El grito de auxilio de una madre de Jumilla: «Mi hija necesita ir al centro de día; está al límite»
Cati Cutillas Lozano reclama la apertura del servicio en la residencia MasVida, cerrado ya un mes y medio
MARI CARMEN CAÑETE
JUMILLA
Martes, 16 de febrero 2021, 03:08
El cierre del centro de día de la residencia MasVida de Jumilla –que gestiona la Asociación de Padres Jumillanos de Niños Deficientes, Aspajunide–, debido a ... los altos índices de contagio hace un mes y medio, tiene desesperada a Cati Cutillas Lozano, madre de Marina, una usuaria de ese centro, que reclama su reapertura. «Ya es mucho tiempo cerrado, la evolución de la pandemia va mejorando y, además, para los chicos es urgente volver a su rutina y a sus hábitos diarios, tan necesarios para su salud física y emocional, así como para la de sus familias», reivindica la mujer. «Mi hija –relata Cati– es una persona muy activa; cuando se podía, acudía a clases de baile y otras actividades y, sobre todo, a relacionarse con sus compañeros. Cada día me pregunta cuándo va a terminar todo esto y, aunque la suelo animar, hay veces que no sé qué contestarle», cuenta la madre de Marina.
Al igual que los responsables de Aspajunide, Cati se ha dirigido en varias ocasiones, a través de llamadas y escritos, al Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) para solicitar la reapertura, y la respuesta que obtiene es siempre la misma: «Me dicen que la decisión depende de la Consejería de Salud. Dan largas, y mientras tanto mi hija sigue sin poder acudir al centro por no tener servicio, aunque, por suerte, sí recibe atenciones y cuidados en casa por parte de trabajadores de MasVida. siguen muy pendientes de todos los usuarios y que incluso los sacan a pasear diariamente, respetando todas las medidas de seguridad». La mujer no entiende que, por ejemplo, los colegios estén abiertos, incluso el centro Virgen de la Esperanza (ubicado justo al lado de la residencia), y MasVida siga cerrado. Considera que las autoridades de las que depende esta decisión deben analizar la situación concreta de cada municipio y de cada centro: «Por suerte, Jumilla va mejorando en cuanto a cifras de contagio; las instalaciones de MasVida están perfectamente adaptadas y acondicionadas a las medidas sanitarias para que los usuarios no corran ningún riesgo y, además, la mayoría de ellos, así como los trabajadores, ya tienen la vacuna puesta en sus dos dosis, por lo que no encuentro motivos para que el centro siga cerrado», lamenta la madre de Marina. Admite que tiene la sensación de que «se olvidan de nosotros. Creo que las personas con discapacidad que asisten a un centro de día son los olvidados del sistema y de la Administración».
Cati, su marido, Juan Manuel; y su hija Marina han pasado momentos muy complicados durante la pandemia. Los tres se contagiaron de Covid-19. Ella lo pasó un poco mejor, pero su marido estuvo ingresado en la UCI, con una fuerte neumonía durante varias semanas. A lo largo del confinamiento, Marina «se desestabilizó mucho y se volvió muy agresiva». La situación se volvió insostenible y tomaron la decisión de internarla en el área de contagiados de la residencia MasVida de Aspajunide. Esto provocó que pasaran separados por el trance del coronavirus.
«Necesita tratamientos»
«Fueron semanas muy duras y no quiero volver a lo mismo. En este momento, Marina está tranquila, pero está llegando al límite y necesita regresar a sus rutinas lo antes posible. Necesita ir al centro de día, por su bienestar y por el nuestro», insiste. Cati está convencida de que su hija «requiere de sus tratamientos e intervenciones para estar estable a nivel conductual, a nivel social, y mantener su nivel cognitivo. La no intervención, el quedarse en casa y este aislamiento, solo hace que vayamos para atrás en muchos aspectos».
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