exige que, tres meses después de iniciar la solicitud, el interesado debe ratificar su decisión para poder seguir adelante.
El texto alivia a los afectados, aunque recuerdan que «no es perfecto»
Pese al buen recibimiento general que ha tenido la ley entre los colectivos 'trans', muchas familias consideran que se ha quedado corta en algunos aspectos. Laura Pellicer recuerda que la ley «no es perfecta» y lamenta que no haya incidido más en la formación e información a los centros escolares. «Es una de las cosas que nos gustaría que se hubiera incluido, la obligatoriedad de que se formen en la realidad de las distintas identidades de género». Beatriz echa en falta «que incluyera a los menores de 12 años, pero no por nada, sino porque es que es un mero trámite administrativo. Un juez no tiene que tener la potestad de decirle a una persona cómo debe sentirse, aunque sea un niño. Se menosprecia a los niños.
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