«Si hiciera el cuadro perfecto, no tendría sentido pintar más»

Tres viajes, tres ciudades y una exposición. Cuando apenas acaba de echar el cerrojo a su última muestra, el pintor Alfonso del Moral ya impulsa nuevos proyectos que pronto harán, de nuevo, las delicias de sus seguidores. Fue hace apenas un año y medio cuando Alfonso, quien ya se había licenciado en Derecho y arrancaba su tesis, sintió el impulso irrefrenable de dedicarse a la pintura. No se equivocó. En estos últimos meses ha recibido el Premio Díaz Bautista, además de poseer también el tercer premio en el Festival de la Alegría de Chefchaouen (Marruecos). Entre su producción figura el cartel de la Feria Taurina de Murcia 2016 y el retrato oficial del exrector de la Universidad de Murcia, José Antonio Cobacho, entre otras aportaciones de interés.

-¿En qué se inspira antes de enfrentarse al lienzo?

-Muchas veces la inspiración viene directamente de la naturaleza plasmada en un cuaderno de viaje que uso de referencia para pasarlo a formato grande. La música me ayuda mucho a inspirarme porque me aleja de lo terrenal, aunque de vez en cuando el silencio es necesario.

-¿Cuándo supo que quería dedicarse a la pintura?

-Desde pequeño he sabido que quería ser pintor, pero ha sido muy recientemente (hace cosa de año y medio) cuando he decidido dar el paso definitivo. Me di cuenta de que mi camino era la pintura y que podría hacerme un hueco en este mundillo. Ahora todo encaja.

-¿Cuáles son las últimas alegrías que le ha dado su arte?

-La alegría es estar satisfecho con lo que uno pinta, aunque suene a tópico. También es muy reconfortante la buena acogida del público y ver que puedes vivir haciendo lo que te gusta. En este sentido, mi reciente exposición me ha hecho muy feliz.

-Acaba de cerrar otra exposición, ¿de qué trataba y cómo la valora?

-Se ha llamado 'Ándalus' y es el resultado de tres viajes a tres ciudades: Córdoba, Granada y Marrakech; en la que exploro la influencia de oriente en nuestra cultura y reflexiono sobre otros puntos de vista del mundo y las cosas. La exposición ha sido un rotundo éxito, no solo económico, sino también por afluencia de gente que se ha pasado por la galería Chys a verla.

-¿En qué proyectos anda usted atareado en la actualidad?

-Ahora mismo estoy centrado en los estudios. Acabo de empezar Bellas Artes en Valencia como segunda carrera y estoy entusiasmado. Mientras tanto, estoy preparando alguna cosa para fuera de Murcia, a la vez que participo en diversas colectivas y dedico tiempo a los encargos, sobre todo de retratos. Pero me gustaría hacer la segunda parte de 'Ándalus' como proyecto más personal.

-¿Por qué Murcia resulta una región fabulosa para los pintores?

-Ciertamente, hay muchos artistas en la Región, y seguramente uno de los factores sea la maravillosa luz huertana, que es muy inspiradora. Además, estamos más en contacto con la naturaleza, que también es una musa. Tampoco hay que olvidar que ha habido grandes maestros, lo que fomenta el arte.

-¿Cuáles son sus autores favoritos, de quiénes se nutre?

De todos se aprende. Algunos de los que me inspiran más son Fortuny, Sorolla, Freud, Tàpies y, por supuesto, mi maestro, Pedro Cano, de quien he aprendido lecciones de pintura y de vida. Para mí es uno de los mejores artistas de nuestro tiempo.

-¿Cuál es el cuadro que le gustaría pintar, el de sus sueños?

-Yo no tengo una idea de 'metacuadro'. Mis sueños son volátiles. Pienso algo, lo pinto y puedo estar más o menos satisfecho, pero siempre querré pintar algo más. Si hiciera el cuadro perfecto no tendría sentido pintar más, y la vida tiene muchas cosas para ser contadas con pinceles.